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"El Señor no mira tanto la grandeza de las obras como el amor con que se hacen." Santa Teresa de Ávila
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martes, 30 de septiembre de 2014

Cómo hacer testamento


Durante años, cada vez que moría alguien suficientemente relevante como para aparecer en los telediarios siempre me asaltaba la misma duda. ¿Cuál sería mi obra?. Lo digo por la manida frase "siempre nos quedará su obra".

Muera un actor, un pintor, un escritor o incluso un científico, sabemos que "siempre nos quedará su obra".

¿Y yo que dejo?. Me preguntaba. Pensaba que no dejaba nada significativo al mundo. Hasta que hace tiempo que encontré la respuesta: ¡mis hijos!. Dejo cuatro obras maestras, absolutamente irrepetibles, únicas en la historia, labrados con todo el amor del mundo y con mucho trabajo (la mayor parte, debo reconocer, de su madre).

No se me ocurre nada más grande que dejarle al mundo. Ni siquiera El Quijote, más aún si cabe, ni siquiera La Pietá de Miguel Ángel, es más grande que cualquiera de mis hijos (y por supuesto que los suyos).

Los hijos son la gran obra que dejamos al mundo. Es cierto que no perdurarán siempre, pero eso no les resta ni un ápice de valor.

¡Qué enorme responsabilidad! ¡Que grandísima oportunidad!

¿Y qué les dejamos a nuestros hijos?. La mayor parte de los padres luchamos por dejarles lo básico: "una buena educación". Y no me refiero exclusivamente a una buena escolarización, ni tan siquiera una buena enseñanza, sino "una buena educación" en el sentido completo del término: haberles ayudado a convertirse en personas integras, honestas, leales, cercanas, divertidas; de esas que merece la pena estar a su lado y haberles conocido y que, con sus errores característicamente humanos, al final de su vida, no dejen tras de sí ningún otro ser humano mal herido.

¿Pero cómo lograr tan alto objetivo? ¿Cómo dejar la mejor obra posible al mundo? ¿Cómo educarles?

A los hijos les dejamos nuestra vida. Tal y cómo usted está viviendo, así está educando a sus hijos.

No se preocupe por una regañina más que otra, otro día más el cuarto sin recoger o un suspenso más o menos. La verdadera educación es cómo vive usted. El único testamento que realmente tendrá algo de valor para sus hijos es cómo ha vivido usted su vida.

Los hijos son el legado que dejamos al mundo, y nuestra vida es el único testamento que ellos necesitan, y que nunca, nunca, dejarán de usarlo.

Han pasado muchos años desde la muerte de mi padre. ¿Acaso no sigo viviendo de su vida? ¿Acaso no sigo mirando cómo vivió para intentar ser mejor persona de lo que he hasta ahora he podido llegar a ser?

El mundo espera que le dejemos el mejor legado posible y nuestros hijos necesitan que vivamos de tal manera que puedan construirse como las personas que deseamos lleguen a ser.


No se preocupe por atesorar grandes fortunas. Ni siquiera se inquiete si el colegio al que lleva a sus hijos no es el que usted hubiera deseado o no han podido ir a la universidad. Tampoco haber acumulado un gran patrimonio o llevarle al mejor de los colegios posibles debe dejarle con la sensación del deber cumplido.

Todo depende de cómo vive. Ocúpese de amar y demostrar su amor a su cónyuge, de ser honesto en sus palabras y en su trato, de dar al trabajo el valor que tiene y por tanto hágalo siempre lo mejor posible. Intente tratar las desgracias como meros inconvenientes y no convierta simples contrariedades en tragedias. Viva de tal manera que piensen en usted cada vez que oigan la palabra "respeto". Haga lo posible por divertirse en todo lo que emprenda, aunque sea una labor enormemente seria.

Si le gustaría que sus hijos lean, lea. Si quiere que rían, tenga sentido del humor. Si quiere que sean honestos, no engañe - ellos son los primeros en detectar nuestras exageraciones y desvaríos. Si quiere que vivan con una sonrisa en la boca, sea agradecido a todos y por todo; si quiere que sean considerados simpáticos, sea amable en su trato con los demás. Si quiere que sean libres, sea muy crítico consigo mismo. Si quiere que vivan con paz interior, rece.



Y, siguiendo un dicho oriental, si hay algo que no le gustaría que sus hijos supieran de usted, no lo haga.

lunes, 29 de septiembre de 2014

Regalos y peleas


Ocurre en familia. Llegan regalos para los hijos por algún cumpleaños, santo, o por los Reyes, o en otras fiestas familiares. Luego uno de los hijos pide al otro que le deje sus juguetes. El otro se niega. Como “venganza”, el primero decide no compartir los suyos. Los regalos se han convertido en el inicio de una triste pelea entre hermanos.

        ¿Por qué pasa esto? Una primera explicación parece sencilla: a casi todos nos gusta usar algunas cosas “en exclusiva”, como una propiedad plenamente a nuestra disposición. Dejar lo nuestro a otros significa no tenerlo en nuestras manos, y, en no pocas ocasiones, correr el riesgo de que nuestro objeto (un juguete, un teléfono móvil, una cosa más valiosa) quede dañado si lo usa quien no lo cuida como lo cuida su propietario.

        Esta explicación ofrece elementos interesantes, pero no llega al fondo de la cuestión. Si vamos más allá de la superficie, podremos reconocer que un niño (o un adulto) no comparte sus “posesiones” porque muchas veces piensa que “lo suyo” es sólo para él, y olvida que las cosas no son simplemente para uno, sino que de alguna manera también son para los demás.

        Es cierto que la propiedad privada implica que un bien, obtenido de modo legítimo y sin perjuicio para otros, pertenece a una persona concreta, y que esa persona concreta puede usarlo según sus deseos (siempre que sean correctos). Esto vale de manera especial cuando el objeto en cuestión tiene un valor importante para su propietario, sea a nivel afectivo (un recuerdo de familia) o por otros motivos (cuando se trata de una herramienta fundamental para el propio trabajo, por ejemplo). Pero también es cierto que cada hombre, cada mujer, tiene una vocación profunda al amor.

