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"El Señor no mira tanto la grandeza de las obras como el amor con que se hacen." Santa Teresa de Ávila
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miércoles, 30 de julio de 2014

COMO DECIRLO

Si abrigas un bello pensamiento no te quedes con él, manifiéstalo. 

Si quieres pedir perdón y decirle a esa persona que lo sientes, hazlo. 

Si tienes oportunidad de componer un poema, escríbelo y obséquialo. 

Si deseas cantar una canción, cántala y sé feliz. 

Si unas lágrimas asoman a tus ojos, déjalas brotar y desahógate. 

Si te viene el deseo de reír, ríe y contagia tu alegría. 

Si ansías tener algo y puedes poseerlo, adquiérelo y disfrútalo. 

Si puedes brindar ayuda a un semejante, dala toda y no te limites. 

Si vas a dar un consejo, mejor sugiere, para no equivocarte. 

Si tienes animales no los maltrates, protégelos. 

Si anhelas un mundo más hermoso, cuida la naturaleza. 

Si hay un niño a quien puedes educar, cuídalo hasta hacerlo hombre. 

Si tienes sueños, hazlos realidad esforzándote más y siendo digno. 

Si en verdad quieres ser feliz, no te quedes con las ganas y:

¡Sé autentico(a)!


¡Sé natural!



¡Sé sincero(a)!



¡Sé bondadoso(a)! y...



¡Bríndate para que seas feliz!

martes, 29 de julio de 2014

COSAS QUE DEBEMOS DEJAR DE HACER


Hay momentos en la vida en que sabemos que queremos cambiar, ir a algún lado, o hacer algo importante, pero no sabemos cómo.   Empecemos por dejar de hacer estas cosas.  Necesitamos dejar espacio a las nuevas y mejores cosas de la vida.

Deja de pasar tiempo con las personas equivocadas.
La vida es muy corta como para gastarla junto a personas que succionan tu energía y felicidad.  Si alguien te quiere en su vida, hará espacio para ti, no deberías pelear por un lugar.  Nunca jamás insistas con alguien que te pasa por alto.  Recuerda que los verdaderos amigos no son necesariamente aquellos que se quedan contigo en los buenos tiempos, sino los que permanecen en las peores situaciones.

Deja de huir de tus problemas.
¡Enfréntalos! No será fácil, nadie es capaz de salir ileso de todos los problemas.  No siempre se puede salir instantáneamente de un problema cuando se presenta, no estamos hechos para eso.  De hecho, lo normal es que sintamos tristeza, enojo, dolor, incertidumbre, derrota.  Este es el propósito de la vida: Enfrentar los problemas, aprender de ellos, adaptarse y, finalmente, resolverlos con el paso del tiempo.  Es lo que nos convierte y moldea a lo largo de la vida.

Deja de mentirte.
Puedes mentirle a cualquiera en el mundo, pero no puedes mentirte a ti mismo.  Nuestra vida mejorará sólo cuando aprovechemos las oportunidades y la primera y más difícil es: ser realmente honestos con nosotros mismos.
No dejes tus propias necesidades para lo último.
La cosa más terrible es perderse a sí mismo mientras amas a alguien más, olvidándose de lo especial que es uno mismo.  Esto no significa que dejes de ayudar a otros, sino que debes ayudarte a ti mismo también.  Si existe un momento para seguir tu pasión y hacer algo que te importa, ¡Ese momento es justo ahora!

Deja de intentar ser alguien que no eres.
Uno de los grandes retos de la vida es ser uno mismo en un mundo que quiere que todos sean iguales.  Siempre habrá alguien más listo, más guapo, más joven o más viejo, pero nunca serán tú.  Jamás cambies para agradar a las personas; sé tú mismo y las personas correctas te amarán por ello.

Deja de aferrarte al pasado.
No puedes comenzar un nuevo capítulo en la vida si sigues leyendo y releyendo el anterior.

Deja de tenerle miedo a los errores.
Hacer algo y equivocarse es, al menos, diez veces más productivo que no hacer nada.  Cada éxito trae una historia de fracasos detrás y cada error es un paso más cerca de la victoria.  Uno termina arrepintiéndose de las cosas que no hizo, más que de las cosas que hizo.

