English plantillas curriculums vitae French cartas de amistad German documentales Spain cartas de presentación Italian Dutch Russian Portuguese Japanese Korean Arabic Chinese Simplified
"El Señor no mira tanto la grandeza de las obras como el amor con que se hacen." Santa Teresa de Ávila
gadgets para blogger

lunes, 26 de agosto de 2013

EL HIJO PREFERIDO


Cierta vez le preguntaron a una madre cual era su hijo preferido, aquél al que ella más amaba.  

Y ella respondió: "Nada es más voluble que el amor de una madre.


El hijo predilecto, aquél a quien me dedico de cuerpo y alma...


Es mi hijo enfermo, hasta que sane.  


El que partió, hasta que vuelva.  


El que está cansado, hasta que descanse.  

El que está con hambre, hasta que se alimente.  




El que está con sed, hasta que beba.  

El que está desnudo, hasta que se vista.


El que no trabaja, hasta que se emplee. 


El que está de novio, hasta que se case.  


El que se casa, hasta que conviva.  


El que es Padre, hasta que críe a sus hijos.  


El que prometió, hasta que cumpla.  


El que debe, hasta que pague.  


El que llora, hasta que calle.  


El que ya me dejó, hasta que lo reencuentre



Envió: Berenice Savorgnan - Asunción, Paraguay
http://encuentra.com/

domingo, 25 de agosto de 2013

¿Existencias equivocadas?



La frase es tan repetida que merece un momento de reflexión: “existen hijos que no deberían haber nacido?” O, lo que es lo mismo, “hay existencias equivocadas”.

        ¿Qué se quiere decir con frases como estas? Que algunos hijos no deberían existir, que su vida es tan miserable o tan triste que hubiera sido mejor que no hubiesen nacidos.

        Los motivos que llevan a este tipo de afirmaciones son de diferente orden. Unos dicen que no deberían nacer hijos en familias con escasos recursos económicos. A veces son los mismos esposos quienes piensan: no podemos llevar adelante, de modo decoroso, más de uno o dos hijos. Creen que el cariño les obliga a ofrecer un nivel de vida aceptable, a veces incluso cómodo, a los hijos. Sospechan, además, que si nacen más hijos verían reducidas sus posibilidades económicas. Tener más hijos sería, entonces, una “irresponsabilidad”.

        Otras veces los esposos querrían tener más hijos, pero los familiares, los amigos, los jefes de trabajo, les presionan continuamente para que no hagan una “locura”, para que sean realistas, para que se den cuenta de que tienen el dinero muy justo como para acoger a nuevos hijos en una casa que ya resulta muy pequeña y, en muchos casos, mal acondicionada.

        Junto a los motivos económicos, se unen motivos que podríamos llamar “educativos” o pedagógicos. Algunos padres piensan que si tienen los hijos muy seguidos, o si tienen “muchos” hijos, no podrían darles el cariño que merecerían, o tal vez verían, con una pena inmensa, que los hijos inician pronto el camino de la delincuencia o de los vicios. Deciden, entonces, espaciar la llegada de los hijos. Otras veces se preguntan si los que ya tienen (dos, tres, “incluso” cuatro, como si ese número fuese elevadísimo) serían “demasiados” para un sano equilibrio familiar y para una educación personalizada, capaz de dar como resultado hombres y mujeres maduros y socialmente sanos.

        Existen motivos que podríamos llamar de tipo médico, que se refieren a las madres o a los hijos. A las madres, si el inicio de un nuevo embarazo podría significar un peligro para su salud, incluso la posibilidad de perder la vida. A los hijos, si el nuevo hijo podría nacer con graves deformaciones o con enfermedades hereditarias.

        Nos detenemos ante estos tres argumentos (económicos, pedagógicos, médicos). Es cierto que afectan de modo distinto, según circunstancias muy variables, a los esposos, y que ofrecer una reflexión más concreta sería sumamente largo. Creemos, sin embargo, que es oportuno recordar una dimensión en la vida humana que ayuda no poco a abrirse con más esperanza a la llegada de los hijos.