        En la perspectiva del amor, tener algo no se convierte en un motivo para encerrarse en los propios planes y deseos, para usar un objeto (sobre todo si es superfluo, como un juguete) simplemente como si fuera sólo para uno mismo. Al revés, el que ama busca que sus posesiones se conviertan en motivo para unirse a otros, para alegrar al que está cerca o al que está lejos, para crear lazos de amistad, para servir.

        Por eso, si en una familia un hijo pequeño o no tan pequeño se niega a prestar sus juguetes a sus hermanos o amigos, seguramente no ha llegado a descubrir la belleza de la vida cuando se vive en el amor y para amar.

        Los padres y educadores tienen, en ese sentido, la hermosa misión de enseñar a los hijos que no vale la pena tener pocas o muchas cosas si no se vive para los demás. Lo que sí vale la pena es tener un corazón muy grande y abierto para que las propias posesiones, también si son pequeñas e “insignificantes” como unas golosinas, lleguen a convertirse en un trampolín para buscar hacer a los demás, en todo lo que sea bueno y justo, un poco más felices.


        Si se logra lo anterior, los regalos no se convertirán en un motivo de peleas, sino que serán una nueva ocasión para unir más a los que viven bajo un mismo techo como miembros de una misma familia.

Fernando Pascual, L.C.

domingo, 28 de septiembre de 2014

REMOLACHA, REMEDIO MÁGICO PARA TU SALUD


Remedio mágico
El betabel, también conocido como remolacha, es un vegetal delicioso y lleno de nutrientes. Es rico en potasio, vitaminas y minerales que ayuda a regular la presión arterial y el ritmo cardíaco, además, debido a su alto contenido en hierro es muy recomendado para combatir la anemia y enfermedades de la sangre. Conoce más de sus bondades e inclúyelo en tu dieta.

1 Para regular la presión arterial
Tomar un vaso de jugo de remolacha ayudaría a reducir la tensión arterial de forma rápida y eficaz, según un estudio de la Universidad Queen Mary de Londres. Los investigadores hallaron que la bebida tendría el mismo efecto que los fármacos a base de nitrato de potasio para favorecer el aumento de los niveles de óxido nítrico, fundamental para la circulación sanguínea.

Contenido nutricional
El jugo de remolacha posee grandes cantidades de vitamina A, C, ácido fólico y el complejo vitamínico B, todos esenciales para fortalecer el sistema inmunológico. Entre los minerales que contiene destacan el magnesio, calcio, hierro, potasio, así como el fósforo, el sodio, el manganeso y el cobre. Además, es una rica fuente de antioxidantes, como los flavonoides o los carotenoides que combaten los radicales libres.

2 Amiga del corazón
La betaína, un nutriente que se encuentra en la raíz de la remolacha, reduciría el riesgo de padecer una enfermedad cardíaca, según un reporte del Centro Médico de la Universidad de Maryland en EE.UU. Esta sustancia química favorece la disminución de homocisteína, un aminoácido presente en la sangre asociado con un mayor riesgo de ataque cardíaco y derrame cerebral.

Historia de la remolacha
Los antiguos romanos fueron una de las primeras civilizaciones que cultivaron remolacha para utilizar sus raíces como alimento. Su popularidad creció en el siglo 19 cuando se descubrió que era una fuente concentrada de azúcar, y la primera fábrica de azúcar fue construida en Polonia. Cuando el acceso al azúcar de caña fue restringida por los británicos, Napoleón decretó que se utilizará como principal fuente de azúcar.

3 Potente anticancerígeno
El pigmento que le da a la remolacha su color púrpura, llamado betacianina es una poderosa sustancia que ayuda a erradicar los radicales libres en el cuerpo que pueden provocar cáncer. Es especialmente útil contra el cáncer del colon. De acuerdo con investigadores de la Universidad de Wisconsin-Madison, dichos pigmentos elevan los niveles de las enzimas que protegen al cuerpo de desarrollar células cancerosas.

4 Para prevenir la demencia
La deliciosa remolacha también sería una aliada en la lucha contra las demencias, ya que los jugos preparados con este vegetal aumentan el flujo de sangre al cerebro, según un estudio de la Universidad Wake Forest en Carolina del Norte, EE.UU. Los investigadores hallaron que al ser un alimento rico en nitratos favorece un flujo sanguíneo adecuado hacia los lóbulos frontales del cerebro, lo que ayuda a reforzar las capacidades cognitivas.

5 Buena contra la anemia
El jugo de la remolacha no solo se asemeja mucho a la sangre sino que es un alimento muy bueno para la salud de ésta. Esta hortaliza es rica en hierro, azúcares, potasio y vitaminas C y B. Concretamente el hierro es un mineral esencial para tratar la anemia ferropénica (por falta de este mineral) toda vez que regenera las células de la sangre y aumenta así el suministro de oxígeno fresco al organismo.

6 Aumenta rendimiento deportivo
Beber jugo de remolacha aumenta los niveles de energía y podría ayudar a realizar sesiones de ejercicio 16% más prolongadas, según un estudio de la Universidad de Exeter en Reino Unido. Dicho efecto se debería al nitrato que contiene la hortaliza y que dispara los niveles de estamina, lo que a su vez reduce el consumo de oxígeno y consigue que el ejercicio sea menos agotador.

7 Para un peso saludable
La remolacha es una hortaliza con un alto contenido de agua y fibra que ayudan a depurar el organismo y favorece la digestión. Además, potencia la eliminación de líquidos, debido a que estimula la actividad renal, permitiendo de esa forma ser considerada como un diurético natural. Se puede consumir cruda como ingrediente de ensaladas o bebiendo directamente el jugo para complementar una dieta baja en calorías.

