Trabajo y familia ¡sí se puede! Así lo asegura el
especialista Jeffrey Hill, Ph.D. y profesor de la cátedra Vida Familiar
de la Universidad Brigham Young en EE.UU. El
catedrático se apoya en recientes investigaciones en ciencias sociales,
las cuales proponen que trabajo y familia pueden ser prioridades
complementarias, no antagonistas o adversarias, si se gestionan sobre la
base de la armonía. Las siguientes recomendaciones pueden contribuir a
que el ejercicio se convierta en máxima:
1. Ahorre su energía en el trabajo, no la malgaste: estudios
revelan que el agotamiento de la energía en un día normal de trabajo es
el principal factor para que surja el conflicto entre el trabajo y la
familia. Y esto puede evitarse: haga una lista de chequeo al inicio de
la jornada y establezca prioridades para el día, de tal manera que su
energía se conserve hasta el final de la tarde. Así, su vigor y su
estado de ánimo aún estarán “energizados” cuando llegue a casa a
compartir con su familia.
2. Imprima más calidad a su tiempo: en la búsqueda
de armonía debemos encontrar maneras de utilizar cada momento del mejor
modo. La hora de la comida, por ejemplo, es una gran oportunidad para
inyectarle calidad al tiempo que se comparte en familia. La hora de
dormir es otro espacio valioso; esos minutos en que está con ellos, uno a
uno con cada hijo, fortalece la comunicación y las relaciones
familiares.
3. Aprenda a enlazar cosas, haga “paquetes”: cuando
una actividad se aprovecha al mismo tiempo, en dos o más aspectos de la
vida, se detecta satisfacción al hacerlo. Por ejemplo, cuando una pareja
de esposos sale a caminar, además del ejercicio necesario, aprovecha
para hablar de sus hijos, proponer y generar soluciones a los problemas
en el trabajo, expresar su afecto, planificar la próxima semana, entre
otras cosas.
4. Haga uso de la flexibilidad: los empleados que
tienen flexibilidad respecto a cuándo y dónde trabajar, logran mantener
una armonía entre el tiempo de trabajo y el que destinan a la familia.
Algunos ejemplos de horarios flexibles (ser capaz de modificar las horas
de inicio, las pausas para comidas y las horas de finalización), a
tiempo parcial (menos horas por menos plata), ausencias (se toman tiempo
sin pago para atender responsabilidades familiares), y el teletrabajo
(trabajar electrónicamente desde casa).
5. Simplifique: la simplicidad voluntaria, una
deliberada elección de acumular menos posesiones y participar en menos
actividades de las que es posible, ayuda a crear armonía. Si
presupuestamos recursos, controlamos gastos y reducimos deudas
sentiremos una mayor armonía. También debemos aprender a reducir el
número de actividades en las que nos involucramos y centrarnos en
aquellas que realmente valen la pena.
Artículo editado
para LaFamilia.info. Tomado de la revista "Apuntes de Familia", edición
25-09/14, Instituto de La Familia, Universidad de La Sabana.
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