        Cada existencia humana implica un juego muy rico de relaciones. Vemos cómo la llegada de cada hijo enriquece y “sella” la vida conyugal. Además, el surgir de cada vida humana implica el cariño eterno e infinito de Dios, que acompaña en sus distintas etapas la existencia de cada uno de los seres humanos. La sociedad entera también es enriquecida: no podemos verla como un simple conjunto de reglas políticas y de factores económicos, sino como el ámbito en el que todos los hombres y las mujeres pueden nacer, crecer, desarrollarse, aportar y recibir, hasta el momento en el que termine el tiempo terreno y partamos hacia el encuentro definitivo con Dios.

        Todas estas relaciones ponen en evidencia que el hijo, cada hijo, es un tesoro, es un don, es una riqueza, es una maravilla. Lo sabemos “desde abajo”, desde el cariño que hemos recibido millones y millones de seres humanos, cuando llegamos a un hogar y fuimos acogidos, cuidados, amados, vestidos, curados, educados e iniciados en el camino de la vida. Lo saben “desde arriba” los padres, cuando viven el amor de esposos abiertos a cada hijo que acoge y enriquece ese amor, que pide un “rincón” en la casa (grande o chica, pobre o lujosa) y, sobre todo, un espacio de cariño en los corazones.


        Ningún hijo puede ser considerado como “existencia equivocada”. Aplicarle esa etiqueta implica tener una visión errada de lo que es la vida. Porque vivir no es conservar ansiosamente un conjunto de parámetros preestablecidos y deseados por los adultos, sino abrirse a la experiencia del amor, en el que cada día “perdemos” partes físicas o mentales de egoísmo para “ganar” y avanzar hacia la belleza del desgastarse y del morir un poco por el bien de otros. Especialmente si esos otros son hijos que nacen desde el amor y que aprenden, así, que están llamados a vivir para el amor.

        Hay que recordar, en justicia, que no sólo es plenamente legítimo, sino que es incluso para integrante del mismo amor, el querer dar lo mejor a los propios hijos, desear que sean sanos y fuertes, buscar la educación más completa que los lleve a ser buenos, instruidos y enamorados de Dios y del prójimo. Estos deseos, si son auténticos, no pueden ir en contra de la llegada del hijo. Porque si queremos el bien de alguien es porque estamos dispuestos a que ese alguien exista.

        En otras palabras, desear lo mejor para el hijo se compagina perfectamente con la apertura generosa a la llegada de ese hijo. Porque si inicia una vida es porque Dios bendice de un modo inmensamente magnífico el amor entre los esposos. Si la fe reina en la familia, si existe esa mirada profunda que reconoce que no cae ni una hoja de árbol sin que Dios lo permita, entonces los padres vivirán la llegada del hijo llenos de alegría y de esperanza.

        Por eso, nunca será correcto hablar de “existencias equivocadas”. Porque Dios nunca se equivoca, porque el camino del amor nos permite descubrir en cada vida humana, aunque sea pobre, aunque esté enferma, aunque caiga en el camino resbaladizo del pecado, un destello maravilloso de un designio divino.


        El amor sabe acoger a todos. Porque el amor es eso: perder un poco para “ganar” mucho, muchísimo. Ganar tanto que existen hogares, testimonios vivos de esperanza, que celebran la llegada de cada hijo como un acontecimiento, una fiesta, una participación en el sueño de amor que arranca del corazón mismo del Padre de los cielos.



Fernando Pascual, L.C.
Fotos: Google

sábado, 24 de agosto de 2013

7 maneras sencillas para acercarte a tu pareja



Con tantas cosas que amenazan entremeterse entre esposo y esposa, aquí hay algunas ideas que pueden ayudar a las parejas a encontrar oportunidades de acercarse más.

1. Despierten juntos.

Esto puede que no sea posible para todos, pero si te estás quedando dormida mientras tu cónyuge se escabulle por la puerta, trata de levantarte un poco más temprano para desayunar juntos y empacar su almuerzo. No digas adiós sin un beso. Para una pareja es una manera excelente de empezar el día. Este pequeño acto de servicio vale mucho.