8 Combate el colesterol
Además de ayudar a mantener un peso saludable, la fibra soluble e insoluble que contiene de la remolacha impide la acumulación de colesterol malo en la sangre. La fibra insoluble ayuda a mantener el tracto intestinal trabajando bien, mientras que la fibra soluble controla los niveles de colesterol atrapando el que proviene de los alimentos que consumimos y eliminándolo del organismo.

9 Esencial en el embarazo
La remolacha es un vegetal muy rico en ácido fólico, un tipo de vitamina B que el organismo necesita para producir células nuevas sanas. Comer alimentos ricos en ácido fólico como la remolacha es especialmente importante durante el embarazo, ya que sin la cantidad adecuada de folatos, la columna vertebral del bebé no se desarrolla apropiadamente.

10 Poderoso antioxidante
Los pigmentos que dan color a la remolacha se denominan antocianinas. Estos compuestos son conocidos por sus propiedades antioxidantes que protegen a las células de los efectos de los radicales libres. Con el tiempo, los radicales libres pueden desencadenar una reacción en el cuerpo que daña substancias químicas importantes, el ADN (DNA en inglés) y algunas partes de sus células.

Fuente: holadoctor.

viernes, 26 de septiembre de 2014

Las cuatro esposas


Había una vez un rey que tenía cuatro esposas.
Él amaba a su cuarta esposa más que a las demás y la adornaba con ricas vestiduras y la complacía con las delicadezas más finas. Sólo le daba lo mejor.

También amaba mucho a su tercera esposa y siempre la exhibía en los reinos vecinos. Sin embargo, temía que algún día ella se fuera con otro.

También amaba a su segunda esposa. Ella era su confidente y siempre se mostraba bondadosa, considerada y paciente con él. Cada vez que el rey tenía un problema, confiaba en ella para ayudarle a salir de los tiempos difíciles.

La primera esposa del rey era una compañera muy leal y había hecho grandes contribuciones para mantener tanto la riqueza como el reino del monarca.

Sin embargo, él no amaba a su primera esposa y aunque ella le amaba profundamente, él apenas se fijaba en ella.

Un día, el rey enfermó y se dió cuenta de que le quedaba poco tiempo. Pensó acerca de su vida de lujo y caviló:
- “Ahora tengo cuatro esposas conmigo pero, cuando muera, estaré solo”.

Así que le preguntó a su cuarta esposa: “Te he amado más que a las demás, te he dotado con las mejores vestimentas y te he cuidado con esmero. Ahora que estoy muriendo, ¿estarías dispuesta a seguirme y ser mi compañía?

- ¡Ni pensarlo! Contestó la cuarta esposa y se alejó sin decir más palabras.

Su respuesta penetró en su corazón como un cuchillo filoso.

El entristecido monarca le preguntó a su tercera esposa: Te he amado toda mi vida. Ahora que estoy muriendo, ¿estarías dispuesta a seguirme y ser mi compañía?

- ¡No! Contestó su tercera esposa. ¡La vida es demasiado buena! ¡Cuándo mueras, pienso volverme a casar!”

Su corazón experimentó una fuerte sacudida y se puso frío.

Entonces preguntó a su segunda esposa: “Siempre he venido a ti por ayuda y siempre has estado allí para mí. Cuando muera, ¿estarías dispuesta a seguirme y ser mi compañía?

- “¡Lo siento, no puedo ayudarte esta vez!”. Contestó la segunda esposa. “Lo más que puedo hacer por ti es enterrarte”.

Su respuesta vino como un relámpago estruendoso que devastó al rey.

Entonces escuchó una voz:
- “Me iré contigo y te seguiré dondequiera tu vayas”.

El rey dirigió la mirada en dirección de la voz y allí estaba su primera esposa. Sé veía tan delgaducha, sufría de desnutrición. Profundamente afectado, el monarca dijo:

- ¡Debí haberte atendido mejor cuando tuve la oportunidad de hacerlo!

En realidad, todos tenemos cuatro esposas en nuestras vidas.

Nuestra cuarta esposa es nuestro cuerpo. No importa cuanto tiempo y esfuerzo invirtamos en hacerlo lucir bien, nos dejará cuando muramos.

Nuestra tercera esposa son nuestras posesiones, condición social y riqueza. Cuando muramos, irán a parar a otros.

Nuestra segunda esposa es nuestra familia y amigos. No importa cuanto nos hayan sido de apoyo a nosotros aquí, lo más que podrán hacer es acompañarnos hasta el sepulcro.

Y nuestra primera esposa es nuestra alma, frecuentemente ignorada en la búsqueda. Sin embargo, nuestra alma es la única que nos acompañará dondequiera que vayamos. ¡Así que, cultívala, fortalécela y cuídala ahora!

Es el más grande regalo que puedes ofrecerle al mundo.
¡Hazla brillar!


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martes, 23 de septiembre de 2014

Menopausia: medidas valiosas para recibirla


Una mujer a lo largo de su vida atraviesa por diferentes periodos de cambios biológicos, físicos, psicológicos y emocionales, y la menopausia constituye uno de estos eventos y se considera que ha llegado cuando la menstruación ha cesado durante 12 meses consecutivos, lo que ocurre entre los 42 y 56, y marca el final de la etapa reproductiva.

Durante los años previos, las mujeres pueden vivir algunos síntomas de índole e intensidad diversa, producidos por reajustes hormonales y metabólicos, ya que la actividad ovárica disminuye y la producción de estrógeno y progesterona desciende también, por lo que puede sentirse desconcertada, preocupada y hasta deprimida ante la incertidumbre de lo que va a pasar.

Ricardo Jiménez Góngora, médico ginecólogo del Hospital Ángeles Acoxpa, explica que la sintomatología puede ser más intensa para algunas mujeres, pero también hay quienes la viven sin tantas molestias. “Ellas deben saber que la etapa que se aproxima es completamente natural y que con la comprensión de la pareja, la familia, los consejos de su médico y algunas medidas terapéuticas, pueden atravesar este periodo de manera satisfactoria”, explica.

