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Por querer comunicarse con
los hijos, algunos padres caen en una especie de interrogatorio o en una
plática tipo discurso, el cual los hijos encuentran aburrido o carente
de su interés. Estas son varias recomendaciones que ayudarán a que ese
diálogo familiar fluya naturalmente.
Muchas veces los padres quieren comunicarse con sus hijos, pero se
ven enfrentados a diversas situaciones que lo impiden -desinterés,
altercados, reproches, etc.-. Es pertinente por tanto, revisar si como
padres, se están bloqueando -sin quererlo- las puertas del diálogo. Las
siguientes pautas pueden ayudar a lograr este objetivo.
1. Actitud de escucha
Hay quienes se lamentan porque sus hijos no son comunicativos, pero
habría que preguntarse si tal vez son los padres los que no propician
aquellos espacios de diálogo, donde además de brindar consejo, se debe
guardar una actitud de escucha. Es en esas charlas, donde se vive una
verdadera conexión entre padres e hijos.
Así que el punto de partida, será tener la conciencia y la
disposición para la escucha, teniendo en cuenta que algunas veces eso
implicará interrumpir la actividad que se esté haciendo para poner la
atención en el llamado de los hijos. (Leer también: ¿Qué tanto escuchas a tus hijos?)
2. El silencio, parte del diálogo
“Hay padres que, con la mejor de las intenciones, procuran crear un
clima de diálogo con sus hijos e intentan verbalizar absolutamente todo.
Esta actitud fácilmente puede llevar a los padres a convertirse en
interrogadores o en sermoneadores, o ambas cosas. Los hijos acaban por
no escuchar o se escapan con evasivas. En estos casos, se confunde el
diálogo con el monólogo y la comunicación con el aleccionamiento”
explican los autores Mª. Ángeles Pérez y Francisco Javier Rodríguez, en
su escrito La comunicación en familia.
El silencio es un elemento fundamental en el diálogo. Da tiempo al
otro a entender lo que se ha dicho y lo que se ha querido decir. Un
diálogo es una interacción y, para que sea posible, es necesario que los
silencios permitan la intervención de todos los participantes.
3. Evitar los sermones
Los padres quieren guiar a sus hijos por buen camino, pero deben
evitar los discursos en lo que están presentes actitudes que lo
desfavorecen como son los juicios, las comparaciones o los reproches,
pues no lograrán nada; en especial con los adolescentes.
“Estamos ante uno de los errores más usuales en las relaciones
paternofiliales: creer que con un discurso puede hacerse cambiar a una
persona. A través del diálogo, padres e hijos se conocen mejor, conocen
sobre todo sus respectivas opiniones y su capacidad de verbalizar
sentimientos, pero nunca la información obtenida mediante una
conversación será más amplia y trascendente que la adquirida con la
convivencia. Por esto, transmite y educa mucho más la convivencia que la
verbalización de los valores que se pretenden inculcar”. Aconsejan los
especialistas.
En dicha convivencia está contemplada la relación cercana, amorosa y
de confianza que los padres deben construir día a día con sus hijos,
solo así, se podrá dar un diálogo verdadero.
4. Crear espacios para la comunicación
Vivimos afanados y dejamos poco tiempo para la interacción familiar.
Por eso, muchas veces es necesario crear un espacio fijo para lograr
este propósito, algo así como una tertulia familiar.
El autor Tomás Alvira define la tertulia familar como esa “reunión
informal de padres e hijos en la cual se dialoga, de ser posible todos
los días y del modo más natural, acerca de las cuestiones que a cada uno
le interesen. No sólo a los padres, sino a todos, incluyendo a los más
chicos.”
“Esta tertulia nos ayuda a conocer el mundo de nuestros hijos, tan
desconocido por muchos padres; ese mundo lleno de ilusiones, de
ingenuidades, de alegrías y de interrogantes que unas veces exponen con
palabras, pero otras han de adivinarse en sus ojos. (…) Esa tertulia ha
de favorecer a que en la casa haya un ambiente familiar educativo, ha de
ser tal en la que se hable de cuestiones tan variadas y en la que
brille siempre la alegría, la confianza, el apoyo, la comprensión que
haga costoso romper el diálogo para ir cada uno a continuar con su
tarea.”
Tips para los padres
Finalmente, algunos tips de los autores Mª. Ángeles Pérez y Francisco Javier Rodríguez, para mejorar el diálogo familiar.
- Observar el tipo de comunicación que llevamos con nuestro hijo.
Dediquemos unos días de observación libre de juicios y culpabilidades.
De este ejercicio podremos obtener información valiosa que permitirán
mejorar ciertos puntos de nuestra conducta como padres.
- Si no podemos prestar la atención necesaria en ese momento,
aplazar el acto comunicativo para más tarde. Podemos decir simplemente:
"dame 10 minutos y enseguida estoy contigo". Recordemos después
agradecer su paciencia y su capacidad de espera.
- Evitar emplear el mismo tipo de respuestas de
forma sistemática para que nuestro hijo no piense que siempre somos
autoritarios, le hacemos sentir culpable, le quitamos importancia a las
cosas o le damos sermones.
- Dejar las culpabilidades a un lado. Si hasta
hoy no hemos sido un modelo de comunicadores, pensemos que podemos
mejorar y adaptarnos a una nueva forma de comunicación que revertirá en
bien de nuestra familia suavizando o incluso extinguiendo muchos de los
conflictos habituales con los hijos.
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