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"El Señor no mira tanto la grandeza de las obras como el amor con que se hacen." Santa Teresa de Ávila
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lunes, 30 de enero de 2012

Que tu familia se parezca a la Familia de Nazaret

Si tiene a Dios en medio de ella, habrá paz y alegría  

Que tu familia se parezca a la Familia de Nazaret



La familia cristiana está unida y animada por Dios, quien la empuja a ser luz del mundo.
La familia de Nazaret era única e irrepetible, pues es la única familia que ha cambiado la historia del mundo. Ciertamente ha habido familias que han influido mucho en la historia como la de los Kennedy de los estados Unidos, pero esta influencia siempre ha sido limitada.
Al contemplar la familia de Nazaret uno podría pensar que tenían todo a su favor y nada en contra. Es cierto que gozaban de inmensas gracias, pero también es cierto que tuvieron que sufrir grandes pruebas, como cualquier familia: tuvieron que sufrir la escasez, la persecución, el ser refugiados en un país extranjero, las calumnias de las malas lenguas, etc. El padre murió, como parece ser por el silencio del Evangelio sobre él, el Hijo fue condenado a la muerte más cruel y la madre se quedó viuda y sin su hijo único. Tuvo penas como cualquier otra familia de cualquier tiempo y parte del mundo.

En la familia de Nazaret había tres elementos esenciales: los padres, el hijo y Dios. En todas las familias del mundo hay los primeros dos elementos, padres e hijos, pero en la mayor parte falta el tercer elemento que es Dios, y por eso surgen los problemas.
Dios es como el alma de la familia. Se ve que la familia de Nazaret era religiosa porque cumplía con los deberes religiosos. La ausencia de Dios en una familia lleva a la ausencia del amor. En la familia de Nazaret no hubo comodidades, riquezas, posición social, pero sí hubo caridad. La caridad es como el “cemento” que une los miembros de la familia.
Si no hay caridad, no hay comprensión, mutua aceptación, tolerancia, perdón.
El imitar a la familia de Nazaret no es sólo un ideal sino una posibilidad.
El mismo Espíritu Santo que la animó, también anima a la familia cristiana. Él es el Espíritu de Amor que desea transformar a todas las familias y hacerlas una reproducción, lo más fiel posible, de la familia de Nazaret.
Dios tiene su proyecto sobre la familia. Lo importante es realizar este proyecto: quiere que sea un gran medio de evangelización en el mundo. La familia cristiana tiene que ser luz en un mundo donde la familia está sufriendo los golpes del paganismo por medio del divorcio, de la infidelidad, de la negativa a tener hijo, del aborto, y muchos otros males. 

Autor: Fintan Kelly L.C. | Fuente: Catholic.net

jueves, 26 de enero de 2012

Fomentar la interioridad de nuestros hijos

En la educación de nuestros hijos hemos de plantearnos la búsqueda del necesario equilibrio entre la actividad y el tiempo para la reflexión
 
Fomentar la interioridad de nuestros hijos
Fomentar la interioridad de nuestros hijos
Los niños actuales asumen jornadas análogas a las de los adultos. Ocho horas en la escuela más el tiempo de transporte. Aunque hagan tareas recreativas el cansancio es mucho y la necesidad de intimidad y silencio se hacen notar.

Podemos justificar esta realidad aduciendo que no tenemos otra opción, que los padres trabajamos. Muy bien. Entonces pensemos si es necesario que además participen en actividades que posiblemente deseen realizar pero que agreguen cansancio y estrés a una agenda cargada de obligaciones.

¿Cuál es el sentido de todo este activismo? Acaso creemos que cuantas más habilidades aprendan siendo pequeños, más opciones tendrán en el mundo del mañana? Muchos padres creen que si ,que no hay tiempo que perder. Que el mundo laboral es complicado.