¿Qué puede presentarse?

El especialista explica que los síntomas previos son muy variables en cada mujer y dependen en gran medida de la reserva hormonal que tengan sus ovarios, algunos síntomas son los bochornos, cambios en el estado de ánimo, alteraciones en los hábitos de sueño, resequedad vaginal, disminución de la líbido y dolores de cabeza, y añade que existen tratamientos que ayudan para que las mujeres enfrenten esta etapa de su vida de forma muy positiva.

“Hay protocolos médicos que se enfocan a tratar los síntomas y son de gran ayuda, por ejemplo, evitan los bochornos, que son muy molestos, porque en cualquier lugar y momento se puede subir esa sensación de calor y viene una sudoración copiosa que causa problemas en muchos aspectos. Tanto la paciente como su médico ginecólogo necesitan estar muy pendientes de esa sintomatología y tratarla adecuadamente”, explica.

Además, añade el experto, hay otros tratamientos que conllevan una terapia hormonal que a corto, mediano y largo plazo mejoran mucho la calidad de vida, porque protegen a las mujeres de algunas alteraciones metabólicas: “Estas opciones, además de ser paliativas de la sintomatología, previenen riesgos como la osteoporosis. Sin embargo, es necesario efectuar una valoración de los factores de riesgo e individualizar cada protocolo terapéutico, porque hay pacientes que son candidatas para un manejo hormonal sustitutivo y hay otras que no lo son. Por lo que hay que establecer la opción más segura”.

Ricardo Jiménez Góngora recomienda a las mujeres acudir a una consulta con el ginecólogo por lo menos una vez por año para realizar una revisión y estudios de rutina, y para que ellas externen sus dudas, así como le hagan saber al médico su estado de ánimo, de salud y posibles alteraciones.


La información, el seguimiento de las recomendaciones médicas y la adopción de un estilo de vida saludable que incluya el descanso necesario, una buena alimentación, la práctica moderada de ejercicio y una actitud positiva, además de evitar el consumo de sustancias tóxicas, como tabaco y alcohol, puede facilitar el tránsito en este proceso de cambio natural para todas las mujeres.

lunes, 22 de septiembre de 2014

7 Fórmulas que ayudan a prevenir la depresión


Muchas personas padecen de depresión, enfermedad que el ritmo de vida actual no hace más que agravar. Como cualquier otra dolencia necesita la atención médica correspondiente. Sin embargo hay actitudes y conductas que ayudan a prevenir la aparición de la misma.

La mente tiene un poder enorme: puede hacernos mucho bien, pero si la dejamos, también puede perjudicarnos. Para conservar una buena salud mental es necesario practicar estrategias que impedirán que la mente nos domine, especialmente en los momentos difíciles, los más vulnerables para caer en un estado depresivo.

La depresión es una de las enfermedades más frecuentes en la población, cifras revelan que es la segunda causa de discapacidad a nivel global [1]. Es habitual que aparezca en medio de una circunstancia espinosa como una ruptura o problema familiar, enfermedad, duelo, crisis económica, desempleo... pues son realidades que de una u otra manera generan desbalance emocional.

A grandes rasgos los síntomas de la depresión son apatía, tristeza, frustración y desinterés por la vida en general, los cuales llegan a interferir con el transcurrir ordinario por un tiempo prolongado.

No obstante, evitar la depresión en la mayoría de los casos es posible, se necesita actitud, esfuerzo y voluntad. Las siguientes son maneras de cerrarle las puertas a la depresión y conservar una buena salud mental.

1. Tener sueños y anhelos

Son las motivaciones del ser humano, hacen las veces de gasolina para la mente, son las metas que cada quien se traza en su vida y la consecución de ellas, son las que lo mantienen con ánimo. No importa la edad ni la situación por la que se esté pasando, los sueños siempre deben estar presentes en la mente.

2. Valorar y conservar las relaciones afectivas

Los hijos, la pareja, los padres, la familia, los amigos… son generalmente los mejores “antidepresivos” puesto que son la fuerza que motiva a las personas a superar cualquier obstáculo que se interponga en el camino. Además la familia brinda bienestar y soporte emocional.
Covadonga Cháves, integrante de la Sociedad Española de Psicología Positiva, explica: “El apoyo social, el tener a alguien con quien descargarse es fundamental, pues se puede influir en el cerebro, con los actos y la conducta, más que con los fármacos”, señala la especialista, quien afirma que tener una escasa “red social” y no tener “apoyo familiar cercano” hace que los problemas se agraven.
Según los expertos, el hecho de vivir con familia o amigos ayuda a que la gente pueda exteriorizar cómo se siente y hablar cotidianamente de los problemas que padecen, algo que colabora en la recuperación. Mientras que aquellos que viven solos padecen una falta de integración social y una pérdida de confianza, dos factores fundamentales para preservar la salud mental. (Ver más: Vivir en familia reduce la depresión).

3. Enfocarse en lo positivo y no en lo negativo

“Sufrimos demasiado por lo poco que nos falta y gozamos poco por lo mucho que tenemos” (Shakespeare). Tenemos la manía de hablar mucho de los problemas y poco de las cosas buenas que a diario nos suceden. La clave está en educar la mente para que vea todo el panorama y no se enfoque en el pequeño punto negro.

4. Romper la rutina

La rutina puede llevarnos al abatimiento, de ahí la necesidad de romperla con regularidad. El Dr. Fernando Azor, director del Centro de Psiquiatría y Psicología Clínica y Jurídica de Madrid declara por qué el ocio y la diversión son tan importantes para la salud mental:
”El ocio es una forma de desconexión que si bien puede ir asociado a descanso físico, su utilidad psicológica está especialmente centrada en favorecer en las personas una ruptura con otras actividades realizadas cotidianamente. En sí, ´cambiar´ ya es terapéutico. De hecho, cuando uno siente que está cansado o aburrido de su cotidianeidad es más importante que haga cosas diferentes, aunque impliquen esfuerzos físicos, que pasar muchas horas tumbado en la cama o en el sofá. La mente descansará más y el beneficio personal también será mayor”. (Ver más: La diversión: necesaria para la salud mental).

