«Como
padres, nos empeñamos en buscar en el niño las causas de sus "malos
comportamientos", de su falta de concentración, de sus berrinches, de sus
explosiones, de sus caprichos... Pero es un error de manual buscar las
causas en el niño. Las respuestas están en su entorno, y ese entorno nos
incluye a nosotros mismos».
Así lo asegura Marta, una mamá bloguera (www.pequefelicidad.com) especialista
en el método Montessori y educadora de familias de Disciplina Positiva
certificada por la Positive Discipline Association.
«Cuando
me preguntan sobre consejos para empezar a aplicar la filosofía Montessori en
el hogar mi consejo siempre es el mismo. El
cambio debe empezar por tu propia transformación interior»
explica Marta.
Y
esta transformación debe ir de a poco, como cuando un niño empieza a caminar, a
dar sus primeros pasos, se cae pero se levanta cuantas veces sea necesario, y
así emprende su marcha hasta lograr caminar por sí solo con seguridad y sin
pensar en cómo hacerlo. Lo mismo ocurre con la crianza y la relación con los
hijos, podemos empezar a implementar pequeñas cosas que después se verán
reflejadas en grandes cambios. Por lo tanto, estas son algunas pistas que
brinda la especialista para que comiences a dar pasitos hacia esa
transformación interior como padre o madre, «voy a darte algunos ejemplos
prácticos de actitudes que puedes cambiar en tu día a día desde mañana hoy
mismo para empezar con ese primer pasito»:
1.
Ponte a la altura de tu hijo para hablar con él
Si
hablas desde arriba a tu hijo, físicamente, ya estás tomando una posición de
superioridad. Para que el niño se sienta escuchado y realmente puedas empatizar
con él debe poder mirarte a los ojos.
2.
Contesta a TODAS sus preguntas con explicaciones sencillas pero sensatas
Esto
puede parecer algo demasiado obvio, pero te aseguro que no lo es en el día a
día con un niño que no para de hablar.
Recuerdo
que hace unos días el peque y yo íbamos en el coche. Yo tenía tantas cosas en
la cabeza que al cabo de un rato me di cuenta de que el peque llevaba hablando
un rato y no le estaba prestando atención. Me hablaba sobre las ambulancias que
veía, sobre un barrendero que pasaba, sobre las señales... Me había hecho una
pregunta y ni siquiera había contestado. Reaccioné cuando mi peque me dijo...
"mami contesta".
Escucharles
y responder a sus preguntas con sensatez y verdad es sencillo y muy importante
para construir una relación sana y de confianza.
3.
Habla con un tono de voz más suave delante de tu hijo
Bajar
un poquito los decibeles ayudará a que todos en casa nos escuchemos mejor.
También contribuye a tomar actitudes más serenas y tranquilas.
4.
Coméntale cómo te sientes todos los días
Te
pongo un ejemplo para que lo visualices: "Hoy me siento un poco cansada
porque he tenido demasiado trabajo." Esto ayudará al niño a saber por qué
hoy mamá no juega mucho o por qué hoy mamá está menos habladora. También es un
gran ejemplo para que él mismo aprenda a canalizar sus emociones.
5.
Hagan algo juntos en la cocina todos los días
No
hablo de hacer recetas elaboradas todos los días, así que no hay excusas. Si
hay una ensalada y pescado a la plancha para cenar deja que sea el peque quién
ponga la sal al pescado. Quien vaya colocando los ingredientes de la
ensalada...
Es
algo tremendamente sencillo y que puede dar un gran giro a la motivación del
niño. Tocar, experimentar, compartir momentos con papá y mamá, reíros,
organizar juntos...
6.
Pide perdón cuando te equivoques
Somos
humanos y, como el niño que empezaba a caminar, podemos caernos. Pide perdón a
tu hijo y vuelve a levantarte.
«Son
pequeños gestos muy sencillos. ¿No crees? Te aseguro que sólo tienes que
empezar con el primer pasito» concluye la experta.