2. A la hora de acostarse, establezcan una rutina invariable.

Esto es especialmente útil si tienen niños. Pongan a los niños a dormir una o dos horas antes de que ustedes se acuesten y pasen un rato juntos como pareja. Jueguen un juego de mesa, hablen sobre su día, establezcan metas, sueñen juntos. Planeen sus próximas vacaciones, lean un libro, hagan ejercicios juntos o vean su programa favorito de televisión. Las posibilidades son infinitas cuando se aseguran de programar un "tiempo juntos" cada día. Al final de la noche, traten de ir a la cama al mismo tiempo, para que puedan dedicarse unos minutos para abrazarse antes de caer dormidos.

3. Siéntense juntos siempre que sea posible

Este fue uno de los mejores consejos que he recibido. Esta es una práctica importante, sobre todo cuando hay una gran cantidad de niños en el hogar que compiten por su atención. Cuando se sienten como familia, siéntense uno al lado del otro con sus hijos a su alrededor, no en medio de ustedes. Se sorprenderán de los pequeños momentos de ternura que esto les traerá como pareja. Sentados juntos tienen más tiempo para tomarse de las manos, poner sus brazos alrededor del otro, y simplemente sentir su presencia. El contacto físico es esencial en un matrimonio, y el sentarse juntos les da a las parejas las oportunidades naturales para que esto suceda.

4. Tengan una cita cada semana

Hacer tiempo cada semana para una cita permite que las parejas se enfoquen en la relación sin interrupciones. Las salidas pueden costar poco o nada de dinero. Ir a dar un paseo por el parque y darle de comer a los patos, salir en bicicleta, hacer volar un barrilete (cometa o papalote), construir un muñeco de nieve o ir en trineo. Todas estas cosas no cuestan dinero y permiten que marido y mujer disfruten tiempo juntos sin interrupciones. La pareja que juega junta – permanece junta.

5. Cocinen juntos

Cada familia tiene que comer, lo que requiere que alguien cocine. Así se pasa más tiempo con su cónyuge y se crea un vínculo más estrecho por hacer esas tareas domésticas que se tienen que hacer de todos modos, pero que de lo contrario las haría uno solo.

6. Mándense mensajes de texto o notas de amor

Las notas de amor los acercan porque les recuerda a ambos del amor de su cónyuge cuando la distancia los separa.

7. Busquen lo mejor y olviden el resto

Esta es la cosa más valiosa que un esposo y una esposa puede hacer por su pareja. Nadie es perfecto, pero cuando el esposo o la esposa buscan lo mejor en su pareja y perdonan las imperfecciones, se puede lograr un relación realmente unida. La verdadera alegría en el matrimonio puede lograrse cuando el esposo y la esposa se dan ánimo mutuamente, se sirven mutuamente, y recalcan los atributos positivos de su pareja. Nunca hablen mal de su cónyuge, dirijan sus pensamientos a las fortalezas en lugar de a sus debilidades. Esto creará confianza en un matrimonio duradero.

Cuando las parejas le dan prioridad a dedicarse un "tiempo juntos", pueden crear un matrimonio fuerte y duradero. 

Pasen a conocer la página 
- See more at: http://familias.com/7-maneras-sencillas-para-acercarte-a-tu-pareja#sthash.MWdj5Z1v.dpuf

viernes, 23 de agosto de 2013

LA FLOR NO NACE PARA SER HERMOSA


La flor no nace para ser hermosa; nace para ser flor.  Su belleza requiere que quien la mire tenga la capacidad para descubrirla.  Pueden pasar a su lado cientos... miles... algunos ni siquiera se percatarán de su existencia.  Otros no encontrarán en ella nada singular que la haga resaltar del paisaje que la contiene.


Habrá quienes pensarán solo es una flor más.  Aún tal vez aparezcan los que le dedicarán un par de miradas atraídos por sus colores y seguirán su camino.  Pero en algún momento aparecerá quien no la considere una flor más, y tenga todo el tiempo necesario para deleitarse observándola en cada milímetro, descubra nuevas sensaciones al acariciar suavemente sus pétalos, y no siga de largo, sino que decida que es una flor demasiado hermosa para no conservarla. 