5. Hacer actividad física

Está comprobado que el ejercicio ayuda a la producción de endorfinas que son las que estimulan los centros de placer en el cerebro, proporcionando sensación de bienestar y felicidad. Además el ejercicio es una excelente vía de escape del estrés y la ansiedad, unos de los principales causantes de la depresión.

6. Tener una fuerza espiritual

Es sin duda una de las mejores maneras de evitar un estado depresivo. Existen situaciones tan dolorosas que humanamente son difíciles de asimilar y vencer, sólo en estos casos, una fuerza espiritual inexplicable como es la fe, puede hacer que ese dolor cobre un sentido y sea superado con grandezas.

7. Conocer otras realidades


Ver otras situaciones más extremas pueden hacernos caer en cuenta que en realidad nuestro problema es superable, y que parte de la solución está en nosotros, en cambiar nuestra actitud y en ejercer nuestra fuerza de voluntad para salir de ella.

sábado, 20 de septiembre de 2014

¿Quiénes son padres heroicos?


Padres heroicos son aquellos que acogen con amor la llegada de un hijo enfermo.

        Aquellos que, tras un accidente o un virus misterioso, acompañan y ayudan, un día sí y otro también, a ese hijo que prometía mucho y que ahora vive en cama o en silla de ruedas.

        Aquellos que sufren y buscan soluciones cuando ven avanzar al hijo adolescente hacia el precipicio de la rebeldía, de los caprichos, de las malas compañías, de las experiencias pecaminosas, de la pereza en los estudios, de la pornografía, de la dependencia a juegos electrónicos o a drogas.
        Aquellos que reciben con sobresalto la llamada de la policía que avisa del arresto de ese hijo, y que no dejan de amarlo, de apoyarlo, sin condescender con sus malas acciones pero sin abandonarlo a su situación de encarcelado.
        Aquellos que lloran porque el hijo o la hija, después de un matrimonio que parecía tan hermoso, ha abandonado a su familia para buscarse aventuras de infidelidad, hasta dejar en soledad al cónyuge o en la tristeza más profunda a los hijos que ya no cuentan con uno de sus padres en casa.

        El mundo está lleno de padres heroicos. Porque un padre y una madre lo son siempre, sin fechas de caducidad. Porque el hijo más necesitado, por su fragilidad física, por sus debilidades psicológicas, o por sus maldades éticas, necesita quizá más que otros la certeza de que hay dos columnas que desean apoyarle, sostenerle, rescatarle, darle lo más grande que puede imaginarse: un amor completo, servicial, sin límites.


        Un amor, en pocas palabras, heroico; semejante, en la medida humana, a ese amor infinito que tiene Dios por cada uno de sus hijos más necesitados.
Fernando Pascual, L.C.

viernes, 19 de septiembre de 2014

EL TAMAÑO DE LAS PERSONAS



Una persona es enorme para uno, Cuando habla de frente y vive de acuerdo a lo que habla, cuando trata con cariño y respeto, cuando mira a los ojos y sonríe inocente.

Es pequeña cuando solo piensa en si misma, y le hace creer a los otros que piensa en ellos, cuando se comporta de una manera poco gentil, cuando no apoya, cuando abandona a alguien justamente en el momento en que tendría que demostrar lo que es mas importante entre dos personas: la Amistad, el compañerismo, el cariño, el respeto, El celo y asimismo el amor.

Una persona es gigante cuando Se interesa por tu vida, cuando busca alternativas para tu crecimiento, cuando sueña junto contigo… cuando trata de entenderte aunque no piensen igual.

Una persona es grande cuando perdona, cuando comprende, cuando se coloca en el lugar del otro, cuando obra no de acuerdo con lo que esperan de ella, pero de acuerdo con lo que espera de si misma.

Una persona es pequeña cuando se deja regir por comportamientos clichés. Cuando quiere quedar bien con todos, cuando maneja a la gente como un titiritero y lamentablemente siempre hay gente que no tiene convicciones y se deja manejar….

Una misma persona puede aparentar grandeza o pequeñez dentro de una relación, puede crecer o disminuir, en un corto espacio de tiempo.

Una decepción puede disminuir el tamaño de un amor que parecía ser grande.
Una ausencia puede aumentar el tamaño de un amor que parecía ser ínfimo.
Una decepción puede terminar con el respeto por alguien…de muchos… Una acción correcta puede enaltecer a otros.

Es difícil convivir con esta elasticidad: Las personas se agigantan y se encogen a nuestros ojos. Ya que nosotros no juzgamos a través de centímetros y metros, sino de acciones y reacciones, de verdades o falsedades, de expectativas y frustraciones.

Una persona es única al extender la mano, y al recogerla inesperadamente, se torna otra.

El egoísmo unifica a los insignificantes, a los perdedores, a los falsamente llamados diplomáticos.

No es la altura, ni el peso, ni la belleza, ni un titulo o mucho dinero lo que convierte a una persona en grande… Es su honestidad, su decencia, su amabilidad y respeto por los sentimientos e intereses de los demás.

Por su sensibilidad sin tamaño…

Versión de escrito por William Shakespeare

martes, 16 de septiembre de 2014

¿Qué es el éxito?


El éxito no siempre tiene que ver con lo que mucha gente ordinariamente se imagina.

No se debe a los títulos que tienes, sean de nobleza o académicos, ni a la sangre heredada, o a la escuela donde estudiaste.

No se debe a las dimensiones de tu casa, o a cuantos automóviles caben en tu cochera, o si son último modelo.

No se trata de si eres jefe o subordinado,o si escalaste la siguiente posición en tu organización, o estás en la ignorada base de la misma.

