Lo que más deseamos
en la vida es la felicidad. Pero en ocasiones saboteamos nuestros esfuerzos para
alcanzarla. La felicidad no es un destino a donde se llega, sino es la
manera de caminar por la vida. Sin embargo, de manera extraña, en el trayecto
podemos tropezar con dos problemas graves: algunos seres humanos tienen miedo de
ser felices y muy pocos saben exactamente qué desean.
Si quieres vencer
estos dos obstáculos y pertenecer al selecto grupo de gente feliz, te sugerimos
seguir cuatro pasos para lograrlo.
Desmantela tu armadura.
Con frecuencia tememos ser
felices y saboteamos nuestras ilusiones porque pensamos que no merecemos la
felicidad y nos da miedo tratar de alcanzarla. La forma más sencilla y
frecuente de protegernos y mantenernos a salvo es construir una armadura de
acero en la que encerramos nuestros sueños y deseos para que nadie pueda
alcanzarlos ni destruirlos. Y, por supuesto, el resultado es que jamás damos un
solo paso para hacerlos realidad. Acepta que al reprimir tus sueños no los
proteges, sino que impides que se realicen. Haz esfuerzos verdaderos para
convertirlos en realidad. Esta decisión te puede llevar a correr algunas
desilusiones y desengaños; pero también te llevará a éxitos que de otra manera
no lograrías jamás.
Conéctate con los deseos de tu corazón.
Haz una "cita"
contigo mismo para explorar cuáles son los sueños y los deseos que duermen en el
fondo de tu corazón. Considérala y trátala como la cita más importante de
tu vida. Si lo consideras necesario, asiste a ella con libreta y pluma en
mano. Anota cuanta idea se te ocurra sobre lo que deseas, aunque te
parezca absurda. Cuando no tenemos idea de cuáles son nuestras metas en la
vida ni sabemos cómo alcanzarlas, es una buena idea ayudar al cerebro a realizar
esta exploración. Lo importante es que logres conectarte con lo que tu
corazón anhela realmente y que llegues a vislumbrar los diferentes caminos por
medio de los cuales podrías alcanzarlo. De este modo, te será más fácil empezar
a dar los pasos necesarios para convertir ese sueño en realidad. Los
esfuerzos que hagas llenarán de interés tu vida y te harán probar las primeras
mieles de la felicidad.
Reconoce tu propio poder.
Todos somos mental
y físicamente capaces de hacer lo que nos proponemos; los límites los ponen
nuestro miedo y nuestra imaginación. Y todos merecemos el éxito, como merecemos
el amor y la felicidad. Desafortunadamente, para muchos es más fácil decir
"no puedo"; y todos solemos creer en nuestras propias palabras. Así que
para conquistar la felicidad, empieza a practicar una actitud positiva, a
fomentar la confianza en ti mismo y a decir "sí puedo", a todos los retos
que te vaya planteando la vida. Muy pronto descubrirás que puede hacer
cosas de las que antes te sentías incapaz.
No
tomes precauciones como pretextos.
Algunos temores son
buenos. Ser precavido y cauteloso es una virtud cuando se conduce un automóvil,
se tienen hijos pequeños y se desea evitar cualquier tipo de accidente. Pero
cuando el miedo te impide lanzarte en busca de tus sueños, ha llegado el momento
de deshacerse de él. En las decisiones importantes de la vida los temores
y pretextos deben dejarse a un lado y debe imponerse el valor para correr
ciertos riesgos, porque se necesita determinación para perseguir y alcanzar los
grandes sueños. Para ser feliz hace falta honradez para seguir el camino
correcto en su consecución y para no estropearla con la mentira o el egoísmo.
Pero, ¿cómo sé en cada momento que estoy siendo honrado con las personas que
realmente me importan? El problema que se nos plantea es el de reconocer el tipo
de amor apropiado -cuál es la manera correcta de amar-, y distinguirla de un
amor equivocado -que pueda terminar destruyendo aquello que uno
ama.
Denis Derivet
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