Conoce los medios que te ayudarán a actuar siempre con rectitud, veracidad y discreción.
No debemos olvidar que los valores deben primero vivirse personalmente, antes de exigir que los demás cumplan con nuestras expectativas.
Recordemos que el valor de la honestidad:
Es una forma de vivir congruente entre lo que se piensa y la conducta que se observa hacia el prójimo, que junto a la justicia, exige en dar a cada quien lo que le es debido.
Es una forma de vivir congruente entre lo que se piensa y la conducta que se observa hacia el prójimo, que junto a la justicia, exige en dar a cada quien lo que le es debido.
La persona que es honesta puede reconocerse por:
- Ser siempre sincero en su comportamiento, palabras y afectos.
- Cumplir con sus compromisos y obligaciones al pie de la letra, sin trampas, engaños o retrasos voluntarios.
- Evitar la murmuración y la crítica que afectan negativamente a las personalidad de los demás.
- Guardar discreción y seriedad ante las confidencias personales y secretos profesionales.
- Tener especial cuidado en el manejo de los bienes económicos y materiales.
- Ser siempre sincero en su comportamiento, palabras y afectos.
- Cumplir con sus compromisos y obligaciones al pie de la letra, sin trampas, engaños o retrasos voluntarios.
- Evitar la murmuración y la crítica que afectan negativamente a las personalidad de los demás.
- Guardar discreción y seriedad ante las confidencias personales y secretos profesionales.
- Tener especial cuidado en el manejo de los bienes económicos y materiales.
Parte importante de nuestra esfuerzo personal para mejorar este valor, es reflexionar en nuestra actitud habitual hacia la honestidad:
- ¿Aprovecho el tiempo trabajando con intensidad y profesionalmente? ¿Evito aparentar ocupación para no recibir llamadas de atención?
- ¿Cumplo con la promesa de no revelar confidencias recibidas, sean personales o profesionales?
- ¿Evito aprovecharme de la ignorancia, el descuido, las debilidades o el exceso de confianza de los demás?
- ¿Devuelvo con oportunidad y en buen estado, todo lo que he recibido en préstamo?
- ¿Reparo el daño causado a los bienes ajenos por mi descuido o pereza?
- ¿Rechazo toda murmuración o comentarios que afecten a la reputación de los demás? ¿Procuro hablar siempre bien de las personas?
- ¿Es mi comportamiento igual con todas las personas y en todo lugar?
Para vivir con más cuidado y esmero el valor de la honestidad, es de gran utilidad poner en práctica las siguientes acciones:
- Debes ser fiel a tus promesas y compromisos por pequeños que puedan parecer.
- Lleva con claridad el manejo que haces del dinero, sin buscar quedarte con una parte alterando las cuentas, inventando gastos o argumentando extravíos.
- Si adquieres una deuda págala con oportunidad. No te escondas ni te molestes por el cobro, pues en justicia debes cumplir con ese compromiso.
- Aléjate de la pereza y cumple con tus deberes, así no tendrás necesidad de dar pretextos o mentir para encubrir tu falta de responsabilidad.
- Habla siempre con la verdad. No inventes ni exageres cosas sobre tu persona o sobre los demás. Lo mismo ocurre ante los problemas, situaciones laborales o de la vida cotidiana.
- No reveles aspectos negativos de la personalidad de los demás, aunque no te hayan pedido guardar el secreto, pues podrías caer en la murmuración, calumnia o difamación.
- Acepta serenamente los errores y fallas que has cometido, así como sus consecuencias; rectifica, y si es necesario, pide disculpas.
- Evita criticar negativamente las normas que existen en tu trabajo, la escuela o cualquier lugar, con personas ajenas y con poco conocimiento de las circunstancias. Dirígete al encargado, directivo o autoridad correspondiente.
- No tomes ni utilices los bienes ajenos sin la aprobación del legítimo propietario, aunque exista mucha confianza.
- Utiliza con propiedad los instrumentos de trabajo que están bajo tu responsabilidad.
- Demuestra respeto y fidelidad a tu cónyuge, evitando cualquier forma de coquetería o excesiva confianza con personas del sexo opuesto. El engaño también es incorrecto en el noviazgo.
La persona honesta, por sí misma, es garantía de fidelidad, discreción, trabajo profesional y seguridad en el uso y manejo de los bienes materiales.
Por el comportamiento serio, correcto, justo, desinteresado y con espíritu de servicio que adquirimos mediante la honestidad, esta se convierte en uno de los valores más importantes para el perfeccionamiento de nuestra personalidad.
- ¿Aprovecho el tiempo trabajando con intensidad y profesionalmente? ¿Evito aparentar ocupación para no recibir llamadas de atención?
- ¿Cumplo con la promesa de no revelar confidencias recibidas, sean personales o profesionales?
- ¿Evito aprovecharme de la ignorancia, el descuido, las debilidades o el exceso de confianza de los demás?
- ¿Devuelvo con oportunidad y en buen estado, todo lo que he recibido en préstamo?
- ¿Reparo el daño causado a los bienes ajenos por mi descuido o pereza?
- ¿Rechazo toda murmuración o comentarios que afecten a la reputación de los demás? ¿Procuro hablar siempre bien de las personas?
- ¿Es mi comportamiento igual con todas las personas y en todo lugar?
Para vivir con más cuidado y esmero el valor de la honestidad, es de gran utilidad poner en práctica las siguientes acciones:
- Debes ser fiel a tus promesas y compromisos por pequeños que puedan parecer.
- Lleva con claridad el manejo que haces del dinero, sin buscar quedarte con una parte alterando las cuentas, inventando gastos o argumentando extravíos.
- Si adquieres una deuda págala con oportunidad. No te escondas ni te molestes por el cobro, pues en justicia debes cumplir con ese compromiso.
- Aléjate de la pereza y cumple con tus deberes, así no tendrás necesidad de dar pretextos o mentir para encubrir tu falta de responsabilidad.
- Habla siempre con la verdad. No inventes ni exageres cosas sobre tu persona o sobre los demás. Lo mismo ocurre ante los problemas, situaciones laborales o de la vida cotidiana.
- No reveles aspectos negativos de la personalidad de los demás, aunque no te hayan pedido guardar el secreto, pues podrías caer en la murmuración, calumnia o difamación.
- Acepta serenamente los errores y fallas que has cometido, así como sus consecuencias; rectifica, y si es necesario, pide disculpas.
- Evita criticar negativamente las normas que existen en tu trabajo, la escuela o cualquier lugar, con personas ajenas y con poco conocimiento de las circunstancias. Dirígete al encargado, directivo o autoridad correspondiente.
- No tomes ni utilices los bienes ajenos sin la aprobación del legítimo propietario, aunque exista mucha confianza.
- Utiliza con propiedad los instrumentos de trabajo que están bajo tu responsabilidad.
- Demuestra respeto y fidelidad a tu cónyuge, evitando cualquier forma de coquetería o excesiva confianza con personas del sexo opuesto. El engaño también es incorrecto en el noviazgo.
La persona honesta, por sí misma, es garantía de fidelidad, discreción, trabajo profesional y seguridad en el uso y manejo de los bienes materiales.
Por el comportamiento serio, correcto, justo, desinteresado y con espíritu de servicio que adquirimos mediante la honestidad, esta se convierte en uno de los valores más importantes para el perfeccionamiento de nuestra personalidad.
Fuente:encuentra.com
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
ResponderEliminar