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"El Señor no mira tanto la grandeza de las obras como el amor con que se hacen." Santa Teresa de Ávila
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sábado, 28 de abril de 2012

BLANCA...




Querida Prima...en éste día triste, gris con lloviznas..muy tempranito te recordé con una oración...y sentada frente a ésta computadora empecé a buscar alguna frase y dedicártela... me encontré con ésta...

CUANDO TE INVADA LA ANGUSTIA Y LA TRISTEZA RECUERDA TODOS AQUELLOS MOMENTOS QUE PUDIMOS COMPARTIR...NO SUFRAS NI LLORES PORQUE YA NO ESTOY, QUIERO SENTIRTE ALEGRE Y FELIZ, COMO SIEMPRE, Y RECUERDA QUE MI ALMA ALCANZÓ LA VIDA ETERNA...

...y me emocióné tanto Blanky ...porque en realidad hemos pasado momentos muy cortos juntas... pero aquellos pocos, compartidos, son recuerdos imborrables que me quedan impregnados... cortitos...pero felices, muy felices...aún en aquellas difíciles horas terribles que estabas pasando, no me dejabas ver esa maldita enfermedad que te carcomía por dentro...siempre tuviste esa sonrisa en los labios para aquellos que te visitabamos...Mamá, núnca olvida aquel encuentro, despues de mucho tiempo... y esa sonrisa que siempre te caracterizó... .. en casa, así te recordamos todos prima, con esa alegria, esa sonrisa ...y siento en mi corazón, que así querrías que te recordáramos todos... no te gustaría vernos tristes... hoy elevamos una oración por vos y pedimos que desde el Cielo nos bendigas..y muy especialmente a tus hijos y nietos....

QUE EN PAZ DESCANSES PRIMA! 

jueves, 26 de abril de 2012

Si el mañana nunca llega


                              
 
Si supiera que hoy fuera la última vez
que te voy a ver dormir, te abrazaría
fuertemente y rezaría al Señor por ser
el guardián de tu alma.
 
Si supiera que ésta fuera la última vez
que te vería salir por la puerta, te daría
un abrazo, un beso y te llamaría de nuevo
para darte más.
 
Si supiera que ésta fuera la última vez
que voy a oír tu voz, grabaría cada una
de tus palabras para poder oírte una
y otra vez indefinidamente.
 
Si supiera que éstos son los últimos minutos
que te vería, diría "te quiero" y no asumiría
tontamente, que ya lo sabes.
 
Sabes, hay un mañana y la vida nos da
otra oportunidad para hacer las cosas bien,
pero por si me equivoco y hoy es todo
lo que nos queda, me gustaría decirte
cuánto te quiero y que nunca te olvidaré.
 
El mañana no le está asegurado a nadie,
joven o viejo. Hoy puede ser la última vez
que veas a los que amas, por eso no esperes
más, ¡hazlo hoy!, ya que si "mañana" nunca llega,
seguramente lamentarás el día que no tomaste
el tiempo para una sonrisa, un abrazo, un beso,
y que estuviste muy ocupado para concederle
a alguien un último deseo.
 
Mantén a los que amas cerca de ti, diles al oído
lo mucho que los necesitas, quiérelos y trátalos bien,
toma tiempo para decir "lo siento", "perdón",
"por favor", "gracias" y todas las palabras
de amor que conoces.
 
Así, si "mañana" nunca llega, no tendrás
remordimiento por hoy.

celebrandolavida.org

martes, 24 de abril de 2012

ACOSTUMBRADOS



Nos acostumbramos a vivir en departamentos y a no tener otra vista que no sea las ventanas de alrededor.
Y porque no tiene vista, luego nos acostumbramos a no mirar para afuera.
Y porque no miramos para afuera, luego nos acostumbramos a no abrir del todo las cortinas.
Y porque no abrimos del todo las cortinas luego nos acostumbramos a encender más temprano la luz.
Y a medida que nos acostumbramos, olvidamos el sol, olvidamos el aire, olvidamos la amplitud.

