Hace unos meses atrás, cuando recogía a los niños del colegio, otra madre a la que conocía bastante bien, se me acercó. Emily estaba histérica y muy indignada:
- ¿Sabes lo que tú y yo
somos?, me preguntó.
Antes de que yo
pudiera darle una respuesta, la que a decir verdad, no sabía cuál era,
ella me empezó a contar la razón por la cual me hizo esa pregunta. Parece
que ella recién venía de renovar su licencia de conducir en la oficina de
tránsito de la ciudad.
Cuando la oficial
que tomaba los datos, le preguntó cuál era su ocupación, ella no supo qué
responder. Al percatarse de esto la oficial que tomaba los datos le
dijo:
- ¿A lo que me refiero,
explicó la oficial, es a si usted trabaja o es simplemente una
...?
-
Claro que tengo un trabajo, le contestó Emily, "soy una
Mamá".
A lo que la oficial
respondió:
- No ponemos mamá como
opción, explicó la oficial, vamos a ponerle ama de casa. Fue la respuesta
enfática de la oficial.
Yo
había olvidado por completo la historia, hasta que un día a mí me pasó
exactamente lo mismo, en las oficinas de la policía. La funcionaria
era mujer de carrera, eficiente, de mucha postura, y tenía un título
muy despampanante que decía Interrogadora Oficial".
-
¿Cuál es su ocupación?, me preguntó ella.
¿Qué me hizo
contestarle esto? No lo sé. Las palabras simplemente salieron de mi
boca:
-
Soy una Investigadora Asociada en el Campo del Desarrollo Infantil y
Relaciones Humanas."
La funcionaria se
detuvo, el bolígrafo quedó congelado en el aire, y me miró como si no hubiese
escuchado bien.
-
Repetí el titulo lentamente, haciendo énfasis en las palabras más importantes.
Luego, observé asombrada como mi pomposo anuncio era escrito en tinta negra en
el cuestionario oficial.
Me permite
preguntarle, dijo la funcionaria, con un aire de interés:
- ¿Qué es exactamente lo que
hace usted en este campo de investigación"
Con una voz muy
calmada y pausada, me escuchó contestarle:
- Tengo un programa continuo
de investigación (que madre no lo tiene) en el laboratorio y en el campo
(normalmente me hubiera referido a lo anterior como adentro y afuera). Estoy
trabajando para mi maestría (la familia completa) y ya tengo cuatro créditos
(todas mis hijas).
Por supuesto que el trabajo es uno de los que mayor demanda tiene en el campo de humanidades (¿alguna madre está en desacuerdo?) y usualmente trabajo 14 horas diarias (en realidad son más, como 24). Pero el trabajo tiene muchos más retos que cualquier trabajo sencillo, y las remuneraciones más que solamente económicas, también están ligadas al área de la satisfacción personal.
Se podía sentir una creciente nota de respeto en la voz de la funcionaria, mientras completaba el formulario. Una vez terminado el proceso, se levantó de la silla y personalmente me acompañó a la puerta. Al llegar a casa, emocionada por mi nueva carrera profesional, salieron a recibirme tres de mis asociadas del laboratorio, de 13, 7, y 3 años de edad. Arriba yo podía escuchar a nuestro nuevo modelo experimental en el programa de desarrollo infantil (de 6 meses de edad), probando un nuevo programa de patrón en vocalización. ¡Me sentí triunfante! Le había ganado a la burocracia. Había entrado en los registros oficiales como una persona más distinguida e indispensable para la humanidad que solo "una madre más".
Por supuesto que el trabajo es uno de los que mayor demanda tiene en el campo de humanidades (¿alguna madre está en desacuerdo?) y usualmente trabajo 14 horas diarias (en realidad son más, como 24). Pero el trabajo tiene muchos más retos que cualquier trabajo sencillo, y las remuneraciones más que solamente económicas, también están ligadas al área de la satisfacción personal.
Se podía sentir una creciente nota de respeto en la voz de la funcionaria, mientras completaba el formulario. Una vez terminado el proceso, se levantó de la silla y personalmente me acompañó a la puerta. Al llegar a casa, emocionada por mi nueva carrera profesional, salieron a recibirme tres de mis asociadas del laboratorio, de 13, 7, y 3 años de edad. Arriba yo podía escuchar a nuestro nuevo modelo experimental en el programa de desarrollo infantil (de 6 meses de edad), probando un nuevo programa de patrón en vocalización. ¡Me sentí triunfante! Le había ganado a la burocracia. Había entrado en los registros oficiales como una persona más distinguida e indispensable para la humanidad que solo "una madre más".
Autor
Desconocido
No hay comentarios:
Publicar un comentario