No pidas más de mí; esto es todo lo que
soy. No te pases todo el día revisando mis ausencias, anotando mis faltas,
multando mis desaciertos, porque empezaré a ser como tú quieres que sea, en
lugar de ser quien soy. Y cuando eso suceda, cuando sea menos sensible, más
dulce, menos gritón, más equilibrado, más comprensivo, seré el producto de sumas
y restas hechas por ti, no por mí.
No te
conviertas en mi alfarero. No lo intentes, porque de ser así, yo sería una obra
tuya, un títere para manejar a tu antojo, pero lejos de mí mismo. Déjame ser
simplemente, no es que me idolatre, ni que me encuentre maravilloso, perfecto,
impecable. Sucede que ese soy yo, ni maravilloso, ni perfecto, ni impecable,
pero auténticamente mío. Eso es; yo te amo y tú me amas, pero yo soy mío y tú
eres tuya. Terminamos creyendo que es mejor controlar que crecer. Hay que
aceptarnos sin odiarnos, a ser felices sin destruirnos.
Amarnos,
tú a mí y yo a ti, tal como somos; ¿Quieres que lo intentemos? Esta frase
tan vieja y tan manoseada: la convivencia es muy difícil, ¿Quieres que hoy pase
a ser un absurdo? Tratemos simplemente de entendernos como dos personas
diferentes, nacidas en familias diferentes y con diferentes capacidades y
objetivos. Eso sí; con el mismo amor, en eso no nos equivoquemos. Podremos tener
distintas formas de demostrarlo, pero siempre me ha gustado una por vez,
mientras dure, una sola.
Como decía mi Abuelo: ser
capaz de tener un sólo amor es sumamente difícil, porque tener muchos, eso sí
que es fácil, realmente muy fácil. Así que tú toca el violín y yo el
piano, cada uno como sepa… Lo importante es que si suenan juntos, sea la misma
melodía. Ningún virtuosismo; sólo lo mejor que podamos, y así tú con tu violín y
yo con mi piano encontraremos que la vida es música. Esto sirve para la pareja,
pero también sirve para los amigos, para los hijos, hermanos y todo ser
humano.
La unidad que vive más allá de la
adversidad, no es una vida absurda, es la vida misma llena de juego, de dolor,
de risas. Todo esto que te digo me hace recordar también algo muy hermoso,
porque tú me has recordado que existe la Biblia: Comparte con el hambriento el
dulce pan de la caridad, compartir es vivir… Y vino la pregunta del que ya no
quería ¿pero hasta cuando, hasta cuando tendré que seguir dando? ¿Una y otra vez
durante toda mi vida? NO, fue la respuesta estrujante y sencilla. Puedes poner
fin el día en que el Señor te deje de dar a ti.
Sólo recuerda que
yo te amo más por tus defectos que por tus virtudes, ya que si algún día lloras,
mi misión de hacerte feliz habrá fracasado, ya que de hoy en adelante vivo sólo
para hacerte feliz, sin importar que tanto de lo que tanto reciba, ya que sólo
con tenerte a mi lado soy el ser más feliz del universo, y sólo lo que pido al
señor es tenerte junto a mí de hoy en adelante, ya que si él te puso en mi
camino él sabrá cuando despojarme de ti, pero mientras déjame hacerte feliz pero
ayúdame contándome lo que te pasa, lo que te angustie para ayudarte a sentirte
mejor.
Juan Favela Limones Mexico
No hay comentarios:
Publicar un comentario