Nos acostumbramos a despertar sobresaltados porque se nos hizo tarde.
A tomar café corriendo porque estamos atrasados.
A leer el diario en el ómnibus porque no podemos perder tiempo.
A comer un sándwich porque no da tiempo para almorzar.
A salir del trabajo porque ya es la noche.
A dormir en el ómnibus porque estamos cansados.
A cenar rápido y dormir pesados sin haber vivido el día.
Nos acostumbramos a esperar el día entero y oir en el teléfono: "hoy no puedo ir". "A ver cuando nos vemos" "La semana que viene nos juntamos".
A sonreir a las personas sin recibir una sonrisa de vuelta.
A ser ignorados cuando precisábamos tanto ser vistos.
Si el cine esta lleno nos sentamos en la primera fila y torcemos un poco el cuello.
Si el trabajo esta complicado, nos consolamos pensando en el fin de semana.
Y si el fin de semana no hay mucho que hacer, o andamos cortos de dinero, nos vamos a dormir temprano y listo, porque siempre tenemos sueño atrasado.
Nos acostumbramos a ahorrar vida.
Que, de a poco, igual se gasta y que una vez gastada, por estar acostumbrados, nos perdimos de vivir.
Alguien dijo alguna vez:

"LA MUERTE ESTA TAN SEGURA DE SU VICTORIA,
QUE NOS DA TODA UNA VIDA DE VENTAJA".

lunes, 23 de abril de 2012

HOY SERÉ FELIZ



Hoy seré feliz. Expulsaré de mi espíritu todo pensamiento triste. Me sentiré más alegre que nunca.  No me lamentaré de nada. 

Hoy agradeceré a Dios la alegría y la felicidad que me regala.

Hoy trataré de ajustarme a la vida.  Aceptaré al mundo como es y procuraré encajar en él. Si sucede algo que me desagrade, no me mortificaré ni me lamentaré, agradeceré que haya sucedido.  Porque así se puso a prueba mi voluntad de ser feliz.

Hoy seré dueño de mis sentimientos, de mis nervios y de mis impulsos.  Para triunfar tengo que tener dominio de mí mismo. 

Hoy trabajaré alegremente con entusiasmo y pasión, haré de mi trabajo una diversión.  Comprobaré que soy capaz de trabajar con alegría.  Disfrutaré mis pequeños triunfos, no pensaré en los fracasos

 Hoy seré amigable. No criticaré a nadie.  Si comienzo a criticar a una persona, cambiaré la crítica por elogios.  Toda persona tiene sus defectos y sus virtudes.  Olvidaré los defectos y concentraré mi atención en las virtudes.

Hoy evitaré las discusiones desagradables.  

Hoy voy a eliminar dos plagas de mi vida: la prisa y la indecisión. 

Hoy viviré con calma, con paciencia; porque la prisa es el enemigo de una vida feliz y triunfante. No permitiré que la prisa me abrume.

Hoy tendré confianza en mí mismo porque Dios está conmigo. 

Hoy haré frente a todos los problemas con decisión y valentía y no dejaré ninguno para mañana.

Hoy no tendré miedo. Actuaré valientemente, el futuro me pertenece.

Hoy tendré confianza en que Dios ayuda a los que luchan y trabajan.

Hoy no envidiaré a los que tienen más dinero o más salud que yo. Contaré mis bienes y no mis males.  Compararé mi vida con la de otros que sufren más.

Hoy trataré de resolver los problemas de hoy.  El futuro se resuelve así mismo. El destino pertenece a los que luchan. 

Hoy tendré un programa qué realizar. Si algo queda sin hacer, no me desesperaré, lo haré mañana.

Hoy no pensaré en el pasado.  No guardaré rencor a nadie, practicaré la ley del perdón.  Asumiré mis responsabilidades y no echaré las culpas a otras personas de mis fracasos.

Hoy comprobaré que Dios me ama y me premia con su amor.

Hoy haré un bien a alguien. Buscaré a alguna persona para hacerlo sin que lo descubra, seré cortés y generoso. Al llegar la noche comprobaré que Dios me premió con un bien, con un día de plena felicidad.

¡Y mañana viviré otro día como el de hoy!

Autor Desconocido 
Enviado por: Patricia Torre

viernes, 20 de abril de 2012

Sabías


Que siempre existen tres enfoques en cada historia:
mi verdad, tu verdad y la verdad.

Que toma mucho tiempo llegar a ser la persona
que deseas ser.