En parte es verdad que el futuro es incierto pero también es cierto que a pesar de nuestras buenas intenciones, cuanto más atosigamos a los niños en una vorágine de actividades y estrés más los dejamos desprovistos de sentido común, de contacto consigo mismos y de equilibrio entre sus búsquedas genuinas y los estímulos del entorno. Si un niño no aprende a discernir entre lo necesario y lo superfluo, entre lo que le es afín y lo que no, entre lo que le nutre y lo que le intoxica no habrá conocimiento ni habilidad que valga la pena aprender.

En la educación de nuestros hijos hemos de plantearnos la búsqueda del necesario equilibrio entre la actividad y el tiempo para la reflexión ya que si rellenamos hasta el último minuto de tiempo de nuestros hijos con actividades de todo tipo, no podrán mantener el contacto consigo mismos y como afirmó el beato Juan Pablo II “la falta de interioridad es el drama de nuestro tiempo”.

Itxaro Sorozabal
Licenciada en Pedagogía por la Universidad de Navarra.
Master en dirección de centros educativos por el Centro Universitario Villanueva.
Postgrado en matrimonio y familia por la Universidad Internacional de Cataluña.
Directora del colegio Ayalde Ikastetxea.

sábado, 21 de enero de 2012

El amor existe


Del hombre que ha dado la vida por su esposa, después de una vida entera de amor
 
El amor existe
El amor existe
La historia del naufragio del barco Costa Concordia, con 4.200 personas a bordo, ante las costas de la isla de Giglio en Italia, junto a tantos ejemplos de lo que es la frágil naturaleza humana, -un capitán que, según lo que hasta el momento ha trascendido, después de tomar la errónea decisión de acercarse demasiado a tierra poniendo en peligro el barco que comandaba, se cuenta luego entre los primeros en abandonarlo para ponerse a salvo-, recoge también la bella historia de amor de una pareja felizmente casada, él, Francis Servel, setenta y dos años, ella, Nicole, su esposa, sesenta, donde él sacrificó su vida para que la mujer de su vida pudiera salvarla.

Se da la circunstancia de que el crucero era precisamente un regalo de los hijos por su aniversario de bodas.

Parece ser que producida la colisión que provocó el vuelco del gigantesco trasatlántico, la pareja, que había dejado pasar por delante en las embarcaciones de salvamento a todos las personas más jóvenes que ellos, se vio al final sin barca en la que ponerse a salvo y ante la única tesitura de saltar al agua para salvar la vida. Por alguna circunstancia desgraciada, parece ser que se encontraron ante un solo equipo de salvamento, que era el que tenía Francis, el cual no dudó un momento en entregárselo a su esposa, que no sabía nadar, tirándose al agua para que ella no pudiera negarse a utilizarlo.

Tras luchar una hora contra el mar, ella, provista del equipo de salvamento, consiguió alcanzar la costa y salvarse. El, en cambio, a pesar de pertenecer a una extensa familia de marinos siendo él el único que no lo era, debió de sucumbir contra el frío, y tal vez también contra el agua, pues padecía un mal de espalda que probablemente le impidió luchar contra el líquido elemento durante mucho tiempo.

Una bella historia de amor. Una pareja que permanece unida toda una vida, que celebra con todo el amor tantos años de matrimonio (no les puedo decir cuántos, sí puedo decirles que tienen dos hijos, Edwige y Eric, y nietos, por lo tanto varias décadas), y en la que, finalmente, uno da la vida para salvar al otro.

Digan lo que digan quienes lo digan, el amor existe. El amor para toda la vida, el que no es sólo fruto de un momento de pasión y es capaz de entregarlo todo por el otro hasta la vida, existe. Capaz de todo cuando recién nace entre las brumas de la pasión, pero capaz de todo también, si no de más, hasta de dar la vida como lo ha hecho Francis, después de toda una vida de madurar, crecer, y como el mejor vino, reposar y envejecer.
 
 

lunes, 9 de enero de 2012

A los recién casados...

El padre abad recibió con un abrazo muy fuerte a Juan y Laura. Apenas llevaban un mes de casados, y quería decirles tantas, tantas cosas...