No se trata de si eres miembro prominente de clubes sociales o si sales en las páginas de los periódicos.

No tiene que ver con el poder que ejerces, o si eres un buen administrador, si hablas bonito, si las luces te siguen cuando lo haces, o si eres religioso o no.
 
No es la tecnología que empleas, por brillante y avanzada que ésta sea.

No se debe a la ropa que usas, o si gozas de un tiempo compartido, o si después de tu nombre pones las siglas deslumbrantes que definen tu "status" para el espejo social. No se trata de si eres emprendedor, hablas varios idiomas, si eres atractivo, joven o viejo.

El éxito... Se debe a cuánta gente te sonríe, y a cuánta gente amas y cuántos admiran tu sinceridad y la sencillez de tu espíritu. Se trata de si te recuerdan cuando te vas.

Se refiere a cuánta gente ayudas, a cuánta gente evitas dañar y si guardas o no rencor en tu corazón. Se trata de si en tus triunfos incluiste siempre tus sueños.

De si no fincaste tu éxito en la desdicha ajena y de si tus logros no hieren a tus semejantes.

Es acerca de tu inclusión con los otros, no de tu control sobre los demás, de tu apertura hacia todos los demás y no de tu simulación para con ellos.

Es sobre si usaste tu cabeza tanto como tu corazón, si fuiste egoísta o generoso, si amaste la naturaleza y a los nidos y te preocupaste por los ancianos.

Es acerca de tu bondad, tu deseo de servir, tu escuchar y tu valor sobre la conducta ajena. No es acerca de cuántos te siguen, sino de cuántos realmente te aman.

No es acerca de transmitir todo, sino cuántos te creen, de si eres feliz o finges estarlo.

Se trata del equilibrio, de la justicia, del bien ser que conduce al bien tener y al bien estar.

Se trata de tu conciencia tranquila, tu dignidad invicta y tu deseo de ser más,
no de tener más. 

Ahora pregúntate: ¿verdaderamente soy exitoso?
Si lo eres bajo estas cualidades: ¡Te Felicito!
Sino, ¡todavía estas a tiempo de alcanzarlo!


sábado, 13 de septiembre de 2014

3 errores que pueden destruir tu matrimonio

No permitas que estos errores comunes dañen a tu matrimonio ni a tu familia.


Los errores son naturales en un matrimonio; no existe la perfección. Pero hay ciertos errores que una vez cometidos, no hay botón para deshacer; la mejor opción es esforzarse para obtener un mejor resultado. Si no hay ningún intento de rectificar los errores, el matrimonio puede sufrir terriblemente. 

Mi primer matrimonio me enseñó muchas cosas; entre esas cosas me di cuenta que la única forma de evitar cometer el mismo error dos veces es reconocer cuando cometí un error y comprender por qué fue un error y no repetirlo nunca más. 

Muchos de nosotros cometemos el mismo error una y otra vez por razones que sólo nosotros conocemos. Pero lo que no vemos es que cuando cometemos los mismos errores estamos dañando a nuestra pareja e hijos. 

Si te estás cometiendo los siguientes errores, recapacita y analiza cómo tus errores pueden estar teniendo un impacto negativo en tu matrimonio y tus hijos. 

Mentir 

"Sólo estoy diciendo una mentira piadosa. Él nunca lo sabrá." Esta afirmación no es necesariamente cierta. Hay circunstancias en las que le dices a tu pareja una mentira piadosa después de racionalizar por qué es aceptable para salirte con la tuya. A menudo, la verdad saldrá a luz y cuando lo haga, tu cónyuge se sentirá engañado y creerá que has mentido en otras cosas a lo largo del matrimonio. Se crea un espacio para la duda. También, dependiendo de la edad, los niños se darán cuenta de lo que está pasando en la vida de sus padres. Ellos pueden ver y sentir las incertidumbres y preocupaciones. Ellos se darán cuenta del comportamiento negativo y creerán que la mentira es la forma correcta de manejar los problemas. 

Asumir 

No asumas que tu pareja es responsable de todo. Una vez que estás en un matrimonio (y tengas hijos), ambas partes deben compartir responsabilidades. En algunos casos, uno de los cónyuges se ocupa un poco más de su parte que el otro, pero es a discreción de la pareja. Sin embargo, si se espera que uno de los cónyuges lo haga todo, no es razonable. Si ese es el caso, ¿para qué estar casado? 

Si tienen hijos, ambos padres deben estar involucrados en sus vidas. Únanse a ellos en sus actividades, ayúdenles con la tarea y estén allí como un amigo. Si uno de los padres asume que el otro padre puede cuidar de todas las necesidades de sus hijos, está afectando a su propia relación con sus hijos. Los niños no se sentirán cómodos acercándose al padre que no está disponible para ellos la mayor parte del tiempo. 

Falta de respeto 

Es común que las parejas se alteren los nervios y fastidien entre sí. En el matrimonio se puede llegar a discutir mucho. Sin embargo, la clave es no perder el respeto. Una vez que comienzan los insultos, no hay vuelta atrás. No saques cosas del pasado contra tu pareja. No asumas que tu pareja siempre te aguantará. Si tienes dudas sobre algo, no busques en las pertenencias personales de tu pareja en busca de respuestas. Yo fui culpable de eso. Cuando yo lo viví, me sentí invadida. Si tienes dudas, no tengas miedo de dialogar tus preocupaciones con tu pareja. Respeta el espacio, las opiniones y las creencias de tu cónyuge. 

Una vez más, los errores son normales. Si no los cometemos, ¿Cómo se supone que vamos a aprender y crecer como pareja? Sin embargo, la lección a aprender es que una vez que se comete el error, no se debe cometer otra vez más. En un matrimonio, si las dos personas se aman, no querrán dañarse el uno al otro a propósito repitiendo el mismo error.

jueves, 11 de septiembre de 2014

¿Productos de la concepción?