Que es más fácil reaccionar que pensar.

Que podemos hacer mucho más cosas
de las que creemos poder hacer.

Que no importan nuestras circunstancias,
lo importante es cómo interpretamos
nuestras circunstancias.

Que no podemos forzar a una persona a amarnos,
únicamente podemos ser alguien que ama.
El resto depende de los demás.

Que requiere años desarrollar la confianza,
y un segundo para destruirla.

Que dos personas pueden observar la misma cosa,
y ver algo totalmente diferente.

Que las personas honestas tienen más éxito
al paso del tiempo.

Que podemos escribir o hablar de nuestros sentimientos,
para aliviar mucho dolor.

Que no importa qué tan lejos he estado de Dios,
siempre me vuelve a recibir.

Que todos somos responsables de nuestros actos.

Que existen personas que me quieren mucho,
pero no saben expresarlo.

Que puedo hacer todo o nada con mi mejor amigo,
y siempre gozar el momento.

Que a veces las personas que menos esperamos,
son las primeras en apoyarnos en los momentos más difíciles.

Que la madurez tiene que ver más con la experiencia
que hemos vivido, y no tanto con los años que hemos cumplido.

Que hay dos días de la semana por los que no debemos
De preocuparnos: ayer y mañana.
El único momento valioso es ahora.

Que aunque quiera mucho a la gente,
algunas personas no me devolverán ese amor.

Que no debemos competir contra lo mejor de otros,
sino competir con lo mejor de mí.

Que puedo hacer algo por impulso,
y arrepentirme el resto de mi vida.

Que la pasión de un sentimiento
desaparece rápidamente.

Que si no controlo mi actitud,
mi actitud me controlara a mí.

Que nunca debo decirle a un niño que sus sueños
son ridículos, ¿que tal si me cree?

Que es más importante que me perdone a mi mismo,
a que otros me perdonen.

Que no importa si mi corazón está herido,
el mundo sigue girando.

Que la violencia atrae más violencia.

Que decir una verdad a medias,
es peor que una mentira.

Que las personas que critican a los demás,
también me criticarán cuando tengan la oportunidad.

Que es difícil ser positivo cuando estoy cansado.

Que hay mucha diferencia entre la perfección y la excelencia.

Que los políticos hablan igual en todos los idiomas.

Que es mucho mejor expresar mis sentimientos,
que guardarlos dentro de mí.

Que al final de la vida me doy cuenta que las únicas
cosas que valieron la pena son: Dios, mi familia,
un grupo muy selecto de amigos y unas experiencias
que me dieron crecimiento personal.

Para ser exitosos no tenemos que hacer cosas extraordinarias.
Hagamos cosas ordinarias, extraordinariamente bien.

"Si alguna vez no te dan una sonrisa esperada,
se generoso y da la tuya, porque nadie tiene tanta necesidad
de una sonrisa como aquel que no sabe sonreir" (Mahatma Gandhi)

Celebrandolavida.org

miércoles, 18 de abril de 2012

QUE YO NO PIERDA

Que Dios no permita que yo pierda el romanticismo, aún sabiendo que las rosas no hablan...
Que yo no pierda el optimismo, aún sabiendo que el futuro que nos espera puede no ser tan alegre...
Que yo no pierda la voluntad de vivir, aún sabiendo que la vida es, en muchos momentos, dolorosa... 
Que yo no pierda la voluntad de tener grandes amigos; aún sabiendo que, con las vueltas del mundo, ellos se van  de  nuestras vidas...
Que yo no pierda la voluntad de ayudar a las personas, aún sabiendo que muchas de ellas son incapaces de ver, reconocer y retribuir, esta ayuda...
Que yo no pierda el equilibrio, aún sabiendo que muchas fuerzas quieran que yo caiga... 
Que yo no pierda la voluntad de amar, aún sabiendo que la persona que yo más amo, pueda no sentir el mismo sentimiento por mí...
Que yo no pierda la luz y el brillo en la mirada, aún sabiendo que muchas cosas que veré en el mundo, oscurecerán mis ojos...
Que yo no pierda la garra, aún sabiendo que la derrota y la pérdida son dos adversarios sumamente peligrosos...
Que yo no pierda la razón, aún sabiendo que las tentaciones de la vida son muchas y deliciosas...
Que yo no pierda el sentimiento de justicia, aún sabiendo que el perjudicado pueda ser yo... 
Que yo no pierda mi abrazo fuerte, aún sabiendo que un día mis brazos estarán débiles... 
Que yo no pierda la belleza y la alegría de ver, aún sabiendo que muchas lágrimas brotarán de mis ojos y correrán por mi alma... 
Que yo no pierda el amor por mi familia, aún sabiendo que ella muchas veces, me exigirá esfuerzos increíbles  para mantener la armonía...
Que yo no pierda la voluntad de donar este enorme amor que existe en mi corazón, aún sabiendo que muchas veces él será rechazado...
Que yo no pierda la voluntad de ser grande, aún sabiendo que el mundo es pequeño...
 