Así con profundo cuidado y amor, cavará en torno de su raíz y poniendo todo su cariño y atención la llevará a su propio jardín donde a cada momento pueda tenerla cerca para quererla, apreciarla, dejarse cautivar por ella... para amarla.  Y no le pedirá que cambie su color, su forma, su aroma.  Ella nació flor. Ella nació así.


Así también tu vida puede ser como esa flor.  Tal vez pasen cientos o miles a tu lado sin percatarse de tus valores, de tus sentimientos, de tu propia existencia.  Hasta que alguien con la capacidad interior necesaria te descubrirá en medio del mundo.  Posará en ti sus ojos y te hará parte de su mundo sin que para ello debas cambiar o mostrarte en forma distinta. 

 
Alégrate de haber nacido como eres. 
 

Autor Desconocido 

http://elistas.egrupos.net/grupo/semillas

viernes, 16 de agosto de 2013

EL DIA DE LA MÁS HEROICA BATALLA AMERICANA: 20 MIL SOLDADOS CONTRA 3.500 NIÑOS PARAGUAYOS.


El Día del niño en Paraguay genera un dilema: ¿Festejar o conmemorar una triste historia? Si bien debe ser un día feliz, y lo es para los niños, a los que recuerdan la historia se les forma un nudo en la garganta al traer a la mente la masacre de Acosta Ñú, en la Guerra de la Triple Alianza.



Acosta Ñu fue una de las más terribles batallas de la historia militar del mundo. De un lado estaban los brasileños con veinte mil hombres. Del otro, en el medio de un círculo, los paraguayos con tres mil quinientos soldados de nueve a quince años, no faltando niños de seis, siete y ocho años! Junto a los tres mil quinientos niños paraguayos, combatían quinientos veteranos comandados por el General Bernardino Caballero.
Esa batalla librada el día 16 de agosto de 1869, fue necesaria para que el Mariscal Francisco Solano López continuase su retirada del cuartel general de Ascurra y siguiese con seguridad hacia Cerro Corá, mientras los “niños combatientes” retardarían a las tropas brasileñas. (Esa batalla de Acosta Ñú es aludida por Tasso Fragoso como batalla de Ñú Guazú – Campo Grande).


La batalla comenzó por la mañana, en un campo abierto, cubierto de malezas. Bernardino Caballero -el mejor general de Francisco Solano López- con sus quinientos soldados del VI Batallón de Veteranos, reunió a los tres mil quinientos niños y esperó el ataque. Los paraguayos quedaron, como acentuó Tasso Fragoso, en un “círculo de fuego”. Sufrieron el ataque brasileño por los cuatro lados: por el norte, la caballería de Hipólito Ribeiro; por el este, las fuerzas del General Cámara; por el sur, los veteranos del General Resin; y, finalmente, por el oeste, atropellaban las fuerzas comandadas por el Conde D’Eu. Atacados por los cuatro flancos, en una flagrante desproporción de fuerzas de cinco brasileños por cada paraguayo, la resistencia duró todo el día y, aún por la noche, el renombrado Conde D’Eu se tuvo que preocupar con los sobrevivientes heridos.
Acosta Ñu es el símbolo más terrible de la crueldad de esa guerra: los niños de seis a ocho años, en el calor de la batalla, aterrados, se agarraban de las piernas de los soldados brasileños, llorando, pidiendo que no los matasen. Y eran degollados en el acto. Escondidas en las selvas próximas las madres observaban el desarrollo de la lucha. No pocas empuñaron las lanzas y llegaron a comandar grupos de niños en la resistencia. Finalmente, después de todo un día de lucha, los paraguayos fueron derrotados. Por la tarde, cuando las madres vinieron a recoger a los niños heridos y enterrar los muertos, el Conde D’Eu mandó incendiar la maleza.
En la hoguera se veían niños heridos correr hasta caer víctimas de las llamas. La resistencia en Acosta Ñú y el sacrificio de esos niños simbolizan perfectamente cómo la guerra se tornó implacable. Tanto por el lado de Francisco Solano López, formando un ejército de niños, como por el lado brasileño que no se avergonzó en matarlos. Simboliza, también, la conciencia máxima de la defensa de la nacionalidad; la lucha extrema por la independencia nacional, llegando al suicidio de un pueblo que no quiso rendirse para no perder la libertad: la libertad, en el Paraguay de la época era un concepto práctico y no una palabra abstracta. Era el derecho a la tierra; a la alimentación; en fin, a la autonomía del país.
(El historiador paraguayo Andrés Aguirre consiguió que el 16 de agosto, sea el “Día del Niño” en el Paraguay, en homenaje a los niños de Acosta Ñu. Hay un movimiento para que la OEA reconozca ese día como el Día del Niño en América)
La batalla de Acosta Nú permitió que Francisco Solano López consiguiese escapar del cerco de las tropas del Conde D’Eu. Su fin está próximo: él resiste con un poco menos de quinientos hombres y cercado de conspiradores. Su muerte ocurrirá el día lº de marzo de 1870. Con él murió el Paraguay. Desde 1868 en que Asunción ya había sido tomada -y saqueada por los soldados brasileños- ya había un gobierno títere impuesto y el Paraguay estaba siendo fraccionado y entregado al imperialismo internacional. No obstante, Francisco
Solano López continuó la desesperada resistencia. El murió resistiendo.


