No dejes que termine el
día sin haber crecido un poco, sin haber sido feliz, sin haber aumentado tus sueños.
No te dejes vencer por el desaliento. No permitas que nadie te quite el derecho a expresarte, que es casi un deber.
No abandones las ansias de hacer de tu vida algo extraordinario. No dejes de creer que las palabras y las poesías sí pueden cambiar el mundo.
Pase lo que pase
nuestra esencia está intacta. Somos seres llenos de pasión.
La vida es desierto y
oasis. Nos derriba, nos lastima, nos enseña, nos convierte en protagonistas de
nuestra propia historia.
Aunque el viento sople
en contra, la poderosa obra continúa: Tú puedes aportar una estrofa.
No dejes nunca de
soñar, porque en sueños es libre el hombre.
No caigas en el peor de
los errores: el silencio.
La mayoría vive en un
silencio espantoso. No te resignes. Huye.
"Emito mis alaridos por los
techos de este mundo", dice el poeta.
Valora la belleza de las
cosas simples.
Se puede hacer bella
poesía sobre pequeñas cosas, pero no podemos remar en contra de nosotros
mismos.
Eso transforma la vida en un infierno.
Disfruta del pánico que te provoca tener la vida por delante.
Vívela intensamente, sin
mediocridad.
Piensa que en ti está
el futuro y encara la tarea con orgullo y sin miedo.
Aprende de quienes
puedan enseñarte. Las experiencias de quienes nos precedieron de nuestros
"poetas muertos", te ayudan a caminar por la vida
La sociedad de hoy somos nosotros. Los
"poetas vivos".
No permitas que la
vida te pase a ti sin que la vivas...
Walt Whitman
Walt Whitman
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