Y encima de todo...

Que yo jamás me olvide que ¡Dios me ama infinitamente!  Que un pequeño grano de alegría y esperanza dentro de cada uno es capaz de cambiar y transformar cualquier cosa, pues ¡la vida es construida en los sueños y realizada en el amor!

¿De qué nos sirve vivir, sino sabemos respirar? ¿De qué nos sirve soñar, sino somos capaces de hacer realidad nuestros sueños?
 
Daniel Fernández Merlo   
Buenos Aires  -  Argentina

viernes, 6 de abril de 2012

Díalogo de Jesús con El Padre


En sus «Diálogos de Pasión», José Luis Martín Descalzo imagina una serie de diálogos que Jesús mantiene con los personajes de la pasión antes de que ésta comience, y cierra la serie con dos diálogos con Satanás y con el Padre. Este último diálogo (que es, en definitiva, una glosa de algunas ideas del discurso de Jesús en la Cena) es el que a continuación se reproduce.
JESÚS:
Ahora, Padre, que se acerca el momento de volver a tus manos (si es que puede volver quien jamás se ha alejado), déjame agradecerte este don de ser hombre que Tú me regalaste durante treinta años.
Ha sido hermoso ¿sabes? Hermoso y doloroso, es bien cierto, mas, sobre todo, hermoso. Tener carne, sentirme débil, conocer el paso del tiempo por tus horas, amar desde más cerca y uno a uno, tender la mano a los amigos, comer con ellos en la misma mesa y ver sus ojos líquidos que tratan de decirte que te quieren, aunque luego mil veces su pobre corazón se descarríe.
¿Sabes, Padre?. Siempre quise a los hombres, pero ahora se diría que me he enamorado de ellos, precisamente porque son tan pequeños y necesitan tanto. Ahora ya no sabría vivir sin ser humano y por eso te pido -es mi último deseo en este mundo- que me permitas seguir siéndolo en las anchas praderas de lo eterno.
Déjame que me lleve este cuerpo, y estas manos, y estos ojos que en la tierra aprendieron a reir y llorar (nunca lo hicimos antes), y estos pies caminantes, y el pobre corazón, que fue, lo que mejor nos salió en los siete días iniciales.
No creas que me olvido del mal y de la muerte. ¿Cómo podría hacerlo ahora que los siento subir hacia mis venas? Yo conozco la fría violencia del hombre y el egoísmo sucio que respira su alma y sus pulmones. He visto la serpiente de su odio enroscándoseme en torno de mi vida; mas también he medido su ignorancia, su mirada de niños descarriados y he gustado el vino más hermoso: el del perdón. ¿Qué Dios seríamos nosotros si no tuviéramos nada que perdonar? 
El mal del hombre permite que se vea lo más hondo de nuestro ser, la última razón de nuestra triple existencia, ya que amor sin perdón es medio amor. 