        Fueron juntos al despacho de la parroquia. Hablaron sobre el viaje de bodas, los regalos, los planes para el futuro inmediato. Al final, con un tono de voz lleno de cariño, el padre abad abrió su alma para darles un generoso paquete de consejos.


        «Supongo que ya les habrán dicho tantas cosas. Si me permiten, como les conozco desde niños, también quería decirles unas palabras ahora que inician una nueva etapa.


        Los veo muy felices y muy enamorados. Agradezcan a Dios el don del cariño que se tienen, y cuídenlo mucho. No se acostumbren a vivir juntos: cada día debe ser algo nuevo, maravilloso, propio de verdaderos enamorados. No dejen de decirse una y otra vez que se aman. No lo supongan: necesitan recordárselo con las palabras y con los gestos.


        Que el tiempo no ponga polvo de rutina entre ustedes. Admírense del amor que se tienen. Puede pasar la belleza del cuerpo, puede venir una enfermedad, puede llegar un momento en el que falte el dinero en casa. Pase lo que pase, Juan y Laura, cada uno es un don maravilloso para el otro.


        Por eso, no dejen de tener detalles de cariño. Los tuvieron cuando eran novios y cada uno quería conquistar al otro. Ahora también tienen que “conquistarse”. Juan, ponte guapo, de verdad, cuando estés con Laura. Laura, ya eres muy hermosa, pero no dejes de mantenerte bella para Juan.


        Tengan a Dios en el primer lugar dentro de la casa y fuera de ella. Dios nos ha creado, y quiso que el ser humano fuese varón y mujer. Son complementarios, están hechos el uno para el otro, y desde esa complementariedad son fecundos. Reciban por eso como una enorme bendición de Dios cada hijo que empiece a vivir desde el amor que se tienen.


        Sí, ya sé que desean tener hijos. Ojalá vean a cada uno de ellos como un don de Dios. Lleguen como lleguen, lleguen en un buen momento o en un momento difícil, ámenlos y siéntalos siempre como una misión, como parte de ese amor que ahora les acaba de unir como esposos. Si no llegan... dejen esto en manos de Dios. El hijo no es nunca un derecho: es un don. Esperarlo es correcto, pero no como una posesión. Amarlo es un deber dulce y agradable, si Dios lo envía, porque nace del amor y para el amor.


        No se ahoguen mutuamente: cada uno tiene su personalidad. Pero ahora esa personalidad ha dado un sí al otro, a la otra, y ese sí hará posible el milagro de dejar los propios caprichos para contentar a quien tanto se ama.


        En ese contentar al otro hay que saber dejarle un cierto espacio de libertad, pero sin que se rompa la unidad que el matrimonio acaba de crear. Son el uno para el otro: esa es la mejor manera de armonizar la libertad que Dios les ha dado para amar.


        Por eso, no se “sofoquen”, no quieran ver al otro como una posesión, no busquen anularlo ni destruir las cualidades que Dios ha puesto en su corazón. Muchos matrimonios se destruyen cuando uno pretende tener al otro siempre a sus pies, sometido en todo a sus gustos. Y también fracasan cuando los esposos viven en la actitud de quien espera conservar la propia “personalidad” y no quieren ceder nunca ni en nada lo que hasta ahora ha sido su estilo de vida. Empezar así el matrimonio es lo mismo que comprar todos los boletos para el fracaso.


        El amor va hacia lo opuesto: si quieren triunfar como esposos, acepten el camino de la renuncia del propio gusto para contentar al otro, en todo lo que no ofende a Dios. De verdad, es maravilloso encontrarse esposos de muchos años que todavía viven totalmente el uno para hacer feliz al otro. Así me gustaría verles siempre a ustedes.
        Hay que estar alerta ante el peso del egoísmo, o cuando uno se encierra dentro de sí mismo para defender “sus derechos”. Ceder no es sinónimo de debilidad, si cedemos en cosas accesorias. Ceder es parte del amor que desea dar contento al amado. Así me gustaría verles siempre, felices porque buscan hacer feliz al otro.