DOCUMENTALES SOBRE ACOSTA ÑU
ABC Digital
http://20medios.com/2012/08/16/la-masacre-en-acosta-nu-y-el-dia-del-nino-en-paraguay/

miércoles, 14 de agosto de 2013

Mi padre biológico es un violador, pero eso no define quién soy



Como bombero y paramédico, prácticamente he visto de todo. Presenciar emergencias y catástrofes como parte de mi trabajo trae consigo muchas emociones. Pero la crisis emocional más grave que tuve en mi vida fue cuando me enteré de que fui concebida en un acto de maldad. Jamás pensé escuchar las palabras “concebida en una violación”, cuando me puse en contacto con mi madre biológica hace algunos años. Escuché el terrible relato de aquella noche oscura de 1972, sentada en la sala de mi madre, tomada de la mano de mi esposo.


Ella salía de un restaurante cuando aceptó que un hombre y su amigo la llevaran a casa. El hombre la llevó a una carretera oscura a las afueras de la ciudad y la violó, después la dejó sola. Ensangrentada y herida, mi madre caminó hasta su casa, entró en su habitación y se echó a llorar. Esa noche comenzó su infierno.
Al día siguiente le confió lo acontecido a su propia madre y ambas fueron a la estación de policía a presentar cargos.



Cuando finalmente la vida de mi madre comenzó a regresar a la normalidad, se enteró de que estaba embarazada. Se sentía devastada. Se preguntaba qué dirían los demás. ¿Sería conocida como la chica fácil del pueblo, todo por un crimen que ella no cometió? Me contó que cayó en una profunda depresión. Lloró durante semanas. Más tarde acudió a una clínica abortiva clandestina, siguiendo los consejos de su madre.


Me dijo que quería “recuperar su vida”. Pensaba que si se deshacía de mi vida, entonces podría continuar la suya como si nada hubiera pasado. Y le parecía que un aborto ilegal era la solución para que todo llegara a la normalidad. Pero al llegar a la clínica y ya sentada en la plancha en la cual me quitarían la vida, cambió de parecer. Dejó ese lugar y nunca miró hacia atrás.
Su madre la escondió del mundo. Cuando me dio a luz ni siquiera me miró. Pero me dio el regalo más grande que jamás he recibido. Y encima de darme la vida, me regaló una familia adoptiva increíble. Por eso, estoy eternamente agradecida.

