Muchas personas padecen de depresión, enfermedad que el ritmo de vida
actual no hace más que agravar. Como cualquier otra dolencia necesita
la atención médica correspondiente. Sin embargo hay actitudes y
conductas que ayudan a prevenir la aparición de la misma.
La mente tiene un poder enorme:
puede hacernos mucho bien, pero si la dejamos, también puede
perjudicarnos. Para conservar una buena salud mental es necesario
practicar estrategias que impedirán que la mente nos domine,
especialmente en los momentos difíciles, los más vulnerables para caer
en un estado depresivo.
La depresión es una de las enfermedades más frecuentes en la
población, cifras revelan que es la segunda causa de discapacidad a
nivel global [1].
Es habitual que aparezca en medio de una circunstancia espinosa como
una ruptura o problema familiar, enfermedad, duelo, crisis económica,
desempleo... pues son realidades que de una u otra manera generan
desbalance emocional.
A grandes rasgos los síntomas de la depresión son apatía, tristeza,
frustración y desinterés por la vida en general, los cuales llegan a
interferir con el transcurrir ordinario por un tiempo prolongado.
No obstante, evitar la depresión en la mayoría de los casos es posible, se necesita actitud, esfuerzo y voluntad. Las siguientes son maneras de cerrarle las puertas a la depresión y conservar una buena salud mental.
1. Tener sueños y anhelos
Son las motivaciones del ser humano, hacen las veces de gasolina para
la mente, son las metas que cada quien se traza en su vida y la
consecución de ellas, son las que lo mantienen con ánimo. No importa la
edad ni la situación por la que se esté pasando, los sueños siempre
deben estar presentes en la mente.
2. Valorar y conservar las relaciones afectivas
Los hijos, la pareja, los padres, la familia, los amigos… son
generalmente los mejores “antidepresivos” puesto que son la fuerza que
motiva a las personas a superar cualquier obstáculo que se interponga en
el camino. Además la familia brinda bienestar y soporte emocional.
Covadonga Cháves, integrante de la Sociedad Española de Psicología
Positiva, explica: “El apoyo social, el tener a alguien con quien
descargarse es fundamental, pues se puede influir en el cerebro, con los
actos y la conducta, más que con los fármacos”, señala la especialista,
quien afirma que tener una escasa “red social” y no tener “apoyo
familiar cercano” hace que los problemas se agraven.
Según los expertos, el hecho de vivir con familia o amigos ayuda a
que la gente pueda exteriorizar cómo se siente y hablar cotidianamente
de los problemas que padecen, algo que colabora en la recuperación.
Mientras que aquellos que viven solos padecen una falta de integración
social y una pérdida de confianza, dos factores fundamentales para
preservar la salud mental. (Ver más: Vivir en familia reduce la depresión).
3. Enfocarse en lo positivo y no en lo negativo
“Sufrimos demasiado por lo poco que nos falta y gozamos poco por lo mucho que tenemos” (Shakespeare).
Tenemos la manía de hablar mucho de los problemas y poco de las cosas
buenas que a diario nos suceden. La clave está en educar la mente para
que vea todo el panorama y no se enfoque en el pequeño punto negro.
4. Romper la rutina
La rutina puede llevarnos al abatimiento, de ahí la necesidad de
romperla con regularidad. El Dr. Fernando Azor, director del Centro de
Psiquiatría y Psicología Clínica y Jurídica de Madrid declara por qué el
ocio y la diversión son tan importantes para la salud mental:
”El ocio es una forma de desconexión que si bien puede ir asociado a
descanso físico, su utilidad psicológica está especialmente centrada en
favorecer en las personas una ruptura con otras actividades realizadas
cotidianamente. En sí, ´cambiar´ ya es terapéutico. De hecho, cuando uno
siente que está cansado o aburrido de su cotidianeidad es más
importante que haga cosas diferentes, aunque impliquen esfuerzos
físicos, que pasar muchas horas tumbado en la cama o en el sofá. La
mente descansará más y el beneficio personal también será mayor”. (Ver
más: La diversión: necesaria para la salud mental).
5. Hacer actividad física
Está comprobado que el ejercicio ayuda a la producción de endorfinas
que son las que estimulan los centros de placer en el cerebro,
proporcionando sensación de bienestar y felicidad. Además el ejercicio
es una excelente vía de escape del estrés y la ansiedad, unos de los
principales causantes de la depresión.
6. Tener una fuerza espiritual
Es sin duda una de las mejores maneras de evitar un estado depresivo.
Existen situaciones tan dolorosas que humanamente son difíciles de
asimilar y vencer, sólo en estos casos, una fuerza espiritual
inexplicable como es la fe, puede hacer que ese dolor cobre un sentido y
sea superado con grandezas.
7. Conocer otras realidades
Ver otras situaciones más extremas pueden hacernos caer en cuenta que
en realidad nuestro problema es superable, y que parte de la solución
está en nosotros, en cambiar nuestra actitud y en ejercer nuestra fuerza
de voluntad para salir de ella.
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