        No olviden que no somos perfectos. Ni tú, Juan, ni tú, Laura. Por eso hay que tener una actitud continua de superación, para salir de los baches. A la vez, hay que tener un gran espíritu de perdón, para que nunca el defecto que veas en el otro te lleve a empañar ese amor tan fresco que ahora se tienen.


        Comenten lo que sienten, lo que piensan, y tomen las decisiones en común. No quieran “triunfar” sobre el otro. Tampoco se guarden dentro dudas o inquietudes que crecen hasta convertirse en auténticos enemigos del amor. Busquen tiempo para abrir eso que llevan dentro, con realismo y sencillez. Nunca acepten una suposición contra el otro, ni menos críticas que se escuchen desde fuera. Trabajen por ser trasparentes y limpios, como el agua cristalina, pero sin durezas. Si hay que reprochar algo objetivo, díganlo con tanto cariño que hasta dé gusto el estirón de orejas...


        Dios les ha amado desde toda la eternidad, les ama ahora, les amará siempre. Dejen a Dios el mejor lugar en la familia. Búsquenlo en la confesión si alguna vez el pecado ha llegado a la propia vida. Recíbanlo limpiamente, cada domingo, en la santa Misa, donde les espera como esposos. Busquen momentos como familia para rezar juntos, para leer la Biblia, para ayudar más a la parroquia y a tantas personas necesitadas.
        En lo que esté de mi parte, cuenten conmigo. He visto matrimonios muy hermosos que han fracasado por una tontería. He visto matrimonios que han pasado por pruebas muy duras, pero han salido adelante. He visto matrimonios que “siguen” por inercia, pero aburridos, sin fuego, sin cariño, sin amor.


        ¡Cómo me gustaría que no pasase esto entre ustedes! El mundo en el que vivimos no ayuda a vivir bien el matrimonio. Pero Dios es más fuerte que el mundo. Con Dios pueden ser una pareja santa y feliz. Así lo deseo de corazón. Quisiera verles siempre como ahora, como tórtolas enamoradas, o incluso cada día más y más tiernos y delicados.


        Ya ven, me salió un sermón de nuevo. Es el vicio que tengo desde hace años. Pero no se pueden imaginar la alegría que siento al verles unidos en el matrimonio según Jesucristo. Que Él les acompañe siempre. Que el Espíritu Santo les bendiga en sus pensamientos, en sus palabras, en sus acciones. Y que la Virgen María y san José les enseñen cómo se vive de verdad en una familia que busca en todo, siempre, hacer lo que agrada a Dios y lo que agrada al propio esposo, a la propia esposa, a los hijos.


        Que Dios les bendiga mucho. Y, si Él así lo dispone desde el amor que ya ha sido bendecido por el matrimonio, les espero pronto para el bautismo del primer hijo...».


Autor:Fernando Pascual
Fuente:fluvium.org


Queridos amigos...con ésta publicación, me ausento por unos días... cortas vacaciones con la familia... Un gran abrazo para todos... y GRACIAS POR ESTAR SIEMPRE AHÍ.!  

BENDICIONES!!!

martes, 3 de enero de 2012

6 de Enero.. Los Reyes Magos




6 DE ENERO

Era hermosa la mañana,era el 
Día de Los Reyes,
las sonrisas infantiles mundopyre
iñasãi,(al pie del mundo se extiende)
cada cual con el obsequio que el
Mago les hiciera
por ser bueno y obediente,
vy´águi osapukái.(contento grita)


Mas un niño que era pobre,
también bueno y obediente,
al no serle obsequiado isymíme
Oporandu:(a su mamita le pregunta)


Por qué mamá querida Los
Reyes del Oriente
no me hizo un regalito,ha
entérope ogueru.( y todos les trajo)


