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Educar hijos varones no es lo mismo que educar
chicas. Hombres y mujeres tienen diferentes necesidades educativas, cada
uno en su naturaleza lleva marcadas unas características propias. Así
que esta vez en LaFamilia.info hablaremos de los retos que tienen los
padres en la educación de las mujeres, aprovechando la celebración de su
día, el 8 de marzo.
En cuanto a la educación afectiva de las hijas, debes tener especial atención en los siguientes aspectos:
1. Refuérzale su autoestima y seguridad desde pequeña
La naturaleza femenina lleva
marcada la necesidad de vigorizar el autoconcepto y la seguridad en sí
misma, de ahí que la mujer solicite la aceptación de los otros y algunas
veces reclame más atención de lo que conviene. Hay que trabajar por lo
tanto en el amor propio para que ellas se acepten tal como son, y así
evitar que caigan en situaciones desfavorables como desórdenes
alimenticios, adicciones, entre otros; y de esta manera le hagan frente
al bombardeo publicitario al que son sometidas desde muy pequeñas, lo
que fomenta aún más sus inseguridades. (Leer también: La autoestima de tu hija: claves para fomentarla)
No olvidemos que un proceso educativo exitoso es aquel que comienza a
aplicarse de manera preventiva, por eso la autoestima debe ser
prioridad desde la niñez en la formación de las niñas. Un buen trabajo
en la infancia, hará que la adolescencia sea llevada dentro de los
parámetros normales.
2. Transmítele un adecuado concepto de vanidad y belleza
Si hay algo que determina la
identidad femenina, es la belleza y la sensibilidad hacia lo estético.
La mujer es bella en sí misma, por eso, estos dos aspectos no han ser
catalogados como “buenos” o “malos”, lo importante es encontrar el punto
medio entre el cultivo de la belleza física y la espiritual.
Asimismo, los padres deben transmitir a sus hijas -desde niñas-, la
idea que la belleza interior prima sobre toda estética externa. Quien no
es feliz, no irradia belleza. Por eso se debe reforzar la enseñanza de
valores y virtudes como contra respuesta a las falsas fuentes de
felicidad.
3. Enséñale que el manejo de su cuerpo comunica muchas cosas...
La coquetería es un arma estupenda exclusiva de la mujer, pero cuando
pasa a ser insinuación ya hablamos a otras instancias… Insinuarse con
las miradas, con los gestos, con el vestido, con las palabras, no son
adecuadas ni propias de su feminidad. “Hay que enseñarle a la hija a
prevenir una coquetería excesiva, que le lleve a pretender llamar la
atención todo el día... Pero no debemos quedarnos sólo en eso: hay que
llegar al fondo y demostrarle que ser mujer es un don, un privilegio, y
que ella puede y debe desarrollar su talento y genio femenino, pues los
tiene en abundancia.” *Del artículo “Femineidad: Mujercitas” publicado en Encuentra.
4. Dale las herramientas para controlar sus emociones
La sensibilidad y los sentimientos que caracterizan a la mujer, son
puntos que pueden aprovecharse a su favor o convertirse en su "talón de
Aquiles", en especial en las relaciones interpersonales. Es clave
enseñarles por tanto, a construir buenas amistades, a superar las
situaciones, a evitar ser el centro de atención, a dramatizar las
emociones, a no cultivar sentimientos negativos, y en cambio reforzar el
perdón, la empatía, la comprensión. En pocas palabras: ¡enséñale
inteligencia emocional!
5. Muéstrale lo maravilloso de la maternidad
Es una tarea que pertenece a la madre. Incentivar en su hija el amor
por la maternidad, tan esquiva en este momento donde priman otros
intereses -formación académica, competitividad laboral, prestigio,
independencia económica, culto al cuerpo, etc.- ayudan a que ella tome
conciencia del regalo tan grande que implica el hecho de poder engendrar
vida.
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