   Los niños acaban de salir de la escuela. Corren, en grupos desorganizados, hacia el parque. En un instante organizan sus juegos, en medio de un griterío lleno de entusiasmo.
        Juanito, Sandra, Pepe, Alfonso, Felipe, Jimena, Marifer, corren entre los árboles, saltan en los jardines. Cada uno se identifica por un nombre, un mote, y unos apellidos. Cada uno tiene una historia, una vida maravillosa, el cariño de sus padres. Cada uno fue un día (¿dejó alguna vez de serlo?) producto de una concepción.
        A veces creemos que con el cambio de palabras podemos ocultar la realidad. Pero el sol sigue brillando aunque nos pongamos gafas cubiertas con 30 capas de papel aluminio. La luna existe aunque pase por la dramática etapa de “cuarto creciente”. Y los papás saben que un hijo, aunque sea llamado “producto de la concepción”, es siempre un hijo...
        Engañar a la sociedad es posible: se ha hecho mil veces en el pasado, se hace hoy y se hará mañana. Pero el engaño no cambia la realidad. Porque los indígenas tenían alma, aunque algún cretino dijese que “tal vez no”... Porque los hebreos tienen la misma dignidad que los arios, aunque Hitler tuviese la mayoría de votos en un parlamento de mentiras. Porque el rey está desnudo aunque nadie se atreva a decirlo. Porque el aborto es y será un crimen, aunque sea defendido por quienes primero se autodeclaran defensores de los derechos humanos y luego van contra el derecho básico de la vida social: el derecho a la vida.
        Por más engaños y por más mentiras que nos repitan algunos personajes muy respetables y decididos a que el aborto se convierta en un “derecho”, nacen y nacerán miles y miles de hijos desde la misteriosa riqueza de la sexualidad humana. Aunque sean llamados “productos”, aunque sean despreciados por leyes inicuas, aunque sean olvidados por defensores de la economía libre que están preocupados por el mercado de valores y se olvidan que la justicia vale también para los pobres.
        Juanito acaba de resbalar. Su pantalón nuevo ha quedado marcado para siempre con una “s” despiadada. Su madre, que acaba de llegar al parque para recogerlo, no está preocupada por el pantalón, sino por esa sangre fresca que brota desde la rodilla y baja poco a poco hacia el pie derecho.

        Ella sabe que su hijo, un simple “producto de la concepción” según algunos, es un ser maravilloso, un canto al futuro, una página de esperanza. Por eso le limpiará la herida y lo tratará con ese cariño que tienen las madres. Ellas saben ver más allá de las leyes creadas por ideologías asesinas, porque reconocen, en cada hijo, una riqueza casi infinita de alegría, de amor, de ternura eterna.

Fernando Pascual, L.C.

martes, 9 de septiembre de 2014

¿Hablar de la muerte?

A la protagonista de aquella historia -una respetable mujer norteamericana-, le atormentaba por una parte la culpabilidad de haber abandonado su fe, y por otra el deseo de volver a ella.
        "Sin embargo -decía-, me horrorizaba la idea de entrar en un confesonario. Una vida entera de pecado que me paralizaba.
        "Hasta que un fin de semana de reunión familiar, mis hijos empezaron a hablar de en dónde deseaba cada uno ser enterrado. Y sentí el terrible impacto de la realidad, de la verdad. Me di cuenta de que, a pesar de no haber vivido como cristiana, quería morir como tal.
        "Había logrado, aunque penosamente, racionalizar mi carencia de fe en la vida, pero no podía llevar la mentira hasta la muerte. Y tomé la decisión de confesarme. Y lo hice. En pocos instantes, experimenté el retorno de mi dignidad. Me sentía ligera y libre. Al descargar todo ese lastre, había dejado a Dios entrar de nuevo en mi vida. Y sentí una nueva suerte de libertad".
        A veces cuesta mucho aceptar la verdad. Incluso cuando ya la conocemos con certeza. Incluso cuando la conocen también quienes nos rodean, y nosotros sabemos que lo saben. Aquella mujer plantó cara a la mentira gracias al pensamiento de la muerte, y se unió a esa gran cantidad de escépticos en materia de religión que dejaron de serlo en cuanto se presentó la callada cercanía de la muerte. Como ha escrito Lloyd Alexander, "una vez que tienes el valor de mirar al mal cara a cara, de verlo por lo que realmente es y de darle su verdadero nombre, carece de poder sobre ti, y puedes destruirlo".
        Siempre hay una mentira en la raíz de todo desánimo, un apartarse de la verdad, de la realidad. Cuando la enfermedad o un riesgo imprevisto hacen ver que estamos como colgados de un hilo sobre el abismo de la eternidad, aquel antiguo escepticismo -tan firme en esos días en que la muerte se veía como una eventualidad lejana- deja de ser una postura cómoda. La pregunta sobre qué hay después de la muerte deja de ser una cuestión ociosa y pueril. La desdeñosa seguridad de antes se trueca en una incertidumbre cruel que agita el alma.
        "Para nosotros, los demonios -cuenta con gracia Lewis en Cartas del diablo a su sobrino-, resulta enormemente desastroso en los hombres ese continuo acordarse de la muerte. Lo ideal es que mueran en costosas clínicas, entre doctores que mienten, enfermeras que mienten, amigos que mienten prometiéndoles vida, estimulando la creencia de que la enfermedad todo lo excusa, omitiendo toda alusión a un sacerdote...".

        Hablar de la muerte no tiene por qué ser una locura o una morbosidad. Incita a buscar significado a la existencia. Como escribió Séneca, "se precisa de toda la vida para aprender a vivir; y, lo que es más extraño todavía, se necesita toda la vida para aprender a morir". Pensar en la muerte obliga a las personas a pensar en cómo llevan la vida. 

Alfonso Aguiló

sábado, 6 de septiembre de 2014

Cariñosamente, tía Madre...