EL PADRE.
Bien se nota, hijo mío, que estás enamorado, pues hasta en sus defectos encuentras Tú virtudes. Mas yo voy a decirte que todo eso es cierto...muy relativamente. El hombre sólo es grande porque lo has sido Tú. Yo, que le amo tanto como puedas amarle, sé que hay hombres y hombres, sé cuántos viven muertos, y que, sin Ti, el puente entre el cielo y la tierra seguiría desierto y destruido. Ahora Tú has construido el nuevo puente, ahora Tú te has cruzado entre el hombre y nosotros, y ya no puedo verles sin verte siempre a Ti. 
Cuando miro sus manos recuerdo que son Tuyas, cuando leo sus ojos reflejan tu mirada, ya no hay «hombres», hay «Tú» multiplicado. ¿Cómo podría amarte sin amarles? ¿Cómo podría amarles sino amándote a Ti?
Gracias a Ti empiezan a ver que soy su Padre. Has cumplido tu oficio de buen hijo anunciándome y atando para siempre mis manos de justicia que ya se han vuelto manos solamente de amor.
Y sé muy bien cuánto dolor ha sido necesario para lograrlo. ¿Crees que no he visto tu espalda flagelada, tus sienes destrozadas, tus manos malheridas? ¡Si apenas puedo mirarte, Hijo, sin romper a llorar! ¡Si casi me arrepiento de haberte permitido ese descenso!
Así es fácil ser hombre: ¡subidos encima de tu sangre! Tienen vida porque cabalgan en tu muerte, son divinos porque Tú eres hombre y porque has muerto Tú.
Y ahora, Hijo, termina tu tarea, Tu Padre está contento porque el Hijo mayor está volviendo con mil millones de hijos pródigos cargados en su espalda. Y todos brillan como Tú, y Tú vuelves como un doble Dios con tanto engendramiento.
Ven, Hijo, ven y tráelos, que el Espíritu y Yo os esperamos para abrazaros por toda la Eternidad.


webcatolicodejavier.org

lunes, 2 de abril de 2012

¿Qué le pasa al motor?

La caridad sólo la puede poner cada uno. Es la carta personal que si no se pone en juego queda inútil en la mano.



La técnica, hoy día, corre a pasos agigantados. Considera mejor la comodidad de la persona, repudia la inversión inútil de tiempo en cosas arcaicas o busca sencillamente todo lo inmediato y rápido. El marco actual es una carrera continua que no llega nunca a la satisfacción del corazón humano.

Nada tiene de malo mejorar las condiciones de vida. La medicina ha salvado vidas y creado nuevas curas. La ciencia ha mirado las estrellas fuera del planeta. Pero, ¿por qué no llega a un término? ¿Por qué siempre hay más y más que se puede hacer? ¿Cuándo llegará el hombre a la plenitud y a la satisfacción?

El galope de la vida ha visto el paso de las sociedades, lo viejo que se pierde y lo nuevo que surge. Tal cual como un auto, que con el paso de los años se desgasta, el ser humano también. El motor no para de hacer ruido. Las ventanas vibran con la misma velocidad del coche. Las gomas del parabrisas rechinan por el uso. Los cambios de velocidades son más difíciles. ¿Qué daría por cambiarlo? Sin embargo, el cuerpo no tiene refacciones como un auto y mucho menos se puede mandar a una agencia para cambiarlo.

El corazón humano, si no se cuida, se desgasta como todo. Si vive amargado, en constantes peleas, sin una sana diversión y descanso, hundido en gustos meramente banales, se estropea. Podremos tener un Audi o un Ferrari por cuerpo pero sin atención termina como un auto para el basurero.

¿Qué le pasa al motor? ¿Qué necesita? Se podría poner cualquier cosa en el tanque al coche pero seguro que no todo le daría suficiente potencia. Al ser humano se le puede poner alcohol y su corazón correrá quizá bien durante un rato, pero más tarde no reaccionará igual. Como ésta, son muchas las opciones. Sin embargo, hay una opción que supera en mucho cualquier otra: la caridad.

Caridad.... Caridad... Caridad... ¡Qué vida tan distinta la que se vive por amor y desde el amor! Con esta actitud, las dificultades se comparten con aquellos que se aman. La carga diaria se transforma en un reto de vida. La compañía de un amigo es más valiosa cada vez.

Se nota cuando un coche tiene buen motor: basta escucharlo y verlo trabajar. Igual cuando una persona posee un corazón que ama. Un hombre caritativo se distingue a leguas. Actitudes como la de ayudar, colaborar, convivir, compartir, apoyar, escuchar, contemplar, son aditivos para la vida que restauran el corazón. Todo mantenimiento, por más complicado que quiera ser, se logra con estas acciones. No son remedios instantáneos como una medicina o algo similar. Son opciones que dan a la vida un curso suave, placentero hacia la felicidad.