Deja de culparte por errores pasados.
Quizá amamos a la persona equivocada y lloramos por errores cometidos, pero no importa cuántas cosas hemos hecho mal, algo es seguro: los errores nos ayudan a encontrar a la persona y a las cosas correctas para nosotros.  Todos cometemos errores, tenemos problemas e incluso nos arrepentimos de cosas de nuestro pasado.  Pero tú no eres tus errores, no eres tus problemas y estás aquí y ahora con el poder de moldear tus días y tu futuro. Cada cosa que te ha pasado en la vida te está preparando para algo que aún está por venir.

Deja de intentar comprar la felicidad.
Muchas de las cosas que deseamos son caras.  Pero la verdad es que las cosas que en verdad nos satisfacen son totalmente gratis: el amor, las carcajadas y trabajar en nuestras pasiones.
Deja de buscar la felicidad exclusivamente en otros.
Si no eres feliz con quien eres por dentro, no serás feliz en una relación de largo plazo con cualquier otra persona.  Primero tienes que crear estabilidad en tu propia vida, antes de que puedas compartir la vida con alguien más.

Deja de ser pasivo.
No pienses demasiado las cosas o crearás un problema que ni siquiera estaba ahí en primer lugar.  Evalúa las situaciones y toma acciones decisivas.  No puedes cambiar cuando te rehúsas a confrontar las cosas, el progreso implica riesgo, ¡Punto! No puedes llegar a segunda base si tienes un pie en la primera.

Deja de creer que no estás listo.
Nadie se siente 100% preparado cuando una oportunidad se presenta.  Es porque las oportunidades en la vida nos empujan fuera de nuestras zonas de confort, lo que significa que nunca nos sentiremos completamente cómodos en un principio.

Deja de envolverte en relaciones por las razones equivocadas.
Las relaciones deben ser escogidas sabiamente. “Mejor solo que mal acompañado”.  No hay necesidad de apresurarse, si algo debe ser, lo será a su debido tiempo, con la persona adecuada y en el momento debido.  Enamórate cuando estés listo, no cuando te sientas solo.

Deja de evitar nuevas relaciones sólo porque las pasadas no funcionaron.
En tu vida te darás cuenta de que hay un propósito para cada persona que conozcas.  Algunas personas te pondrán a prueba, otras te enseñarán grandes lecciones, pero lo más importante es que algunas sacarán lo mejor de ti.
Deja de competir contra todos.
No te preocupes si a otros les va mejor que a ti, concéntrate en romper tus propios récords cada día.  El éxito es una batalla entre tú y tú mismo, sólo eso.

Deja de lado los celos.
Los celos son el arte de contar las bendiciones ajenas en vez de las propias.  Pregúntate esto: “¿Qué es lo que tengo yo que todos los demás quieren?”

Deja de quejarte y de sentir pena de ti mismo.
La vida tiene sus altibajos por una razón: para moldear tu camino en la dirección correcta para ti. Puede que no veas o entiendas todo en el momento en que sucede, eso puede ser muy duro.  Pero recuerda los momentos difíciles que ya has pasado: Casi siempre nos llevan a mejores lugares, personas, estados mentales o situaciones, eventualmente. ¡Así que sonríe! Deja que todos sepan que hoy eres mucho más fuerte que ayer, y así continuarás.

Deja de guardar resentimiento.
No vivas tu vida con odio en el corazón. Terminarás lastimándote a ti mismo más de lo que las personas que odias podrían.  El perdón no es sólo decir: “Está bien lo que me hiciste”, es poder decir: “No voy a dejar que lo que me hiciste arruine mi felicidad para siempre”.  El perdón es la respuesta, déjalo ir, encuentra la paz, ¡Libérate! Y recuerda, el perdón no es sólo para las demás personas, también es para ti mismo.  Si debes, perdónate a ti mismo, supéralo e intenta hacerlo mejor la siguiente ocasión.

Deja de permitir que otros te bajen a su nivel.
Niégate rotundamente a rebajar tus estándares para adaptarte a quienes se niegan a elevar los suyos.

Deja de desperdiciar el tiempo explicando tus razones a los demás.
Tus amigos no lo necesitan y tus enemigos ni siquiera lo creerán.  Sólo haz lo que tu corazón te dice que es correcto.

Deja de hacer las mismas cosas una y otra vez sin tomarte un descanso.
El tiempo perfecto para tomarte una pausa es justo cuando no tienes tiempo para ello.  Si continúas haciendo lo mismo, seguirás obteniendo los mismos resultados.  Hay veces que necesitamos un descanso para ver las cosas más claramente.

