No juegues a hacer lo que otros quieren de
ti. Ni la sociedad, la familia, los amigos, o el ser
amado, conocen lo que uno debe hacer. Sólo uno sabe y sólo uno puede
hacer lo que es justo para sí mismo. Comienza ahora, tendrás que esforzarte
mucho, tendrás que sobrepasar muchos obstáculos, tendrás que soslayar sus
prejuicios.
Pero puedes lograr
cuanto desees, si te esfuerzas de verdad lo suficiente. Comienza ahora mismo y
vivirás una experiencia diseñada por ti y para ti. Y así podrás amar tu vida. No
podemos vivir tratando de responder a los requerimientos de los demás,
no podemos estar pendientes de las necesidades de todos, no podemos tratar
de responder a lo que los demás esperan de nosotros, no podemos hacer lo que los
demás pretenden que hagamos. Debemos ser auténticos, sinceros con nosotros
mismos: Ser.
Sólo nosotros
conocemos nuestras propias necesidades, y somos los verdaderos protagonistas de
nuestra historia. Amar la vida significa también amarnos y respetarnos,
asumirnos, tratar de ser mejores personas cada día. No porque así lo
quieren los demás, sino porque somos nosotros los que deseamos crecer, cambiar,
y evolucionar.
Amar la vida es
diseñar nuestras propias experiencias y en el diseño poner lo mejor de
nosotros, lo más auténtico. Sólo porque nosotros lo deseamos así
y porque reconocemos que somos los artífices de nuestro propio destino, de
nuestra propia vida. Amar la vida: ¡Qué importante! Con sus
obstáculos, con sus problemas, con sus días grises, negros y blancos. Siempre,
en la alegría y en la tristeza, en el mejor momento y en el peor.
Estamos vivos.
Tenemos vida. Aprendamos a amarla desde ahora y para siempre. Mira la
hora en tu reloj, y comienza ya, no pierdas tiempo.
Autor
Desconocido
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