Que ingrato es sentir murmurar a la gente
Sobre una canción que es de diversión
Sin ningún pudor, sin ningún respeto
Sobre la mujer de nuestra nación.
No es hombre aquel que con tanta saña
Arremete en contra de una mujer
Que con tres acordes y bastante maña
Y con disparates busca trascender.
Todo el mundo sabe que falta trabajo
Y no hay peor ciego que el que no quiera ver
Hoy en nuestra patria la vida es tan dura
Y aunque uno no quiera…tiene que ceder.
A Europa emigra la mujer paraguaya
Dejando madre, hijos, marido y hogar
Buscando de algún modo revertir miseria
Su patria y su pueblo añorando está.
Y cuando implacable la nostalgia invade
Y su corazón siente entristecer
Lagrimas amargas derrama en silencio
Al sentirse lejos sola y sin querer.
Constante el envío, fruto del trabajo
para su familia quiere lo mejor
Desde la distancia y hasta a escondidas
Con miedo en el alma por la expulsión.
En España no siempre es todo alegría
Y aunque clandestina hay que trabajar
En mano de obra “negra” o “sumergida”
Y así a escondidas a su país ayudar.
Por eso este canto de amor vehemente
A los cuatro vientos me pongo a cantar
Por su valentía y amor a su gente
Ella es honra perenne del Gran Paraguay.
(Un homenaje de reivindicación a la figura de la mujer paraguaya, protagonista principal del éxodo de compatriotas por el mundo, por falta de oportunidades en el país).
PENURIAS DE LA MUJER PARAGUAYA
Poema de Rubén Domínguez Alvarenga
https://www.facebook.com/elnordestinocom
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