Deja de pasar por alto la belleza de los pequeños momentos.
Disfruta de las cosas pequeñas porque un día mirarás atrás y descubrirás que eran, en realidad, las cosas más grandes.  La mejor parte de tu vida serán las cosas pequeñas, momentos innumerables que invertiste sonriendo a quien te interesa de verdad.

Deja de intentar que las cosas sean perfectas.
El mundo real no recompensa a los perfeccionistas, recompensa a las personas que hacen las cosas en tiempo y forma.
Deja de seguir el camino más fácil.

La vida no es fácil, especialmente cuando planeas realizarte en algo que vale la pena. No tomes la alternativa más fácil siempre, haz cosas extraordinarias.

Deja de actuar como si todo estuviera bien cuando no lo está.
Está bien quebrarse de vez en cuando, no tienes que pretender ser fuerte, no hay necesidad de probarle a nadie que todo está perfectamente todo el tiempo.  No debería preocuparte lo que los demás piensan.  Llora si lo necesitas, es saludable dejar fluir esas lágrimas.  Cuanto más pronto lo hagas, más pronto serás capaz de sonreír de nuevo, sonreír de verdad.

Deja de culpar a los demás de tus problemas.
La capacidad de alcanzar tus sueños depende de tu capacidad de hacerte responsable de tu vida.  Cuando culpas a los demás de lo que te pasa, estás rechazando esta responsabilidad: Le das poder a otros sobre una parte de tu vida.

Deja de hacerlo todo por todos.
Eso es imposible, y solamente terminarás exhausto.  Pero hacer sonreír a una persona, a esa persona especial sí puede cambiar el mundo.  Quizá no el mundo entero, pero sí una parte de él: enfocarse es el secreto.

Deja de preocuparte demasiado.
Preocuparse no le quita problemas al día de mañana, le quita felicidad al día de hoy.  Una manera de saber si vale la pena preocuparse es plantearse la siguiente pregunta: “¿Importará esto dentro de un año?  ¿Tres años?  ¿Dentro de cinco años?” Si la respuesta es negativa, entonces no vale la pena darle más vueltas al asunto.

Deja de enfocarte en lo que no quieres que suceda.
Mejor, enfócate en lo que sí quieres que pase.  Pensar positivo es el preámbulo al éxito rotundo.  Si despiertas cada mañana con el pensamiento de que algo maravilloso sucederá ese día y pones suficiente atención, descubrirás que estabas en lo correcto.

Deja de ser ingrato.
No importa lo bien o lo mal que te ha ido, levántate de la cama agradecido por tener vida.  Hay quienes, en algún lugar, luchan por ella desesperadamente.  En lugar de pensar en lo que te hace falta, intenta pensar en lo que tienes y que a muchos les hace falta.

Autor Desconocido


lunes, 28 de julio de 2014

LA VIEJA LIBERTINA

 

Hace muchos años, cuando era psicólogo muy joven, trabajé en algunos geriátricos. Muchos de ustedes trabajarán o habrán trabajado en alguna institución, y sabrán que lo que tiene que hacer todo el que trabaja en un establecimiento al ingresar es ir a la cocina, porque la cocinera es la que está al tanto de todo lo que pasa.Más que los médicos incluso. 

Llegué, entonces, una mañana, me dirigí a la cocina y, como era habitual, le pregunté a la cocinera;
- ¿Y, Betty, alguna novedad? 
Sí, doctor me llamó así aunque soy licenciado-. ¿Ya vio a la vieja libertina?
No - le dije asombrado. ¿Entró una abuela nueva?
Sí, una viejita picarona. 

Me quedé tomando unos mates con ella y no volví a tocar el tema hasta que entró la enfermera y me dijo:
Gaby, ¿ya viste a la libertina?
- No le respondí.-Tiene que verla. Se llama Ana. 

Lo primero que me llamó la atención fue que utilizara, para referirse a ella, el mismo término que había usado la cocinera: libertina. Pero lo cierto es que habían conseguido despertar mi interés por conocerla. 
De modo que hice mi recorrido habitual por el geriátrico y dejé para el final la visita a la habitación en la que
estaba Ana. En esa hora yo me había estado preguntando de dónde vendría el mote de vieja libertina. Supuse que, seguramente, debía ser una mujer que cuando joven habría trabajado en un cabaret, o que tendría alguna historia picaresca. Pero no era así. Cuando entré en su habitación me encontré con una abuela que estaba muy deprimida y que casi no podía hablar a causa de la tristeza. Su imagen no podía estar más lejos de la de una vieja libertina. Me acerqué a ella, me presenté y le pregunté: 
-Abuela, ¿qué le pasa? Pero ella no quiso hablar demasiado; apenas si me respondió algunas preguntas por una cuestión de educación. Pero un analista sabe que esto puede ser así, que a veces es necesario tiempo para establecer el vínculo que el paciente necesita para poder hablar. Y me dispuse a darle ese tiempo. 

