Una niña sufría por las riñas y
conflictos diarios de sus padres. Un día acompañó a su madre al cementerio y
quedó sorprendida.
“Mamá, le dijo, todas las tumbas
está llenas de flores, y en todas se lee lo mismo: ‘A mi querido esposo’, ‘A
mis queridos padres’... ¿Es que tenemos que morir para empezar a amarnos?”.
El amor hay que demostrarlo en la
vida, no esperar a que la muerte arrebate todas las oportunidades. Amar lleva
consigo entregarse, dar la vida. El amor que no se da, se pudre. Amar no es dar
cosas, es entregarse uno mismo. El que ama no debe poner los pies en la luna y
los ojos en las estrellas, sino mirar bien abajo y pisar con firmeza la
realidad diaria.
Muchos se sienten emocionados al
escuchar una bonita historia de amor. Se confunde con demasiada frecuencia el
amor con el sentimiento.
“A lo largo del camino que lleva
al amor, muchos se detienen seducidos por los espejismos del amor: Si te
emocionas hasta las lágrimas ante un sufrimiento, si sientes palpitar
fuertemente tu corazón ante tal o cual persona, no es amor, sino sensibilidad.
Si te dejas prender en su poder
apacible o en su encanto;
si, seducido, te abandonas, no es
amor, sino una rendición.
Si, turbado, te extasías ante su
belleza y la contemplas para gozar de ella; si su espíritu te parece
distinguido y buscas el placer de su conversación, no es amor, sino admiración.
Si quieres a toda costa conseguir
una mirada, una caricia, un beso; si estás dispuesto a todo por tenerla entre
tus brazos y poseer su cuerpo, no es amor, es un deseo violento nacido de tu
sensualidad. Amar no es sentir emoción por otro, sentir afecto sensible por
otro, abandonarse a otro, admirar a otro, desear a otro, querer poseer a otro y
a los otros”. (Michel Quoist)
No se puede jugar con el amor, ni
se puede confundir con un momento de deseo o de pasión.
Sólo el amor maduro va más allá de
los arrebatos, no teniendo nada que ocultar y respondiendo a todos los
interrogantes.
“No envenenes mi amor; amar es
otra cosa...
No profanes la rosa si no sabes de
olor...
Otra cosa es amor, mucho, mucho
mejor...
No deshojes la flor si te amas a
ti misma…
Amor, que es egoísmo, no puede ser
amor...
Otra cosa es el amor...
Claridad, ilusión, risa, confianza
en ti; ver que tu corazón es sólo para mí...
Saber que el sol, las flores, la
vida es de los dos y que nuestros amores se confunden con Dios”. (Santiago
Martínez)
El amor pone vida en todo.
Para el que ama, todo sabe a vida.
Padre Eusebio Gómez Navarro OCD
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