Comencé a compartir esta historia hace varios años, y entre más la comparto, más me siento bendecida por haber recibido este regalo que es la vida. Empecé a cuestionar también quién soy y el sentido de mi propia vida. Mi madre y yo seguido hablábamos por teléfono, y cada vez que lo hacíamos yo tenía más preguntas que necesitaban respuesta. Para algunas respuestas no estaba preparada, pero para yo poder sanar y encontrar mi propio valor, necesitaba escucharlas.
El día 6 de marzo de 2013, mi madre biológica falleció por una infección de vías urinarias que se volvió séptica. Durante sietes días luchó por su vida, y durante esos siete días estuve sentada junto a ella, pidiendo a Dios que nos diera más tiempo. Pero Dios tenía otros planes para ella. Ella estuvo conmigo cuando yo respiré por primera vez, y yo estuve con ella cuando respiró por última vez.
Estoy muy agradecida con su familia por haberme dejado ser parte de sus vidas durante esos últimos siete días. Me permitieron estar con ella para mostrarle cuánto aprecio los sacrificios que tuvo que hacer para traerme al mundo y darme vida.
Encontré cuánto valgo a través de su historia y he conciliado el hecho de que mi padre biológico sea un violador.
He contactado a mi padre biológico. Le pedí su historial médico y una prueba de ADN, a lo cual accedió. Más tarde contrató a un abogado y me pidió que me mantuviera alejada de el y de su familia. Desde entonces he comenzado a rezar por el para que algún día pueda encontrar paz, como lo he hecho yo.
Por ahora, continúo a compartir la historia de valentía, amor y fe de madre biológica. Ella es el héroe y yo quien recibió el precioso regalo. Antes de fallecer me dijo que le maravillaba como algo tan hermoso podía salir de algo tan horrible. Yo estoy de acuerdo en que mi relación con ella fue una cosa hermosa.

Como bombero, paramédico y partidaria de la causa pro-vida, voy a continuar en la lucha por salvar muchas vidas, pero especialmente aquellas de los bebés concebidos por violación.

Monica Kelsey

http://www.monicakelsey.com/

lunes, 12 de agosto de 2013

No me lloren…

“Cuando mueras, no busques tu refugio en la tierra que te cubre,
Busca tu refugio en el corazón de los seres Humanos”


QEPD Tia Chichita


No me lloren… sean fuertes como lo fui yo, fuerte en la hora suprema de la despedida. No tengan dolor porque me adelanté en el camino, yo no he muerto estoy separada corporalmente, pero vivo en el reino de la luz y los miro constantemente. Estoy en sus penas y alegrías, en sus triunfos o derrotas, pues como ayer en la tierra, hoy velo desde el cielo por ustedes. Persistan en la fe y la caridad cristiana como aquellos días felices en que estábamos todos reunidos en nuestro hogar.


Oración por un ser querido Difunto


Dios mío, te has llevado la persona que más amaba en este mundo; pero tú lo has querido así, cúmplase en todo tu santísima voluntad.
El gran consuelo que me queda es la esperanza de que tú la hayas recibido en el seno de tu misericordia, y que te dignarás algún día unirme con él (ella).
Si la entera satisfacción de sus pecados lo(la) detienen aún en las penas sin que haya ido todavía a reunirse contigo, yo te ofrezco por él (ella) todas mis oraciones y buenas obras, principalmente mi resignación ante esta pérdida; haz, Señor, que esta resignación sea entera y digna de ti.

Amén. 