De modo que la visitaba cada vez que iba y me quedaba en silencio a su lado. A veces le canturreaba algún tango. Y, allá como a la séptima u octava de mis visitas la abuela habló: 

Doctor, yo le voy a contar mi historia. Y me contó que ella se había casado, como se acostumbraba en su época, siendo muy jovencita, a los 16 años con un hombre que le llevaba cinco. Yo la escuchaba con profunda atención. -¿Sabe? -me miró como avisándome que iba a hacerme una confesión, yo me casé con el único hombre que quise en mi vida, con el único hombre que deseé en mi vida, con el único hombre que me tocó en mi vida y es el hombre al que amo y con el que quiero estar. Me contó que su esposo estaba vivo, que ella tenía ochenta y seis años y él noventa y uno y que, como estaban muy grandes, a la familia le pareció que era un riesgo que estuvieran solos y entonces decidieron internarlos en un geriátrico. Pero como no encontraron cupo en un hogar mixto, la internaron a ella en el que yo trabajaba, y a él en otro. Ella en provincia y él en Capital. 

Es decir que, después de setenta años de estar juntos los habían separado. Lo que no habían podido hacer ni los celos, ni la infidelidad, ni la violencia, lo había hecho la familia. Y ese viejito, con sus noventa y un años, todos los días se hacía llevar por un pariente, un amigo o un remisse en el horario de visita, para ver a su mujer. Yo los veía agarraditos de la mano, en la sala de estar o en el jardín, mientras él le acariciaba la cabeza y la miraba. Y cuando se tenían que separar, la escena era desgarradora.

¿Y de dónde venía el apodo de vieja libertina? Venía del hecho de que, como el esposo iba todos los días a verla, ella le había pedido autorización a las autoridades del geriátrico para ver si, al menos una o dos veces por semana, los dejaban dormir la siesta juntos. Y entonces, ellos dijeron: -Ah, bueno... mirá vos la vieja libertina.
Cuando la abuela me contó esto, estaba muy angustiada y un poco avergonzada. Pero lo que más me conmovió fue cuando me dijo, agachando la cabeza:

-Doctor, ¿qué vamos a hacer de malo a esta edad? Yo lo único que quiero es volver a poner la cabeza en el hombro de mi viejito y que me acaricie el pelo y la espalda, como hizo siempre. ¿Qué miedo tienen? Si ya no podemos hacer nada de malo. 

Conteniendo la emoción, le apreté la mano y le pedí que me mirara. Y entonces le dije:
-Ana, lo que usted quiere es hacer el amor con su esposo. Y no me venga con eso de que ¿qué van a hacer de malo? Porque es maravilloso que usted, setenta años después, siga teniendo las mismas ganas de besar a ese hombre, de tocarlo, de acostarse con él y que él también la desee a usted de esa manera. Y esas caricias, y su cara sobre la piel de sus hombros, es el modo que encontraron de seguir haciéndolo a
esta edad. Pero déjeme decirle algo, Ana: ése es su derecho, hágalo valer. Pida, insista, moleste hasta conseguirlo. Y la abuela molestó.

Recuerdo que el director del geriátrico me llamó a su oficina para
preguntarme: 
-¿Qué le dijiste a la vieja?
Nada le dije haciéndome el desentendido ¿Por qué? 

La cuestión fue que contactamos con la asistente social del hogar en el que estaba su esposo, nos propusimos encontrar un geriátrico mixto para que estuvieran juntos. Corríamos contra reloj y lo sabíamos. Tardamos cuatro meses en encontrar uno. Sé que, dicho así, parece poco tiempo. Pero cuatro meses cuando alguien tiene más de noventa años, podía ser la diferencia entre la vida y la muerte. Además ella estaba cada vez más deprimida y yo tenía mucho miedo de que no llegara. Pero llegó. 
Y el día en el que se iba de nuestro geriátrico fui muy temprano para saludarla, y e cuanto llegué, la cocinera me salió al cruce y me dijo: 
No sabés. Desde las seis de la mañana que la vieja está con la valija lista al lado de la puerta. -Yo me reí. Entonces fui a verla y le dije: 
-Anita, se me va. Y ella me miró emocionada y me respondió: -Sí doctor... Me vuelvo a vivir con mi viejito. -Y se echó en mis brazos llorando.
Ana le dije Nunca me voy a olvidar de usted. Y como habrán visto, no le mentí.

