Nunca permitas sentirte sola; puedes estar sola, pero aprende también a
disfrutar de ello. No te veas fea, gorda, o demasiado flaca. Lo que importa es
el contenido, no el estuche.
Ámate mucho, imagínate feliz, la mente
es un imán y todo lo que desees y pienses como por arte de magia lo atraerás. No
te sientas menos que otra mujer, ella puede ser más en algunas cosas, pero tu
tendrás tus virtudes en otras.
Recuerda amar la vida, con sus días de
sol, con sus días nublados, y con sus tormentas eléctricas. La vida es
para gozarla, y disfrutarla a cada instante, y en cada
momento.
Mujer te estoy hablando a ti: Llena tu mochila de bellos recuerdos, y deja los
malos a un costado del camino y ahora, frente al espejo, sonríe, observa lo
lindo que es tu cuerpo y destácalo, y luego mira en tu interior: el poder está
en ti.
Puedes elegir: sentirte bella y amada o
fea con una vida sin sentido.
Puedes elegir: darte otra oportunidad de
ser feliz o esperar con tristeza que tu vida se apague.
Puedes elegir: la alegría o la tristeza.
Puedes elegir: cerrar los puños y pelear
o perder todas las esperanzas.
Fíjate metas y
lucha por ellas. No te sientas egoísta si dedicas parte de tu tiempo a algo que
te gusta y que te hace feliz. Todas las mujeres somos diferentes, somos de
diferentes colores y formas, pero todas somos muy especiales. Las mujeres
somos seres con gran alma y corazón, luchadoras y trabajadoras; no bajamos los
brazos a la primera piedra que nos tiren, al contrario, enfrentamos la
adversidad con nuestra mejor arma: nuestra fuerza interior, nuestra dignidad de
ser mujer. Luchamos por nuestro género, somos inteligentes, leemos,
abrimos todos los sentidos para saber, aprender y no cometer errores del pasado.
Ya nadie nos cuenta cuentos de princesas y príncipes, hoy sabemos que la vida no
es así.
La vida de la mujer es
dura, enfrentamos grandes obstáculos para alcanzar nuestros sueños. Paso a
paso superamos los miedos, luchamos por aquello en lo que creemos y jamás
permitimos que alguien nos diga que algo no es para nosotras por ser “cosa de
hombres”. Las mujeres podemos sorprender al mundo entero mostrando nuestra
capacidad de caer y volver a levantarnos con más fuerzas que antes. Nada nos
queda grande, todo lo podemos hacer y lograr.
Nunca te enfrentes con
una mujer si no estás seguro de ser superior a ella, no sea que esa mujer te
sorprenda, pues dentro de ella hay tantas cosas buenas que ni ella misma es
capaz de dimensionar lo que vale. Una mujer es la que hace que todos los
semáforos de la vida se pongan en rojo, ante ella debes mostrar respeto, amor y
confianza, porque esa mujer es madre, hija o nieta. Ella es la que le dará
al mundo hijos nobles para crear un nuevo mundo, uno mucho mejor para los años
venideros.
Las mujeres hacemos la diferencia en este
mundo. Una mujer es y será siempre defensora de sus hijos y cuidará de su
hogar y de su esposo. Las mujeres sólo queremos una vida amorosa y
tranquila. ¿Eso es mucho pedir?
Si eres un buen hombre, junto a una gran mujer llegarás a ser un
hombre de éxito, un verdadero hombre, pues ella te hará crecer. Las
mujeres no queremos modelos, queremos tener un hombre que sólo nos ame, que tome
nuestras manos y nos abrace cuando nuestro mundo se cae. Poca cosa pedimos para
lo mucho que damos.
Una mujer es la más bella de las flores de tu jardín, es aroma que
se impregna en tus sentidos, es la mejor y perfecta creación del universo.
Una mujer tiene una mente rápida y es inteligente. Ya no es la muñeca que
decían los hombres que sólo sabía enamorase del primero que se le cruzara. Hoy
la mujer se fija muy bien en el hombre que desea sea su compañero de vida.
No es fácil conseguir a una gran mujer, ya no es cosa de
llevarle flores o chocolates. Las mujeres queremos hechos ante el
compromiso, no palabras. De eso ya estamos cansadas, queremos realidades y no
utopías.
¡Qué orgullo es ser
una mujer y bien plantada ante la vida! Hemos aprendido a hacernos
respetar, así como también respetarnos a nosotras mismas. Nos liberamos de ese
estigma en el que decían que éramos tontas y sumisas. Desde hace mucho tiempo
sabemos lo que valemos. Por ello exigimos lo mismo: Un gran hombre. Un
hombre que sea sincero y verdadero; no queremos mentiras, no queremos hombres
por un día, queremos un hombre para toda la vida.
Si crees que puedes con una mujer que piensa así, adelante, que
nosotras sabremos reconocer quién nos ama de verdad y quien sólo nos
utiliza.
Hombre, cuida a la mujer que tienes hoy, porque
mañana será tu mejor bastón.
No hay comentarios:
Publicar un comentario