Voy a decir algo que con seguridad va a molestar a muchos, pero
que cuando se los explique les va a molestar más, y es que a veces
cuidamos más lo seguro que tenemos, que lo inseguro.
Me
explico: yo siempre digo, no cuides tanto a tu familia, cuida a tu
pareja y la gente se sorprende. ¿Pero como que no voy a cuidar mucho a
mi familia? ¡Es mi familia! Y no, tu familia, que es tu familia, está
segura, es tu familia, nunca se pierde.
¿Ustedes han oído
decir a alguien «allí va mi ex hijo, allí va mi ex padre»? No, ¿verdad?.
Pero han oído mucho, «allí va mi ex pareja». Entre los padres, los
hijos, los hermanos, la familia, lo más seguro que se tiene, no hay ex.
Ellos están allí y por muchos años que duren sin verse, por mucho tiempo
que tarden en escribirse o en hablarse, ellos están allí. Usted no
puede decir «aquella señora que va pasando por allí fue mi madre por 35
años». Ella está allí, ella está segura.
Y es más, les
voy a decir otra cosa, de todos los amores, que es tender lazos, de
todos los puentes, el amor más débil que existe es el de pareja. En una
pareja no hay nada. Por eso hay que darlo todo, para quedarse con algo.
Tener una pareja es como cuidar una flor. Si una flor no se riega, se
muere, y si se riega mucho, también. Hay que ser un artista para cuidar
una flor. Yo no sé cuidar flores, por eso soy cura.
Por
eso, el amor de padre, de madre y de hijo es como tener un «cují
coriano», nadie los riega, pero está ahí. Eso que llamamos amor eterno
se da en papá, en mamá, en un hijo, y en los amigos, que también puede
ser un amor eterno. Pero en una pareja es un amor diario, tiene que
cuidarse todos los días.
Tengo un hermano en los Estados
Unidos que se fue hace más de diez años y duré más de diez años sin
hablarle. Nunca le llamé, y puedo decirlo que hasta por descuido.
Siempre sabía de él por mamá, y cuando vino por primera vez desde que se
había ido, lo fui a buscar al aeropuerto, y cuando nos vimos el abrazo
fue tan fuerte que lloramos de emoción. Allí estábamos.
Pero
vete de tu pareja diez años a ver qué encuentras. Eso es lo que dice
que el amor de pareja es amor de todos los días. Yo puedo hablar con mi
mamá cada semana, una vez a la semana, pero si tuviera pareja la
estuviera llamando a cada momento. Y no es que sea bueno o malo, es que
el amor es así. No se quiere a nadie más por no querer al otro.
Por
ejemplo, yo comparo el amor de aquellas parejas que por alguna
circunstancia del destino tienen un hijo discapacitado. No es que no
quieran a los otros, pero ellos están seguros. De aquél tienen que estar
más pendientes, porque se puede caer, porque a lo mejor no come solo.
En cambio, los otros están y los quieren igual, y saben que están ahí.
Si
tengo una pareja, ese es el amor discapacitado. De ese tengo que estar
más pendiente porque necesita más. El amor de madre es independiente, el
amor de pareja es dependiente. Ella depende de mí y yo dependo de ella.
Estamos unidos «hasta que la muerte nos separe», pero el amor que nos
debemos es como el amor de un hijo discapacitado.
Padre Ricardo Búlmez, venezolano
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