Jamás me olvidé de ella, porque aprendí a quererla y respetarla por su lucha, por la valentía con la que defendió su deseo y porque gracias a esa vieja barata, pude comprobar que todo lo que había estudiado y en lo que creía, era cierto: que es verdad que la sexualidad nos acompaña hasta el último día y que se puede pelear por lo que se quiere aunque se deje la vida en el intento. Y además, porque la abuela me dejó la sensación de que, a pesar de todas las dificultades, cuando alguien quiere sanamente y sus sentimientos son nobles, puede ser que enamorarse sea realmente algo maravilloso y que el amor y el deseo puedan caminar juntos para siempre.

DEJEMOS EL PREJUICIO Y LA CRITICA.. SEAMOS TOLERANTES!!

miércoles, 23 de julio de 2014

Lo que los hombres encuentran fuera de casa con otras mujeres


Debe quedar muy claro que el ser infiel es una decisión personal. Esto es, que si en algún momento tu pareja es infiel no es culpa tuya, así de sencillo. Sin embargo, estos consejos te ayudarán a prevenir una infidelidad.
  • Me considero afortunada cuando pienso en la cantidad de buenas mujeres que he conocido a lo largo de mi vida. De ellas he podido aprender muchas cosas; en esta ocasión quiero compartirte aquellas, que tras una infidelidad, ellas han descubierto que pudieron haber hecho algo más en casa para evitarlo.

    Sé flexible, tu esposo y familia son más importantes que la limpieza

    Es un fenómeno casi común entre las casadas que al preocuparse demasiado por la administración del hogar, los hijos, el trabajo de casa; organizan horarios estrictos y esquematizan cada minuto del día. Viven continuamente pensando en formar la "familia de foto" donde todos lucen limpios, arreglados y perfectos. Estas conductas se vuelven perjudiciales para la familia y especialmente para los esposos cuando se vuelven prioridad y son inamovibles. Los hombres buscan una compañera que al llegar a casa quiera pasar tiempo con ellos y no lavando ropa o planchando sábanas y toallas. Es cierto que a todos nos gusta un hogar limpio, cómodo y arreglado, pero no pasa nada si dejas a un lado una tarea doméstica para salir con tu marido. NO pongas horarios al amor, a la compañía, a las relaciones íntimas, no interrumpas una buena plática por irte corriendo a limpiar. No antepongas tus hijos a tu pareja y por lo que más quieras, saca a tus padres de tu relación de pareja.
    No importa lo que estés haciendo o el plan que tengas en mente para organizar la casa, si tu esposo te invita a pasear o te pide que lo acompañes, complácelo; de lo contrario pronto pasará más tiempo solo y se acostumbrará a salir sin ti que ya no le serás indispensable para moverse en el mundo y créeme, siempre habrá otra mujer interesada en él.

    Las esposas son aburridas, las amantes no

    Las esposas cuya única cosa interesante en su día tiene que ver con el precio de los frijoles o si la vecina se compró zapatos nuevos; son esposas aburridas. Esta es una parte que debes considerar en tu persona y revisar si te has convertido en alguien tedioso con quien estar. Una mujer, independientemente de su estado civil, debe tener vida propia, debe leer, estudiar, documentarse, tener un tema de conversación, aprender nuevas habilidades y cuidar su persona pues esto la volverá irresistible; su esposo se sentirá orgulloso de tener una mujer inteligente, trabajadora, bella y servicial. La alegría, la sonrisa y el buen humor son características que los hombres valoran mucho en una mujer, si te conviertes en alguien que sólo regaña, que siempre está triste o enojada y pocas veces se atreve a hacer algo diferente, tenlo por seguro: serás una esposa aburrida.

    Las esposas creen que por haberse casado sus esposos están obligados a amarlas

    Es muy triste encontrarse con mujeres que piensan que sus esposos nunca las dejarán, siempre estarán a su lado y que el amor es una lámpara que nunca se apaga. ¡Qué grave error! Para que alguien nos ame constantemente hay que trabajar en nutrir ese amor, no perder las cosas que nos hicieron enamorar a esa persona y nunca dejar de esforzarnos por servirle y procurarle. Usualmente las casadas cometen un error al exigir flores y otros mimos que había durante el noviazgo. No exijas, ofrece. Nadie está obligado a quedarse contigo, si se queda es porque así lo desea. Cada vez que tú reclamas tiempo, atenciones o cosas, sólo estás confirmando que tú sola no puedes contigo misma, que necesitas o dependes de alguien más para ser feliz. Cuando te intereses en ti misma, voy a repetirlo, te volverás irresistible. La gente que sabe estar consigo misma, es la más interesante.

