El Foro de la Familia
ha publicado una reflexión sobre el acoso en la escuela y en otras
instituciones, proponiendo 5 habilidades que pueden ayudar a reducir y
prevenir estos comportamientos dañinos.
"El bullying o acoso escolar es una forma de agresión verbal, física o
escrita que genera un daño en otra persona", recuerda el texto. "Suele
presentarse en el aula, en la calle, en las redes sociales y otros
ámbitos externos a las propias instituciones, y nunca debemos olvidar
que es una situación que puede traer graves consecuencias psicológicas y
físicas tanto en las víctimas como en los que incurren en este tipo de
abusos".
A veces este acoso es directo y físico: peleas, palizas, golpes...
Otras veces es indirecto, de tipo psicológico: pretende el aislamiento
social del agredido mediante la propagación de difamaciones, amenazas o
críticas que aluden a rasgos o limitaciones físicas, además del
chantaje.
"Esta problemática hoy supone un desafío para padres, docentes y
educadores, ya que a menudo puede escaparse a la vista del más
observador y parecer una lucha imposible de ganar", añade la plataforma
de entidades familiares.
Las 5 habilidades que propone el Foro son estas:
1. Reconocer el problema
"Es fundamental que los docentes formen a estudiantes y padres en la
importancia de tomar en serio esta problemática y cómo reconocerla.
Además, debe existir un plan de acción conocido por todos para responder
a los maltratos que pudieran detectarse por nimios que parezcan. No es
admisible, de ninguna manera, recomendar a la víctima de los agravios
que no sea tan sensibles o que se esfuercen por hacer amigos: esto no
hace más que estigmatizar y culpabilizarlo por lo que le está
sucediendo".
2. Involucrar a los estudiantes
"Una estrategia muy recomendable es fomentar un diálogo abierto con
los estudiantes acerca del acoso y la intolerancia mediante asambleas o
foros “anti-bullying” y dejar que ellos propongan ideas y discutan
soluciones a los problemas. De esta manera, ningún alumno se sentirá
ajeno a la problemática".
3. Convertir a los estudiantes pasivos en activos
"Al participar en una discusión abierta sobre el tema, los
estudiantes que no son víctimas ni victimarios directos del bullying,
los “observadores”, tendrán más herramientas para sentirse involucrados y
convertirse en agentes activos en contra de los maltratos. Realizar
juegos de rol explicándoles a los alumnos cómo ponerse en el lugar del
otro y ayudarse mutuamente a alzar la voz en contra del abuso de sus
compañeros".
4. Inculcar valores como la tolerancia y el respeto
"Promover y cultivar día a día una vida basada en valores como la
tolerancia, el respeto y, sobre todo, valores que nos lleven a crear un
ambiente inclusivo, seguro y tolerante en el que los alumnos sientan que
su identidad es respetada y valorada. Es fundamental fomentar en los
alumnos valores como responsabilidad, cooperación, respeto, solidaridad,
humildad…
5. Mostrar una actitud abierta a los estudiantes, tanto víctimas como agresores
"La víctima ha de poder entender que puede confiar en el adulto, en
el profesor o en la familia, en situaciones de acoso o violencia. De la
misma manera que las víctimas, los agresores deben recibir atención y
ayuda para disminuir su conducta agresiva. A menudo, atacar y sentir la
necesidad de dominar a los compañeros responde a inseguridades propias e
incluso a situaciones de violencia experimentadas en el hogar. Ignorar
al agresor y solo enfocarse en la víctima es incompatible con una
verdadera resolución del problema a largo plazo".