Cada corazón es único, irrepetible. Sobre todo, cada corazón es capaz de ofrecer algo que ningún otro puede. La caridad sólo la puede poner cada uno. Es la carta personal que si no se pone en juego queda inútil en la mano.

La vida misma pone pruebas, fáciles y difíciles. Ella misma es un reto y exige lo mejor de cada uno todos los días. ¡Qué mejor ocasión que hoy para la caridad! Las oportunidades no siempre se repiten. Es bueno no esperar a que falle el corazón. Mucho mejor será actuar y qué mejor forma que poner en obra la caridad.


¡Vence el mal con el bien!
Autor: Aaron Robles, LC | Fuente: Catholic.net

domingo, 1 de abril de 2012

UNA LUZ DE PAZ

En mi búsqueda del significado de la vida…De esa paz interior tan anhelada…En el crepúsculo de mi existencia…
En esa infinita esfera entre el cielo y la tierra,Estoy abriendo las llaves de mi alma,Y a  través de este libro he encontrado,
Una luz de paz.


He remontado las más altas cumbres,Descendido a los más profundos valles,
Y penetrado los insondables bosques.
He navegado los trémulos mares,He creado puentes de comprensión por doquiera que voy,
He aprendido a conquistar mis triunfos y mis tragedias,Y he descubierto en mi largo caminar,La odisea al centro del corazón.


Permite pues que tu corazón y tu espíritu sean los lectores,Vé en busca de lo misterioso, Lo desconocido y lo fascinante,
Captura la esencia de cada comarca, Su antigua historia,Su apasionante cultura,
La diversidad de su gente,Lo sagrado de sus templos, y así conquistarás tu propia odisea.
 

Lucia De García    
Tomado de su libro de poemas:  Una luz de paz, mi odisea al centro del corazón.
www.luciadegarcia.com/

Anillos que valen



El valor de cada anillo depende del amor que une a los esposos.
        Esta anécdota ocurrió en el año 1987, en la zona centro de México. Dos esposos viajaban de regreso a casa. En la carretera, se reventó una llanta y hubo que cambiarla, entre los nervios y las prisas de las circunstancias.
        La esposa escuchó un ruido metálico, pero no le dio mayor importancia. Cuando la nueva llanta estaba en su sitio, el coche se puso nuevamente en camino.
        Tras llegar a Morelia (Michoacán), el esposo descubrió que le faltaba el anillo de bodas.
        Ella no tuvo la menor duda: ¡a buscar el anillo! Amaneció el nuevo día, y los esposos recorrieron 400 kilómetros de carretera hasta llegar al lugar del accidente.
        Allí cerca había una escuela. Una persona del lugar les aconsejó que desistieran: seguramente alguno de los muchos niños que pasaban por allí habría visto el anillo y lo habría tomado.
        Los esposos no se resignaron. Gracias a la buena memoria de la esposa, por fin encontraron el anillo. Un anillo que valía mucho, porque esos esposos, que en aquel entonces llevaban 15 años de casados, lo veían como símbolo de un amor llamado a madurar cada día un poco más.
        Desde entonces han pasado casi 20 años. Pero el anillo sigue allí, entre las manos de esos esposos, como señal de un amor bello y fiel.
        En una obrita publicada en 1960, “El taller del orfebre”, Karol Wojtyla habló de la belleza del amor esponsal precisamente a través del anillo. Uno de los protagonistas, el orfebre que vendía anillos a las parejas, era capaz de descubrir el peso y el valor de cada anillo: el mismo valor del amor que reinaba en cada pareja que entraba a su taller.
        Vale la pena recorrer 400 kilómetros para buscar algo que es mucho más que un símbolo. Porque el anillo, para los esposos, indica un proyecto y una aventura, un amor que une y que crece con el paso de los años. Por eso, su presencia en la mano, su brillo continuo y sereno, dice mucho. Especialmente si hay corazones enamorados y frescos, que conservan, a pesar de los golpes de la vida, la ilusión de amar y ser amados para siempre.



Fernando Pascual, L.C.
http://www.fluvium.org/textos/familia/fam843.htm
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