    Las esposas están constantemente ocupadas en tratar de cambiar a sus esposos

    Algunas mujeres están extremadamente ocupadas en "mejorar" a sus maridos y lo único que logran, es hacerles sentir que no son lo suficientemente buenos o que no están a la altura de las circunstancias o sus expectativas y esto, acaba a los hombres. El deseo de mejorar debe nacer en nosotros mismos y el pretender cambiar a otros es un acto de egoísmo. Te casaste con un hombre, no con un niño a quien hay que terminar de criar.

    La culpa siempre es de la otra

    Contrario a lo que muchos piensan, la infidelidad en los hombres poco tiene que ver con las relaciones íntimas o la belleza física de la mujer. Es común sorprenderse al ver que "la otra mujer" o inclusive "la segunda esposa", no suelen ser tan agraciadas como la esposa o como aquella a quien le fueron infiel; pero sí más alegres, más relajadas, menos estrictas y llenas de vida. Los hombres con frecuencia buscan a alguien con quien hablar, que les escuche y no les juzgue o critique; que no les diga qué o cómo hacer las cosas, que no sea controladora o dominante. Es frecuente enterarse que valoran y agradecen mucho encontrar a una mujer limpia, arreglada para él y de buen ánimo, no alguien con quien llegar a pelear o discutir sobre los hijos y los gastos de casa. Sé prudente, pues. Recuerda que para hablar temas o asuntos difíciles debes buscar el momento correcto y el lugar indicado.
    Voy a repetir la frase de inicio, el ser infiel es una decisión personal y no es tu responsabilidad las decisiones que tu pareja tome, lo que sí es tu responsabilidad es trabajar en tu autoestima, tu superación y en aquellos defectos de carácter o malos hábitos que pudieras tener.
  • Emma E. Sánchez

miércoles, 16 de julio de 2014

Muchas veces tenemos miedo...


Muchas veces tenemos miedo...
Miedo de lo que podríamos no ser capaces de hacer. Miedo de lo que podrían pensar si lo intentamos. Dejamos que nuestros temores se apoderen de nuestras esperanzas.

Decimos que no, cuando queremos decir que sí.
Nos callamos cuando queremos gritar y gritamos con todos cuando deberíamos cerrar la boca.
¿Por qué? Después de todo sólo vivimos una vez. No hay tiempo de tener miedo.
Entonces basta.

Haz algo que nunca hiciste. Atrévete. Olvídate que te están mirando. Intenta la jugada imposible. Corre el riesgo. No te preocupes por ser aceptado. No te conformes con ser uno más. Nadie te ata. Nadie te obliga.

Sé tú mismo. No tienes nada que perder y todo,, todo por ganar. Muchas veces creemos en el destino. Rezamos, esperamos que las cosas pasen y nos olvidamos de lo más importante. ¡Creer en nosotros mismos! Nos conformamos en vez de arriesgarnos. Sin pensar que cada día que pasa nunca volverá.

Nada está escrito. Nada está hecho. Ni siquiera lo imposible. Todo depende de nuestra voluntad. De esa fuerza que nos sale de adentro. De decir "si puedo" a cada desafío. Tenemos el poder. Cuando estamos decididos. 

Cuando estamos convencidos, cuando de verdad queremos algo, no hay obstáculo capaz de imponerse Si queremos podemos llegar alto, hacer lo que sea... Sólo hay que proponérselo. Si sueñas con ser el mejor del mundo...
Si sueñas con los aplausos... Si sueñas con ganar campeonatos...

Despiértate!!

Dentro de ti hay 206 huesos y más de 700 músculos esperando. Sólo falta tu decisión. Tus ganas de jugar como nunca. Enfréntate a tu destino. No seas sólo un espectador.

Pide la pelota y créete su dueño. Exígete más y más. Vive sin domingos. Corre cada día un poco más lejos. Salta cada día un poco más alto. Conviértete en tu propio ídolo.

Súmate a dar vuelta el marcador. Cuando no esperes nada de los demás. Cuando sientas que cada tanto depende de ti, se fortalecerá tu espíritu. Y poco a poco, las voces se convertirán en ovación. Tus respiros se llenarán de logros, y tu vida de sentido.
Están los que siguen corriendo cuando le tiemblan las piernas.

