"Ni putas ni santas, sólo
mujeres"... fue uno de los slogans de una marcha que comenzó en Canadá, y que ahora se ha replicado en muchas ciudades del mundo incluyendo el DF... Pero ¿a qué viene una expresión tan extrema y agresiva?
¿La historia?... a un policía de Toronto, Michel Sanguinetti, se le ocurrió comentar que "las mujeres deben evitar vestirse como putas para no ser víctimas de la violencia sexual"... eso bastó para que muchas mujeres indignadas salieran a las calles a manifestar que ellas se podían vestir como quisieran, o incluso desnudarse (como sucedió en varios casos en la marcha realizada en la Ciudad de México), y que por ello, nadie puede faltarles al respeto ni imaginar siquiera que son prostitutas o que quieren tener
relacionesUna gran cantidad de lemas "creativos" salieron a relucir en dicha marcha... "tengo calor, no te estoy coqueteando", "escucha baboso, yo escojo a quién
me cojo", "escote sí, escote no, eso lo decido yo", "putita pero no de tu templo", "me quieres virgen, me quieres santa ¿sabes qué? me tienes harta"...
Si no fuera tan dramático, causaría gracia tanta creatividad que trata de disimular y envolver una lucha sexista, promotora de antivalores y que muestra una pérdida total del respeto que la mujer debe tenerse a sí misma, la cual debería ser una de las banderas de un auténtico feminismo.
¿Qué es lo que lleva al ser humano a cubrirse?
Hay que regresar al principio de los tiempos "En ese momento se les abrieron los ojos, y los dos se dieron cuenta de que estaban desnudos. Entonces cosieron hojas de higuera y se cubrieron con ellas" . (1)
El propósito más básico del vestido, es protegernos de las inclemencias del tiempo, todos los animales del planeta, han desarrollado mecanismos de protección, una piel mas dura, un pelaje abundante, una capa gruesa de grasa... y el ser humano no cuenta con ello. Por lo que desde las épocas de las cavernas, se cubrían con pieles de otros animales y con plantas.
El vestido también tiene un propósito social: estar adecuados al lugar en el que estamos... es decir, si tu vas a la oficina, es completamente impropio que te presentes en traje de baño, bien podrían negarte la entrada. Si estás en la playa, estar vestido de traje sastre también es igualmente impropio y ridículo.
El vestido también nos ayuda a expresarnos. Por ejemplo, las pandillas tienen una forma particular de vestirse y mostrar su rebeldía, los hippies otra, los darketos otra... cada grupo de estos expresa mucho de lo que quiere y de lo que tiene dentro a través de la vestimenta. Pero no necesitamos irnos a casos tan extremos para entender, que también nosotros en nuestra vida cotidiana, expresamos lo que somos... ¿qué piensas tu de una persona de 70 años que sigue vistiendo de cuero y con pelo largo y aretes?...
Pero algo aún más radical en el tema del vestido es que manifiesta "lo que queremos lograr"... ya sea distinción, elegancia, comodidad, atracción... una mujer que busca atraer a su hombre sexualmente, usa ropa sexy, atrevida, enseñadora. Una mujer que quiere proyectar elegancia, distinción y profesionalismo, usa traje sastre pero jamás usará algo que mande la señal de vulgaridad o de sexualidad.
En pocas palabras, la ropa es un envoltorio que "vende" lo que somos y queremos lograr. Es una realidad también, que las mujeres que se dedican a la prostitución usan muy poca ropa y que lo hacen para lograr un fin claro: atraer a los hombre sexualmente.
Lo esencial es: ¿qué queremos lograr al vestirnos?, cuando tu te amas y te respetas, cubres esas partes íntimas de ti que nadie tiene por qué conocer, porque vales tanto, que no necesitas mostrarlas para atraer la mirada y el reconocimiento de otras personas. A esto se le denomina pudor. Desde que el hombre es hombre, el pudor es una parte esencial de su vida.
El pudor se puede definir como un mecanismo instintivo, propio de la castidad, que protege la intimidad sexual. El pudor no nos lleva a ignorar lo sexual, sino a comprender lo trascendente de la sexualidad entregándola de forma exclusiva. No permite que una persona sea reducida a un objeto de consumo visual o activamente sexual
La realidad...
Sin embargo es un hecho, que en la sociedad contemporánea, se ha perdido el sentido del vestir... la tan traída y llevada "libertad" ha abierto la puerta a la promiscuidad. Hoy mujeres de todas las edades, desde adolescentes hasta abuelitas, reclaman para sí "ni de iglesias, ni de maridos, ni de partidos, mi cuerpo es mío".
De esta forma se ha generalizado una forma de vestir que es una realidad que antes era usada exclusivamente por mujeres que buscaban prostituirse (micro faldas, micro shorts, ombligueras que parecen brasieres, transparencias, tacones y plataformas exageradas, medias de red) y se vuelve difícil diferenciar a una mujer simplemente "liberada" con una mujer que está buscando tener sexo ya sea para satisfacer una necesidad o para obtener recursos económicos.
Esto se debe a la pérdida de la autoestima, a la pérdida de valores que muestren a las niñas, a las jóvenes y a las mujeres, que el valor que ellas tienen no se debe al cuerpo que tienen, sino a lo que son por dentro y que debería manifestarse en una actitud en el vestir, en una actitud al convivir que evidenciara lo extraordinariamente valioso de sí mismas, en lugar de vender lo más efímero y superficial que ellas poseen que es su cuerpo...
Nada justifica...
Lo que es una realidad también, es que nada justifica la falta de respeto de un hombre. No es un animal para reaccionar como si estuviera en celo frente a la presencia de una mujer más destapada. Siendo un hombre y no un animal, debería tener un control absoluto sobre su sexualidad y sus emociones.
También es cierto, que una mujer difícilmente entenderá el esfuerzo que esto supone para un hombre, pues la mujer es mucho más emocional. Para involucrarse con un hombre necesita de un vínculo... el hombre reacciona más por pulsión, no requiere un vínculo emocional para poder establecer una relación sexual. Si la mujer entendiera esto, también podría lograr con su hombre (en su casa, en su hogar) cosas maravillosas en el ámbito de una entrega única y exclusiva, y cuidaría mucho más su intimidad de miradas y actitudes de hombres que por desfortuna no saben respetar a una mujer.
Al final...
La pregunta es: ¿quién eres?, ¿qué quieres transmitir con tu forma de ser, la cual incluye la forma en que te vistes?, ¿cómo quieres ser recordada?, ¿qué parte de ti quieres que brille en el trabajo, la escuela, con los amigos y hasta con tus hijos?... ¿tu cuerpo o tu integralidad?
Se congruente con lo que quieres transmitir, valórate tú, y por consecuencia, serás valorada y respetada por el resto de las personas con las que convivas... porque eres mujer y vales mucho más que lo que tu cuerpo puede mostrar.
por Rosa Martha Abascal Olascoaga