domingo, 11 de agosto de 2013

La madre es quien mejor sabe la verdad



Una mujer embarazada es quizá la primera en darse cuenta de que lo que lleva en su seno es un nuevo ser humano, distinto de todos los que han existido, existen y existirán.
        Y sabe bien que todo intento de distinguir la condición humana según si ha nacido todavía o no, o según los meses que lleva de gestación, carece de fundamento.
        Sabe que entre un feto en la primera semana de gestación –o en la última, es lo mismo–, y un recién nacido, no hay más diferencia que un poco de tiempo y la necesaria nutrición.
        Sabe que el aborto no es una simple interrupción del embarazo, como se dice evasivamente, quizá para intentar disfrazar con un eufemismo su innegable atrocidad.
        Sabe bien que abortar significa atentar contra un ser indefenso que, además, es su propio hijo.
        Cualquier persona que haya trabajado siquiera unos meses en un gabinete psicológico puede dar fe de hasta qué punto una mujer se siente aturdida, angustiada y desamparada después de un aborto; hasta qué punto quedan desoladas al darse cuenta –cosa que sucede bien pronto– de que han arrebatado una vida humana y no saben qué hacer para remediarlo.
        El sentimiento de culpa por haber abortado es quizá uno de los dolores más severos que una persona puede experimentar.
        El aborto no solo aniquila una vida humana no nacida, sino que también arruina psicológicamente a muchas mujeres.
        Un extenso estudio realizado en la Clínica Ginecológica de Würzburg (Alemania) por la Doctora Maria Simon, concluía que algo más de un 35% de las mujeres que han abortado sufren después fuertes oscilaciones de ánimo y estados depresivos; en torno a un 30% padecen sentimientos de miedo, sin saber bien a qué se deben; un 37% lloran con frecuencia sin apenas motivo aparente; aproximadamente el 45% darían marcha atrás si pudieran hacerlo; el 55% se sienten más nerviosas y menos equilibradas; el 61% reprimen cualquier pensamiento en torno al aborto; el 52% sufren con solo ver mujeres embarazadas; y al 70% les viene con frecuencia a la cabeza la idea de cómo serían las cosas si el niño abortado viviese ahora.
        Muchas mujeres acusan a médicos y asesores de que no les habían informado suficientemente sobre las posibles consecuencias psíquicas. Si hubiesen sabido qué riesgos somáticos y psíquicos acarreaba, lo más probable es que no hubieran abortado.
        Las mujeres que suelen superar el trauma del aborto –continúa ese estudio– son aquellas encuestadas que intentan recuperar su equilibrio psíquico afrontando conscientemente el hecho del aborto. Lo hacen sobre todo a través de conversaciones con personas de confianza, como el marido, más frecuentemente una amiga o la madre, rara vez un médico, y nunca –dato significativo– con el médico que practicó el aborto.

        En esos casos, por lo general, la mujer intenta reconocer su culpa. No la reprime, no la proyecta en otros, ni recurre tampoco a justificaciones. El siguiente paso es arrepentirse del aborto. En esta fase se duele por su hijo muerto como por cualquier otro difunto querido. Raramente una madre –concluye ese estudio– logra convencerse de modo permanente de que aquello no era un ser humano vivo, su propio hijo.  

Alfonso Aguiló

http://www.fluvium.org/textos/etica/eti928.htm

            

sábado, 10 de agosto de 2013

¿Eternamente provisionales?

   Una madre preguntaba no hace mucho a un educador: “¿cómo puede un joven escapar de los muchos condicionamientos externos y mantenerse simultáneamente al paso de los tiempos? Creo que los jóvenes de hoy tienen muchas energías positivas, pero poco sentido de responsabilidad. La sociedad los educa a decisiones provisionales, por ejemplo en el trabajo, a cosas de poca duración...”

        El ritmo de la vida moderna nos ha acostumbrado a cambios cada vez más frenéticos. Si antes una familia tenía sus momentos de convivencia y diálogo, ahora el deporte, la televisión, los amigos en el bar, o algún que otro pequeño trabajo urgente han disgregado lo que fue en otro tiempo un grupo unido y armónico. Además, los adolescentes y los jóvenes se sienten bombardeados, hoy más que nunca, por las modas. Cromos, dibujos animados, series de televisión, cantantes de moda, juegos electrónicos cada vez más absorbentes y estrambóticos... se suceden a tal velocidad que los padres no acaban de emitir un juicio sobre la utilidad o peligro de una moda cuando ya se encuentran con que se está imponiendo algo nuevo...