Los que siguen jugando cuando se les acaba el aire. Los que siguen luchando cuando todo parece perdido. Como si cada vez fuera la última. Convencidos que la vida misma es un desafío. Sufren pero no se quejan. Porque saben que el dolor pasa. El sudor se seca.
El cansancio termina. Pero hay algo que nunca desaparecerá, la satisfacción de haberlo logrado.
En sus cuerpos corre la misma sangre. Lo que los hace diferentes es su espíritu. La determinación de alcanzar la cima. Una cima a la que no se llega superando a los demás.
Sino superándose a uno mismo.

Tiempo sobra para los mediocres, pero tiempo falta para realizar tus sueños!!!

http://reflejosdeluz11.blogspot.com.es/search/label/Reflexiones

sábado, 12 de julio de 2014

El marido más atractivo del planeta

  • Cuál es tu actor favorito? ¿Qué tiene él que no tenga tu marido? Tu marido es el hombre más deseado del planeta. Aquí te dejo unos consejos para hacerlo sentir especial. Porque él es el marido más atractivo del planeta, sin duda.

  • Hoy mi marido me dijo, “Cada vez que consigo ayudarte de verdad siento que me miras distinto”. A todas nos enseñan que la belleza radica en: ojos de color, mejor aún si son azules; cabello claro, mientras más rubio más guapo; piel canela, si es bronceado, espectacular; nariz diminuta; dientes blancos y perfectos; cuerpo de Adonis y carácter de ángel. Pero a medida que crecemos nos damos cuenta de que todo lo que nos han enseñado queda de lado al encontrar el amor verdadero.

    • Mi esposo es corpulento, cinco centímetros más alto que yo, y le gusta su pelo rapado; moreno por trabajar bajo el sol todo el día. Según la opinión de muchas de mis amigas es “Un hombre común”, pero para mí es “El hombre más guapo del mundo”. Ese hombre con el que soñamos desde pequeñas, el que entra por la ventana a rescatarnos, el que con un beso nos despierta del hechizo, el Príncipe azul; el mismo hombre que deja la toalla tirada en el suelo, la ropa botada en el baño, los platos sucios en la cocina, el anti-héroe. Pero es el marido más atractivo del planeta.

    El tiempo pasa y deja sus huellas en nuestra vida, en nuestro cuerpo: la piel flácida, las arrugas, las cicatrices, son todas marcas de que ya no somos los mismos de antes. Del mismo modo pasa con el amor, que se va deteriorando con el tiempo; las discusiones, la falta de comunicación, la rutina y el poco tiempo que nos dedicamos se encargan de hundir el barco. Haz sentir a tu esposo una verdadera estrella y olvídate de los problemas:
    1. Fíjate en sus cambios. Si tu marido se da el tiempo de preocuparse por su imagen, desde detalles tan pequeños como afeitarse seguido a otros más complejos, como una rutina de ejercicios, hazle saber que te das cuenta.
    2. Refúgiate en sus brazos. A él le gusta ser el protector de la familia, busca su abrazo como el pollo a la gallina, déjalo sentir lo segura que estás a su lado. Nada lo hace sentir más que ser capaz de defender a su familia frente a cualquier adversidad.
    3. Míralo. Mucho de lo que decimos no lleva palabras; nuestro cuerpo es capaz de expresar sentimientos con una facilidad increíble. Una mirada sincera, enamorada, apasionada, es señal de que lo que ves realmente te gusta.
    4. Disfruta estar con él. Al momento de tener intimidad disfruta el momento, que tu marido sienta cuánto placer te produce estar con él, déjate llevar. De vez en cuando innovar no es malo, y qué mejor que con la persona que amas.
    5. Enamórate cada día. Recuerda todo aquello que los llevó a unirse en matrimonio. Enamórate de tu marido, de sus defectos, de sus virtudes, de todos los pequeños detalles que te hacen sentir especial y hazlo sentir que es el único hombre que existe en tu vida.
    “Cuando se ama no tenemos ninguna necesidad de entender lo que sucede, porque todo pasa a suceder dentro de nosotros” (Paulo Coelho).

    jueves, 10 de julio de 2014

    ¿Que hay detrás de las mujeres que coquetean con hombres comprometidos?