Yo mamita soy más bueno que
Antonio y Andresito,
y de muchos amiguitos añembo´e kuaaiteve; (rezo mejor) 
qué malos son Los Reyes no me
trajo ni un autito
comprámena mamita,
aipotánteko chave.(yo quiero tambien)


Así se queja el pobre sin cariño
y sin halago
que su padre fue un tirano ni
ndohecháiva chupe (núnca le vió)
y esa terrible orfandad no tiene
sus Reyes Magos
que le haga un regalito
el 6 de enero yave.(cuando es el 6 de enero) 



Letra: Clementino Ocampos

Música: Martín Escalante




Memoria Viva

6 DE ENERO:
El drama de un niño sin Reyes (x)

por: Mario Rubén Álvarez

El poema de Clemntino Ocampos, basado en su propia experiencia, sobrevive en el tiempo. Convirtió lo particular en universal. Y denuncia la injusta distribución de la riqueza. La tarde caía con un apuro no común. Las horas no le rendían culto, aquel 5 de enero -de 1945 talvez -, a la lentitud. No corrían sino que volaban. Es que el poeta y sastre Clementino Ocampos (nacido el l4 de noviembre de 1913 en San Lorenzo del Campo Grande), en Asunción, esperaba, ansioso entregar un traje a la medida. Más que entregar, lo que quería era cobrar a su cliente para que su hija Ramona Belarmina, de 3 años, tuviera un regalo de Reyes.
La noche llegó antes de lo acostumbrado. El cliente, sin embargo, no apareció. La decepción se apoderó del que tenía puestas sus ilusiones en aquel hombre que no cumplió su palabra. La suerte estaba echada: su primogénita no tendría el regalito que aguardaba con tanta ansiedad.
Al día siguiente, en la casa del poeta, la niña amaneció sin su obsequio. Pudo tal vez haber puesto sus zapatitos en la ventana, lo mismo que el agua y el pasto para los camellos, como un gesto de cortesía para los visitantes venidos de tan lejanas y misteriosas latitudes. Lo cierto es que con la mañana a la criatura le crecía una inmensa tristeza.
Qué malos son Los Reyes: a mí no me trajeron nada!- le comentó Ramonita a su papá. Impresionado por el episodio, Clementino tomó la anécdota y escribió 6 de enero. Demoninador de su arte, buscó las figuras necesarias para convertir lo particular -su caso- en universal -algo que a cualquiera le puede suceder, en cualquier parte del mundo-, y escribir una poesía que sobreviviera en el tiempo.
Pronto el poema se popularizó. Maxima Lugo, Diosnel Chase, José L. Melgarejo y otros lo llevaron, como recitado, a los más alejados rincones del país. Le gustaba a la gente. Era el drama del huérfano pobre e inúltilmente virtuoso que se quedaba sin regalo, censuraba la maldad de Los Reyes y le reclamaba a su madre la reparación de la injusticia. Era y es, también, más allá de lo que estrictamente dice la letra, una denuncia de la injusta distribución de la riqueza.
Llegó la revolución de 1947. Clementino, que no quería derramar la sangre de sus hermanos, eligió el exilio. Y con su tijera, su centímetro y su máquina de coser instaló su sastrería en Formosa, para seguir dando de comer un pan honrado a su familia.
Por allí, un día cualquiera, pasó Martín Escalante, que por entonces todavía no cantaba con Carlos Quintana (era el dúo Pérez-Quintana). Le pidió 6 de enero para ponerle música. Poco tiempo después la obra estaba completa. Y los versos musicalizados recorrían los caminos para impresionar a los insensibles y conmover a los sensibles.
Cada vez que se aproxima el 6 de enero, la composición, se convierte en un himno. En cuatro estrofas pinta un universo. Y la tragedia de ese niño "más bueno que Antonio y Andresito" sigue siendo el de muchos niños golpeados por la injusticia.



Fuente:http://www.musicaparaguaya.org.py/profundo2.htm
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