Sí, así la llamabamos...
Era ejemplo de lucha y fortaleza para mi... ella, que a pesar de sus penas y dolores, siempre tenía buen humor, una sonrisa y unas palabras de aliento para los demás... ella que a pesar de sus dolores, siempre a un "¿Cómo estás tia?... contestaba "Estoy bien".

Fue una persona luchadora, sacrificada, generosa, humilde...seguramente como tantas otras personas en éste mundo...pero yo...yo tuve el privilegio de caminar a su lado... de compartir con ella tantas reuniones con mate, tantas anécdotas...de reír hasta llorar...tantas fiestas de cumpleaños, de Navidades, de Año Nuevo...esas son las cosas con las que me quiero quedar....esos son los recuerdos que voy a atesorar en un rincón de mi corazón... y cuando sienta esa pena tan grande de su partida, lo voy a abrir para que su esencia inunde todo el lugar.

02/08/1945 - 03/09/2014

Aceptar la muerte es difícil,  partió a una vida plena.. dejándonos  una gran pena y recuerdos que jamás podremos olvidar,...se fue al cielo... todo el sufrimiento que tenía llegó a su fin y ahora descansa en paz, sabemos que al llegar a la muerte sufrimos,  pero ella que sufría,... ahora está en paz... http://www.megadatosgratis.com


Te quiero tía Madre, descansa en paz.

miércoles, 3 de septiembre de 2014

PERDONAR




El perdón es la regla de oro a través de la cual llegamos a conectar con nuestro ser. Es lo único que de verdad alivia y que de verdad sana. Muchas enfermedades mortales tienen que ver con el resentimiento, con la culpa. El perdón genera una sensación de absoluta libertad, porque nos permite desprendernos de esos sentimientos. Todas las enfermedades del aparato digestivo, tienen mucho que ver con la actitud de soltar, de desprendernos de las cosas, y no lo sabemos hacer. La verdadera posibilidad de redescubrirnos en términos de absoluta libertad, vienen a través del perdón.
 
Perdonar es un verbo, indica acción. Pero el hombre siempre se ha preguntado: ¿Cómo perdonar? Hay mucha gente que te dice "Yo ya perdoné", pero se encuentra con la persona perdonada o se enfrenta de nuevo a la misma situación y se eriza. No ha perdonado nada. El sentimiento permanece ahí, te lo dice tu cuerpo, tu energía, el recuerdo.
 
He conocido a muchas personas que en un momento determinado de su vida tuvieron mucho dinero, se asociaron con alguien que provocó su ruina y que a continuación se pasaron veinte años lamentándolo. ¿Qué significa esto? Que prefirieron quedarse con el papel de víctima impotente y arruinada y no con el de persona emprendedora con potencial para hacer dinero que fueron antes de asociarse. Asumieron el papel de víctimas, se arruinaron y a partir de entonces el mensaje que transmiten es: "Te voy a demostrar el daño que me hiciste, y puedo llegar hasta lo último en mi vida, hasta la muerte para castigarte". Y resulta que la otra persona está disfrutando con el dinero; es gente que se daña a sí misma por el miedo a perdonar.


 
No se trata de la falsa noción de que perdón es presentarse de rodillas ante la otra persona. Es común esa noción de que perdonar es volver a meter en nuestra casa a la persona que a lo mejor nos sacó de ella. Pero no es eso. Perdonar es liberarnos de ese pensamiento, de ese recuerdo, y poner límites de una vez y decirle a esa persona: "Perfecto, fue maravilloso conocerte, hoy comprendo lo que me enseñaste -aunque uno no se lo digas así-, hoy comprendo la lección que me diste. Y ahora, gracias, pero no te quiero más en mi vida".

La idea real del perdón es llegar a sentir que nunca pasó, que nunca te hicieron daño porque en realidad nadie tiene capacidad de hacerte para hacerte daño. Si alguien te hiere es porque has puesto tu poder en sus manos, y ese alguien no sabe qué hacer con ese poder y te agrede.
 
Tu ser no puede sufrir ataques, y toda defensa que hagas en tu vida va en contra de tu paz. La paz comienza cuando dejamos de querer tener la razón.  El perdón es una llave que cierra ciclos. Independientemente de cómo actúes ante cualquier cosa, ante una institución o una persona, siempre terminarás perdonándote a ti mismo, porque fueron tus pensamientos los que crearon las energías hacia esa persona, institución o cosa.
 
LA FALTA DE  PERDÓN
 
La falta de perdón es como un  veneno que tomamos a diario a gotas pero que finalmente nos termina envenenando. Muchas veces pensamos que el perdón es un regalo para el otro sin darnos cuenta que los únicos beneficiados somos nosotros mismos.  El perdón es una expresión de amor.  El perdón nos libera de ataduras que nos amargan el alma y enferman el cuerpo.
 
No significa que estés de  acuerdo con lo que pasó, ni que lo apruebes.  Perdonar no  significa dejar de darle importancia a lo que sucedió, ni darle la razón a  alguien que te lastimó. Simplemente significa dejar de lado aquellos pensamientos negativos que nos causaron dolor o  enojo.
 
El perdón se basa en la aceptación de lo que  pasó. La falta de perdón te ata a las personas con el resentimiento. Te  tiene encadenado. La falta de perdón es el veneno más destructivo para el  espíritu ya que neutraliza los recursos emocionales que  tienes.
 
El perdón es una declaración que puedes y  debes renovar a diario. Muchas veces la persona más importante a la  que tienes que perdonar es a ti mismo por todas las cosas que no fueron de  la manera que pensabas.
 
    "La declaración del perdón es la  clave para liberarte".
    ¿Con qué personas estás resentido?
    ¿A quienes no puedes perdonar?  
    ¿Tú eres infalible y por eso no puedes perdonar los errores ajenos?

Perdona para que puedas ser perdonado, recuerda  que con la vara que mides, serás medido.  "Aliviana tu  carga y estarás más libre para moverte hacia tus  objetivos".
 

Carlos Fraga 
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