      • Este artículo busca generar un punto de reflexión en las mujeres que les gusta coquetear e involucrarse con hombres casados o comprometidos y además da pautas para salir del comportamiento.  
        Un incidente en que se vio involucrado el presidente de los Estados Unidos, Barack Obama y la primera ministro de Dinamarca, Helle Thorning-Schmidt durante el funeral de Nelson Mandela, en el cual aparentemente ella coqueteaba abiertamente con él sin mayor reparo frente a la esposa del presidente, desató una gran polémica y me dá un buen tema para hablar acerca de las mujeres que coquetean con hombres casados o comprometidos.

        Sin desconocer que muchos hombres hacen de manera permanente alardes de su capacidad seductora sin intención de ir más allá, en esta nota analizaremos el porqué a una mujer le puede resultar atractivo coquetear e incluso involucrarse seriamente con hombres que no pueden, o mejor dicho, no deben corresponderle.
        Para muchas mujeres una sortija de matrimonio en la mano de un hombre indica un alto como la luz roja del semáforo mientras que para otras resulta el más increíble de los atractivos masculinos. ¿Qué se esconde detrás de esta mujer?
        Desde una perspectiva psicológica vamos a analizar varios aspectos que considero que pueden dar respuesta a la pregunta, pero antes, me parece importante aclarar que no busco justificarla, solamente generar un punto de reflexión para quienes se sientan identificadas y tal vez porque no, una salida a esa penosa situación:
        • Miedo al compromiso. Sin duda, esta mujer teme al compromiso real que implica una relación estable y posible.
        • Deseo inconsciente de sufrimiento. Pero y ¿a quién le gusta sufrir? La Doctora Robin Norwood lo explica en el primer capítulo de su libro, "Las mujeres que aman demasiado", de la siguiente manera: Cuando las experiencias de nuestra niñez son particularmente dolorosas, a menudo nos vemos obligados inconscientemente a recrear situaciones similares durante toda la vida, en un impulso de obtener el control sobre ellas. Si nosotros hemos amado y necesitado a un progenitor que no nos correspondía, a menudo nos comprometemos con una persona similar, o con una serie de ellas, en la edad adulta, en un intento de “ganar” la vieja lucha por ser amados.
        • Necesidad de entrar en competencia y demostrar que puede ganar. Este es otro impulso que la mueve, de seguro lo ve como un reto.
        • "Si está comprometido, vale la pena". No siempre es así, sin embargo el hecho de estar comprometido lo hace un buen partido, ¡por alguna razón está casado!, ¡debe ser buen esposo o padre! He escuchado a hombres y mujeres decir que mientras no salían con nadie, era difícil que alguien se interesara en ellos y justo cuando se establecen en relación seria, empiezan a aparecer prospectos, pues esta es la respuesta.

        Hablemos ahora de lo que puede hacer esta mujer para canalizar sus energías y pretensiones hacia hombres disponibles:

        • Estar atenta y autoevaluarse constantemente. En una sociedad monógama, ella sabe que está fuera de lugar fijándose en un hombre que no puede corresponder a su amor, porque ya está comprometido, deberá preguntarse ¿Por qué quiero esta cuota de sufrimiento?, deberá ser empática y pensar en las otras personas a las que puede lastimar además de a ella misma (los hijos y la esposa de este hombre), requerirá recurrir a su inteligencia y a su sentido común. Deberá volverse consciente de sus intentos de autosabotearse y saber distanciarse de una situación que solo traerá dolor a todos los implicados, deberá echar mano de su responsabilidad moral. Lee también este artículo relacionado: Mujeres fuerza moral en el hogar y el mundo. Y por último, debe revisar por qué no quiere comprometerse sinceramente en una relación con futuro.
        • Trabajar en su autoestima, aprender a quererse y a comprender que ella tiene todo el potencial para establecer una relación con un hombre disponible, entender que tiene el derecho a ser amada y que además lo merece, que merece el primer lugar en la vida de un hombre.
        • Mirar a los solteros con entusiasmo. Hay muchos buenos hombres inteligentes, atractivos, dispuestos a comprometerse. El hecho de que ahora estén solos no los hace menos interesantes, se trata de cambiar la perspectiva.
        Hay cosas que simplemente se deben evitar en la vida: sufrimientos y cargos de conciencia innecesarios y canalizar esas energías hacia metas y proyectos creativos, evitando seria y responsablemente dañar a otros.
      • Diana Patricia Cantor Martinez

    • http://familias.com/que-hay-detras-de-las-mujeres-que-coquetean-con-hombres-comprometidos
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