        En medio de las prisas y las tensiones del mundo electrónico, conviene descubrir aquellos valores que no pasan, que señalan y definen en su núcleo más profundo el corazón de cada hombre y mujer. La gratitud hacia quienes nos hacen un favor; la generosidad para con todo aquel que nos pida algo conveniente; la alegría de poder dar nuestro tiempo en favor de un necesitado; la fidelidad al amor matrimonial; la dedicación de los padres a la alimentación y cultura de los hijos, y de los hijos a ayudar en todo a sus padres. Estos y otros muchos valores configuran lo más profundo del corazón de cada ser humano, lo que lo define y no está sujeto al primer capricho del humor o a las situaciones cambiantes del tiempo, de la bolsa o de los precios en el mercado...

        Unos padres de familia, un equipo de maestros de una escuela, no podrán correr siempre según el ritmo de las novedades del mercado global. Con un poco de suerte y de tiempo lograrán estar al tanto de aquello que más destaca, y orientar sobre el correcto uso de cada producto que nace en el horizonte de la vida. Pero no siempre podremos controlar todo lo que cae en las manos de nuestros hijos. Por eso, junto al necesario trabajo de actualización, los padres y educadores podrán enseñar siempre aquellos valores que nunca pasan, aquellos principios que son capaces de configurar toda una vida, y que ayudarán a las nuevas generaciones a juzgar por sí mismos sobre lo que importa y sobre lo que es sólo pérdida de tiempo, si es que no llega a ser una moda peligrosa y deseducativa.


        Vale la pena este esfuerzo. El resultado será un mundo un poco más sereno y unos jóvenes capaces de decisiones estables y profundas. No podemos ser eternamente provisionales. La verdad no pasa nunca de moda. El amor será siempre actual. Este es el reto de nuestra sociedad. El triunfo está al alcance de todos, si sabemos, eso sí, poner lo que esté de nuestra parte para lograrlo.

Fernando Pascual, L.C.

miércoles, 7 de agosto de 2013

PLEGARIA PARA LOS NIÑOS


 Quiero pedir por los niños que dejan sus dedos llenos de chocolate en todo lo que tocan, que saltan en los charcos y arruinan sus pantalones nuevos, que comen dulces antes de la comida y que nunca encuentran sus zapatos en la mañana...

Quiero pedir por los niños que miran a los fotógrafos desde atrás de los alambres de púas, que nunca han caminado por la calle con un par de zapatos nuevos, que nunca han jugado "encantados" y que han nacido en lugares a donde nosotros jamás nos acercaríamos, que es donde probablemente morirán...


Quiero pedir por los niños que nos dan besos pegoteados de caramelo y ramos de flores, que duermen con su perro y quieren enterrar a sus pescaditos, que nos abrazan muy fuerte y que olvidan su dinero para la merienda, que riegan la pasta de dientes por todo el baño, que observan con ojos asombrados a su padre cuando se afeita y a su madre mientras se maquilla, que hacen ruido cuando toman la sopa... Y también quiero pedir por los niños que nunca han comido postre, que no tienen cobija favorita que llevar a todos lados, que ven a sus padres sufrir, que se acercan a nuestros coches en cada calle pidiendo con sus ojos, que no tienen baños para asearse, y cuyas fotos aparecen en las estaciones de policía y no en las oficinas de sus padres...

  Quiero pedir por los niños cuyas pesadillas suceden a plena luz del día, que comen lo que encuentran, que duermen bajo el cielo abrigados por periódicos, que nunca han ido al dentista, que no reciben mimos de nadie, que van a dormir hambrientos y despiertan hambrientos, que no tienen dirección...


  Quiero pedir por los niños a quienes les gusta que los carguen y por aquellos que tienen que ser cargados, por los que se dan por vencidos y por los que siguen luchando, por los que no encuentran manos que tomar...

 Por todos esos niños, quiero pedir el día de hoy, porque todos son valiosos, dan una nueva forma de amor a nuestras vidas y una razón para vivir, porque ellos nos hacen sentir la necesidad de comprometernos a construir un mundo más justo...

Y pido por nuestros hijos, los que nacieron y los que nacerán, porque son la mejor esperanza para nuestro mundo, la compensación de nuestro trabajo, la realización de nuestros sueños incompletos, la garantía de nuestra inmortalidad... y la muestra de que Dios no ha perdido la esperanza en los hombres...
 

Autor Desconocido

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...