Las cuatro reglas del "no"
"No" a las tarjetas. Para controlar tus gastos paga en efectivo. Las tarjetas de crédito distorsionan la percepción de lo que gastas. Si las usas, anota lo que has pagado a crédito ese mes.
"No" a los pagos aplazados. Retoma los usos de nuestros abuelos que solo compraban cuando tenían dinero en efectivo. Pagar a crédito siempre conlleva intereses.
"No" a la improvisación. Las prisas son malas consejeras. Ten cuidado con las compras compulsivas. Aumentan tu gasto hasta en un 30% .
"No" a los gastos innecesarios. Líbrate de "bienes tóxicos"; ese coche en el parking o ese móvil que pagas cada mes pero no usas.
Cuestión de organizarse
Si estás superada por gastos imprevistos o no sabes en qué se te va el dinero, ha llegado el momento de organizarte. Actúa como si tu economía doméstica fuera una empresa: tienes que hacer un plan de ingresos y de gastos y controlar los desvíos.
Averigua con qué cuentas
El primer paso es tener una visión real de tu situación. Analiza todos tus ingresos mensuales y organízalos en una tabla de entradas , y haz lo mismo con las deudas en una partida de salidas. Debes ser sincera: falsear los datos no te ayudará a controlarlos mejor.
Diseña tu propio plan
Busca y reúne los recibos del banco. Si lo necesitas pídele un extracto de tres meses y anota los gastos importantes. Archiva las facturas, guarda los tickets de compra... Estos datos te servirán para confeccionar un plan con los gastos importantes.
Ordena y clasifica
En un papel o en una hoja de cálculo de un programa informático, anota los ingresos y gastos por categorías. Nuestra propuesta es hacer cuatro apartados: uno de ingresos y tres de gastos (fijos, variables o imprevistos) con todos tus movimientos.
Mensual, trimestral, anual
El plan de gastos debe ser mensual. Luego puedes ir ampliándolo mes a mes, con las vacaciones y los extras de cada época y poder tener una visión trimestral o anual. También es útil anotar su forma de pago, sobre todo con las compras a crédito.
La hora de la verdad...
Cuando tengas las dos columnas (gastos e ingresos) enfrentadas, podrás valorar exactamente tu situación real. Con las cuentas claras, te será mucho más fácil establecer tus prioridades personales y reducir los gastos superfluos o excesivos.
Un control semanal
Los propósitos son fáciles de hacer; lo difícil es cumplirlos. El primer paso para conseguirlo es llevar un control semanal: apunta cada semana los gastos que has hecho, en qué partidas has gastado, y verás si te desvías de tu presupuesto marcado.
Y nunca te olvides de...
Si puedes, guarda una pequeña cantidad de dinero mensual destinada al ahorro para tener un colchón de futuros imprevistos. Una buena idea es abrir una cuenta de ahorro aparte e ingresar pequeñas cantidades mensuales, cuando cierres el mes.
Tu móvil te ayuda a medir tus gastos
Aplicaciones como Moneytracking, Moneybox o ReadyForZerote facilitan hojas de cálculo donde apuntar cada gasto al momento
Así eres, así gastas...
La forma en la que administras tu dinero es un reflejo de cómo eres. Analiza cuál es tu relación con el dinero y en qué lo usas. Ese es el primer paso para replantearte cómo deberías ahorrar.
Toma nota: cuánto necesito para...
¿Cuál es el porcentaje de ingresos que se deben destinar a hipoteca o a alimentación? Los expertos en economía doméstica aconsejan estas cifras: dedicar un 35% del sueldo en la hipoteca, un 15% a suministros (agua, luz, teléfono) y seguros, un 10% a gastos escolares, un 15% a la cesta de la compra, un 7% al transporte, un 10% al ahorro y pensiones, un 5% al ocio y un 3% a reparaciones.
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